Navidad

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La reacción que el pecoso había tenido había sido suficiente razón para creer que semejante idiotez había valido la pena, ahora admitía que sentía un poco de culpa por casi haberlo hecho llorar del miedo, pero cuando pudo notar que su rostro se quedó congelado y sorprendido al ver que realmente se trataba de él, sonrió amplio y ladeo un poco su rostro al notar que el menor comenzó a llorar haciendo un ligero puchero, parecía ser que ya no era por miedo.

— Ven aquí y compruébalo —

Le dijo con una sonrisa divertida que borró en sorpresa al ver cómo Izuku corrió hacia sus brazos lanzándose con todo su peso que apenas y pudo atrapar sin evitar tambalear hacia atrás mientras lo detenía envolviéndolo en un fuerte abrazo y una risilla se le escapó para después cerrar los ojos y grabar en su memoria ese bonito reencuentro.

Su cuerpo y la forma de su amado, su olor tan suave y su aguda voz que le gustaba aún más cuando desbordaba emociones tal como en ese momento. Todo estaba ahí nuevamente. Izuku separó un breve momento solo para tantearle la cara y el cabello haciendo reír bajo a Katsuki que prestaba mucha atención a la dulce expresión descompuesta en lágrimas y felicidad del pecoso.

—Si, estoy aquí, soy yo —

Le susurro con suavidad mientras lo envolvía aún más entre sus brazos pegándolo a su cuerpo casi con posesividad. El ridículo traje de oso no le permitía sentirlo como quería, pero no deseaba soltarlo en lo absoluto. Esos doce meses en la prisión habían sido un infierno, ni siquiera sabía cómo había sobrevivido sin el calor de Izuku, sin sus besos ni caricias.

Lo había extrañado tanto, el poder sentirlo y mirarlo de cerca. Oler el suave aroma de su colonia cítrica y detectar la suavidad de su esponjoso cabello verde.

Cerró los ojos ladeando su rostro al saber que Izuku quería besarlo, no era el único. Katsuki estaba sediento de aquella boca ajena, lo necesitaba casi como un río en el desierto. Correspondió con desesperación, pudo notar que la sensación era mutua, Izuku adentro con torpeza su lengua y el rubio la recibió gustosa enredando la propia en una caricia de bienvenida.

Sentir nuevamente el sabor, aliento, tibieza y suavidad de los labios del menor le llenaba de alegría y calma. Finalmente estaban juntos de nuevo. Ahora parecía que ese largo esperar había sido solo un mal sueño.

Disfrutó del contacto que el menor creó, hasta que el decidió alejarse entre suspiros regalando una suave caricia con su nariz a la que el rubio correspondió moviendo su rostro suavemente para crear más roce. Lo dejo acurrucarse en su lecho mientras trataba de acariciarlo con las pesadas patas de oso mientras le escuchaba reclamar el haberle avisado de su salida.

— Me dieron la noticia después de tu visita, y no tenía modo de avisarte con anticipación, Mi abogado dijo que trataría de decirle a la tuya, ¿No te dijo nada? —

Cuestionó confirmando las sospechas que tenía respecto a que Keigo no había podido entregar su mensaje a tiempo.

Fue entonces que lo miró con la vista entrecerrada y tranquila admirando y contemplando su lindo rostro lleno aún del rastro de lágrimas y colorado hasta las orejas por la pena de haber sido asustado y sólo sonrió mientras le sostenía de los hombros escuchando sus regaños que le hicieron reír más.

—Lo siento, no era mi intención asustarte, no era parte del plan —

Confeso tranquilo para rodearlo por la cintura y mirarlo desde su lugar con el rostro ligeramente ladeado y cuando el menor le abrazo nuevamente apego su barbilla a la cabeza del menor para luego abrazarlo de forma más cariñosa y suspirar suave y profundo mientras recibía decenas de besos que correspondió de igual manera.

Green Rabbit [BkDk rol +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora