Capitulo 25

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Con Jodie frente al edificio era imposible escapar, y más cuando ya se había dado de cuenta que estaba allí, sin más, continuo mi camino esperando su emotivo saludo.

—Hola cariño— y ahí estaba el esperado saludo—. ¿Cómo estás?

—Antes de verte estaba mejor.

—Te estaba esperando —¿Acaso no entiende lo que le dije?

Se acerca dando pequeños saltos como una niña pequeña, haciendo que su vestido se mueva de un lado a otro.

—¡Quiero estar contigo el resto del día! —dice tomándome de mi brazo.

—¡Quieta! —exclamo quitando su brazo —Yo no quiero tenerte cerca, he tenido un día algo complicado y quiero descansar.

Me mira con ojos de súplica, mi estómago se revuelve del asco y al recordar todo lo que antes había conseguido colocando la misma cara.

—¿Y si descansamos juntos?

Suelto una carcajada.

—¿Tu y yo en una cama? Tendrías que drogarme —«Mala elección de palabras»

Alza sus cejas y me mira con sus ojos llenos de picardía.

—Puedo hacerlo.

Se acerca a mi rostro, retrocedo dando un paso atrás, pero posa sus manos en mi nuca impidiéndome que retrocediera más, veo como sus labios se acercan a los míos y se rozan.

Un impulso eléctrico recorre mi cuerpo, mi estómago se revuelve a tal punto de querer vomitar, me quedo helado en el lugar. Al ver mi reacción, se acerca por completo y posa sus labios en los míos.

Pero allí queda su intento, mis labios no se mueven por más que ella trata de conseguir un verdadero beso mío.

—¿Ya lo logre? —dice separándose de mis labios.

Una risa nerviosa se me escapa.

—Jodete Jodie.

Me aparto de ella corriendo hacia el interior del edificio, subo con total rapidez las escaleras hasta llegar a la puerta de mi apartamento, escucho los pasos de Jodie, abro la puerta y entro.

Escucho como Jodie llega hasta la puerta, pero no toca ni dice nada, y se marcha. Ya a salvo, me acuesto en el sofá, saco mi móvil con la esperanza de tener un mensaje de Valerie pero no había ninguno.

Durante la tarde, la idea de ir hasta la casa de Abby en busca de Valerie me pasa continuamente por mi cabeza y luego de estar tiempo pensándolo mientras leía, tomo algo de dinero y me pongo en camino a casa de Abby.

A unas calles antes de llegar a la casa de Abby, veo a la señora Carla llevando una caja de pizza, me acerco con cautela comprobando que era ella en realidad.

—Señora Carla —digo en voz baja para no asustarla.

Gira su cuerpo rápidamente, me mira asustada hasta que logra reconocerme y su rostro se relaja.

—Eres tu Jack —dice aliviada —por el amor de Dios, casi me causas un infarto y me haces tirar la pizza.

—Lo siento señora Carla ¿Le ayudo?

—Oh gracias —me da la pizza.

—¿Va a casa? — pregunto aunque era algo obvio.

—Claro que sí ¿Y tú? ¿Vienes por Valerie? 

Cortes unidos [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora