Capitulo 27

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Para mi no había pasado mucho tiempo desde que había dejado Alaska, pero para mi cuerpo si. El frío era una completa mierda y si no fuera por el abrigo que había comprado en el aeropuerto antes de abordar el avión me habría congelado antes de aterrizar.

Ya estaba donde el tipo de la nota extraña y el dinero infinito me quería, ahora debía buscar un lugar en donde vivir. Durante el viaje me había preguntado para que eran las llaves, pero una vez ya en tierra con mi maleta de vuelta revise las páginas siguientes de la libreta.

Según lo escrito allí, las llaves eran de mi antigua casa, donde había pasado mi niñez, eso es, la casa de mis tíos.

Como en todas las películas de terror la casa en la que mueren personas suele quedar abandonada, y esta vez no era la excepción. Con tablas en las ventanas y en la puerta, había encontrado la casa en la que en años había estado. A patadas y golpes con lo poco que pude encontrar en la calle logre abrir la puerta, las llaves eran innecesarias.

Inspeccione tanto la planta de abajo como la de arriba y todo estaba en pésimo estado, las pocas cosas que habían estaban destrozadas, incluso habían muestras de que bandidos alcohólicos habían usado la casa como guarida ¿Para qué coño eran las llaves?

No puedo negar que se sentía extraño estar aquí otra vez, las imágenes borrosas atormentaban mi cabeza, pero ahora no era momento de caer en una crisis. Pasar por las abandonadas habitaciones causaba terror, incluso para mí. Luego de no encontrar nada útil a la vista baje hasta el sótano el cual conservaba la puerta y esta sí que estaba en buen estado.

Introduje la llave y la gire, la cerradura giro junto a la llave y la puerta luego de varios giros abrió. Al entrar y encender la luz el lugar no parecía un sótano.

Todo estaba muy bien cuidado, las paredes incluso estaban pintadas de un suave gris y varios bombillos incrustados en él techo brillaban con intensidad.

Sofá, dos estantes que llegaban hasta el techo llenos de libros, una estufa, nevera, alacena, una cama y un armario era lo que se podía ver a simple vista. En el fondo había una puerta, camino hasta esta y al abrir en efecto era lo que me esperaba, un baño con todo lo necesario. ¡El señor anónimo sí que es generoso!

Dejó la maleta sobre la cama, y saco de allí la caja del móvil aún cerrada. Pegada a la tapa había un micro chip junto con el número del móvil, abro la caja y dentro un jodido iPhone, era irónico que no tenía para poder comer en el momento pero si un puto iPhone, inserto el chip dentro del móvil y a los pocos minutos luego de configurarlo estaba funcionando.

Me tiro en mi cama esperando descansar un poco mientras la llamada del señor anónimo llegaba para empezar con mi próximo movimiento, pero no fue necesario esperar demasiado, a los pocos minutos el móvil empieza a sonar. Tal como él dijo en la pantalla decía "numero privado".

—Bien ya estoy en Alaska ¿Ahora que sigue?

Detrás de la línea el hombre suelta una gran carcajada.

—¿Qué es tan gracioso? —pregunto molesto.

—Eres muy impaciente a pesar de que no recuerdas nada.

No recordaba nada era verdad, pero en el fondo aquellos ojos de aquella hermosa chica me decían mucho, se parecían a mi.

—No hay tiempo que perder idiota habla ya —espeto.

—Okey, siguiente movimiento, acostúmbrate a tu nuevo lugar donde vivirás por al menos una semana, hay ropa suficiente y comida también, además en la cochera por sí ya te diste cuenta hay una Ducati negra, las llaves están ya puestas en ella así que disfrútala será de gran ayuda.

Cortes unidos [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora