Un extraño chico estaba al fondo de aquel enorme pasillo dentro de tanta oscuridad, pero el aura blanca a su alrededor lo hacía visible, poco a poco se acercaba a mi y llenaba de luz aquella profunda oscuridad, por cada paso que daba sentía como mi corazón latía con mas fuerza, quería correr y lanzarme en sus brazos pero sentía mi cuerpo pesado, no me movía estaba quieta inmóvil, al llegar a mi estira su mano ofreciendo que yo la coja y me vaya con el, en ese momento siento que se hunde el suelo debajo de mí, y empiezo a caer, el se queda inmóvil aun con su mano estirada, todo cambia y aquel hueco oscuro por el que caía se vuelve de un blanco brillante, toco fondo, y me quedo sentada, pero noto como uno de mis brazos empieza a sangrar y forma un hilo de sangre que llega al suelo y se une con otro que venía de arriba, subo mi mirada y el hilo que caía era del chico, el suyo y el mío se entrelazaban hasta que el de él llego a una de las tantas heridas de mi brazo «My Saviour»
A medida de que abro mis ojos, la imagen del sueño se desvanece y la voz de un hombre llega a mis oídos.
― ¿Esta bien? ―pregunta―. ¿Necesita algo señorita? ¿Por qué esta en el suelo? ―añade, no entiendo por qué se molesta en preguntar algo como eso ¿No tendrá vida? No contesto a sus preguntas, al ver mi estado, saca su móvil ¿Llamara a alguien?
―No llame ―levanto una de mis manos y le tomo el brazo donde sostenía su móvil―. Estoy bien, ya me iré de aquí ―me levanto con dificultad, me dolían mis piernas y mis brazos incluso aun sentía los jalones de cabello en mi cabeza.
―¿Segura no quiere que llame a alguien? Mire esta con la cara llena de morados y rasguños ―no fue nada solo una perra con rabia.
―Muy segura, esto bien― ¿Por qué las personas serán tan hipócritas? ¿De verdad le importa que haya estado allí tirada en el suelo? «¿A quién le importas? No seas ingenua»
―Como usted desee ―dice el señor que llevaba puesto un elegante gabán en el cual estaba guardando su móvil.
―Gracias adiós ―mis piernas no iban a aguantar caminar por mucho tiempo, si no tomaba un taxi iba a caerme en plena calle de New York, el señor entrometido del gabán iba detrás de mí ¿Qué quería?
Cada paso quedaba era doloroso para mí ya había caminado unas cuantas calles y no encontraba ni un jodido taxi, mierda, quería descansar y comprobar si el señor del gabán seguía detrás de mí. Por la acera por donde iba caminando había una Boutique donde vendían trajes de novias, demasiados lindos para mi, pero me detengo frente a los grandes ventanales que exponían a todos los que pasaban el maravilloso trabajo de la diseñadora o diseñador que lo había hecho, jamás usaría algo como eso,aunque me imaginaba en uno de esos vestido, pero ¿Mi novio? Era una tontería, ya tenia suficientes mentiras con Christian, no me provocaba pensar en mas cosas cursis de amor y tontadas. Me percato de que el señor del gabán sigue cerca de mi, aunque se detuvo en un puesto de periódicos ¿Que pensará de mi? No niego que mi aspecto esta deplorable, las personas se quedaban mirando o me ignoraban, tenia que irme antes de que la policía viniera por mi pensando que era una drogadicta, echo un vistazo hacia la calle y en ese momento un taxi pasa, esta libre, así que le saco la mano y se detiene, el taxista baja la ventana del copiloto.
―¿A donde la llevo?
―Lléveme al Williambriged Oval ―al decírselo me mira con desconfianza.
―Súbase ―sube el seguro de la puerta trasera , yo la abro y me subo.
―Muchas gracias.
―No es nada ―responde. Durante todo el camino siento la mirada del taxista por el retrovisor pero guardo silencio, no tengo ánimos de discutir solo quiero llegar a casa volver a mi habitación y no volver a salir.
―Llegamos, señorita ―dice el taxista, abro los ojos rápidamente ¿Me he quedado dormida?
―Gracias, ¿cuanto es?
―Son cinco dólares ―responder luego de revisar el taxímetro y su planilla.
―Mire ―le doy el dinero, reviso que llevo todo y salgo del taxi.
―Señorita ―exclama el taxista.
―¿Si? ―preguntó volviendo la vista a él.
―¿Esta bien? ―nuevamente esa pregunta
―Si no se preocupe ―doy la espalda al taxi y me voy hacia mi casa.
Compartía un apartamento con mi padre, la mayor parte del día estaba afuera, esperaba que hoy fuera uno de esos días que no volvía a casa temprano. Tenía ganas de darme una larga ducha y descansar lo que sobraba del día. Al llegar al edificio veo a Derek salir de este trato de mirar al suelo para evitar hablar con el, pero al perecer me ve y camina hasta mi.
―Hola Valerie ¿Como estas? ―¡Joder! Empezara a hacerme preguntas por mis heridas.
―Bien, pero voy algo apurada a casa hablamos luego ―salgo corriendo hacia el edificio pero Derek coge mi brazo.
―¿Que te paso? ―no se me ocurría nada inteligente para que lograra creerme.
―Nada grave, aun respiro ―por desgracia.
―¡Valerie! ―el tono de su voz lo decía todo, estaba enojado―. ¿Que ocurrió? ¿Por que tienes la cara llena de golpes? ¿Quien te hizo esto?
―Derek gracias por tu preocupación pero ahora no quiero hablar ―tiro de la mano de la que me tiene sujeta para soltarme, pero aprieta con fuerza y es imposible.
―¿Christian? ―sabia que no era necesario decir algo para que Derek se diera cuenta de que si algo me pasaba uno de los responsables era Christian, el me habia visto llorar muchas veces por culpa de él―. ¿Te golpeo Christian? ―volvió a preguntar―. Ese maldito ―murmulló.
―No fue él, aunque tiene algo que ver pero por ahora no quiero hablar de eso, por favor quiero llegar a mi apartamento y darme una ducha ―y limpiarme tratar de quitar de mi sus caricias, sus besos, ¡Todo!
―Vete ―dice Derek suspirando―. Pero mañana quiero verte y hablar ―notaba en su cara enojo.
―Oye no vayas a buscarle pelea a Christian, él no me toco, solo déjalo y ya ―solo me engaño y se acostó con otras―. Gracias por entender, por eso te quiero Derek, adios ―corro para entrar al edificio y subir rápido las escaleras hasta llegar al cuarto piso, abrir la puerta de mi apartamento, entrar y cerrarla, me deslice por toda la puerta hasta caer al suelo, estaba agotada quería olvidarme de todo.
Mi padre no estaba, era perfecto, entre en mi habitación y poco a poco me fui desvistiendo busque entre los discos que tenia en mi pequeña biblioteca algo de música para escuchar, encontré en un CD "Pierce the Veil And Black Veil Brides " nada mal, lo coloque en mi equipo de sonido y eche a correr a la ducha antes de que empezara la música, sonreí al darme cuenta que parecía una niña pequeña, entre a la ducha y deje que el agua empezara a caer sobre mi cuerpo, la música empieza a sonar y reconozco aquella triste guitarra del comienzo "Southern Constellations & The Boy Who Could Fly" me derrumbo en la ducha hasta quedar en suelo, vuelven mis rodillas a mi pecho, vuelvo a aquella posición donde me siento segura "Before I get you home you're nearly frozen But, I'll never let you freeze without me" mis lagrimas se mezclan con el agua de la ducha, la melodía triste del primer minuto acompañaba mi tristeza, llenado ese vacío y destruyéndome un poco más, pero la explosión de los siguientes segundos, es abrumadora, llena de energía y nada melancólico, sentía rabia, sentía rabia de mi, de todos, quería desaparecer cuanto antes deshacerme de estos sentimientos que solo me destruían, quería descansar, no volver a saber de nada, cerrar mis ojos y no volver, me levante de la ducha, cerré el grifo, llevada por la ira y el dolor, camine fuera de mi baño hasta llegar a la pequeña mesa de noche al lado de mi cama, introducir mi mano hasta el fondo y sacar mi salvación, aquella pequeña amiga que siempre me calmaba.
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Cortes unidos [Libro #1]
Romance"Qué harías si ves a una bella joven en medio de la noche en un solitario callejón llorando? Probablemente una persona normal saldría corriendo del miedo pero aquella no lucia de ninguna manera peligrosa y con la poca luz que había en el lugar notab...