Cortes unidos [Libro #1]

FINAL [PARTE DOS]

El sol estaba empezando a ocultarse, y aún faltaban unas horas para llegar al lugar en donde estaba Valerie.

La carretera no dejaban de pasar patrullas de al policía, habían retenes, detenían a todos los carros y revisan sus interiores, algo estaba sucediendo, y no sería extraño que esto fuera obra del señor anónimo.

Las sombras cada vez eran más grandes y los postes de luz se empezaban a encender.

—Valerie —repetía mentalmente.

Mientras un nerviosismo alojado en mi interior me hacía acelerar a tope la motocicleta.

Había hecho una promesa e iba a hacer lo posible para cumplirla, la mirada de la señora Kessler estaba clavada en mi mente, sus lágrimas y lo destrozada que se veía, eran imágenes que servían de combustible a la ira que estaba en crecimiento.

Los kilómetros cada vez eran menos y la oscuridad ya había tomado todo el cielo, la única luz que tenía era la de mi motocicleta, las vías estaban vacías, ya estaba próximo al lugar en donde Valerie estaba.

Deteniéndome frente a unos árboles observó la información del señor anónimo, la señal que tenía de Valerie era dentro del profundo bosque, debía dejar la moto ya que no había manera de conducir, debía llegar caminando hasta a el lugar que señalaba la información del señor anónimo.

Saco mi móvil, enciendo la linterna, aparco la moto detrás de unos árboles y me adentro entre los árboles.

—Valerie —susurro.

El silencio, me hace dudar, el lugar era demasiado solitario, quizás había caído en una rotunda trampa, pero ya no había marcha atrás, si aquí estaba Valerie avanzaría hasta encontrarla, o moriría en el intento.

Pov Valerie

La fuerte respiración de Christian, y el dolor en crecimiento dentro de mi vientre me sacan de mi sueño, me había empezado a gustar la oscuridad, perder la conciencia y no sentir nada era un alivio, que no duraba demasiado.

—¡Zorra! —gruñe Christian mientras me penetra—. ¡Esto te ganas por estar pidiendo ayuda!

Toma mi rostro son su mano derecha y aprieta mis mejillas causándome dolor.

—¡Espero que lo estés disfrutando tanto como! —continúa.

¿Disfrutar? No sentía más que dolor y arcadas, trataba de pensar en otras cosas, quizás en cuando era más pequeña y mis padres disfrutaban los días soleados. Durante estos días había soñado con aquello, y recordaba un poco más, volvía mi mente a aquellos recuerdos, tratando de olvidarme de la dolorosa realidad.

—¡Puta! ¿Te gusta? Se siente gran bien estar dentro de ti —seguía gruñendo Christian—. Qué bueno ser tu primera vez y la última, tienes un coño estrechó y delicioso, se siente bien.

Cerraba los ojos con fuerza, no quería ver sus ojos desorbitados de placer, no quería ver cómo estaba mi cuerpo, mis dolorido cuerpo.

—¡Mirame! —ruta Christian.

Lentamente abrí los ojos, y lo veo allí, sobre mi, sin camisa, con el pelo alborotado, sudor por todo su cuerpo y con aquellos ojos llenos de placer.

—Muy, eres más linda cuando obedeces.

Se inclina y junta sus labios a los míos, el sabor fuerte del licor lo empiezo a sentir por toda mi boca cuando introduce su lengua, las ganas de vomitar aumentan, pero ¿Qué podría vomitar? Si no recordaba haber comido nada últimamente.

—¡Valerie! —suelta un fuere suspiro y siento como si asqueroso líquido caliente me quema por dentro.

Sale de mi, y caigo al suelo, vomito, solo sale mis líquidos gástricos junto a un líquido espeso y rojo, sangre ¿Cómo había llegado a este punto? Bajo mi vista y veo cómo se aleja Christian llevando su ropa con él.