Cortes unidos [Libro #1]

Continuación Capitulo 20

Notas de autor

Como lo prometí aquí esta la continuación del capitulo anterior, espero que les guste y no olviden votar, es gratis :3 

***

De camino a la casa de Abby saco una de las cartas que tengo en mi bolso, las cartas que tome del armario de Jack, no sabía exactamente de qué cajón eran cada una, pero por su contenido ya me tendría que dar cuenta, saco una pequeña pieza de papel, era como si escribiera un poema, y comenzaba con "Temor" ...

"Temor a quedarme solo y lastimar a quienes quiero,

Temor a terminar con sangre sobre mi cuerpo.

Temor a repetir mi pasado y perder a quien aprecio,

Temor a mí, mis pensamientos, voces y mis miedos.

Y es que sentir temor es algo natural,Al menos eso dice el del doctorado y el disfraz

¿Pero temerme a mí mismo? Algo debe estar mal"

Aún faltaban algunos minutos para llegar a mi estación, guardo la pequeña pieza de papel en mi bolso nuevamente y saco otra, un poco más grande, y la tinta se podía notar al reverso.

"Usted me ha pedido que escriba sobre mi pasado a partir de ahora, la razón se la ha reservado pero ha dicho es mejor, le hare caso, al fin ya casi son cuatro años desde que nos conocemos, en los cuales muchos de mis secretos se han quedado con usted. Pero bueno sin hablar más comencemos a hablar de mi pasado.

Viví con mi madre hasta los siete años, luego me mude con mis tíos, murieron y viví solo por casi un año hasta que mi madre volvió por mí, volvimos a la antigua casa y meses después lo conocí a usted. Mientras tanto cada mes visitaba la tumba de mi padre, a veces compañeros del trabajo lo visitaban y fue allí donde conocí a Jodie Cowner, una chica linda, lista e hija de uno de las más grandes amigos de mi padre, hasta el día de hoy sigo en contacto con ella, y creo que nos iremos a vivir juntos cuando me mude a nueva york el próximo año.

No recuerdo mucho de mi pasado, he estado solo, o bueno, con pocos amigos, pero la soledad era presente la mayor parte de mi tiempo, tan solo en la escuela tenia a Megumi, los demás se me apartaban por razones desconocidas para mí en ese momento, hasta que logre leer un periódico en el que aparecí yo "Niño asesino" entendí por qué me temían, una foto mía aparecía junto con el título, pero aquello no le importó a Megumi ni a Jodie aun sabiendo todo lo que me he hecho.

Le contare sobre mis cortes en mis muñecas en otra carta, esta se ha hecho algo larga y la hoja se me acabara pronto.

El tren se detiene y bajo arrastrando mis maletas y con la carta de Jack en mi boca, luego de salir y apartarme de toda la gente, guardo la carta en mi bolso y me encamino a la casa de Abby.

―Hola nena― dice Abby al abrirme la puerta.
―Hola Abby, gracias por recibirme―digo mientras entro a la casa.
―Tranquila sabes que aquí eres bienvenida ¿Por cierto ya comiste algo? Por tu cara dudo que no, estas algo pálida― había olvidado por completo el desayuno, y el almuerzo también estaba pasando a un segundo plano.
―La verdad no Abby, pero no quiero molestar, pediré una pizza para las dos o algo así.
―Tranquila el almuerzo ya casi esta.
―Gracias Abby― digo mientras ella sale hacia la cocina ―Por cierto las maletas ¿Dónde las puedo dejar?
―Déjalas en mi habitación, que desde hoy será nuestra habitación.
―Gracias, aun no entiendo como llegaste más rápido que yo.
―Pues mi madre me recogió, te iba a invitar a venir con nosotras pero no te encontré así que nos venimos solas, me dejo y ella se fue, estaba durmiendo cuando el teléfono empezó a sonar, conteste y eras tú, apenas supe que ibas a venir me levante y empecé a cocinar.
― Te tomas muchas molestias.
―No es nada
―Gracias Abby, dejare las maletas arriba―subo y dejo las maletas a un lado de la cama de Abby, me sentía como en casa, aunque temía hacerle daño a ella o a su madre, era costumbre mía arruinar todo a donde llegaba.

Al bajar Abby ya tenía servido los platos del almuerzo en el comedor, al menos los míos, ella estaba sentada con los pies cruzados en el sofá, tome mi plato y la acompañe, almorzamos mientras veíamos una película, dejamos los platos en el suelo hasta que se terminó, nos levantamos y luego de una discusión Abby dejo que lavará los platos, subimos a su habitación y me ayudo a acomodar mi ropa dentro de su enorme armario.

―Qué suerte tienes de tener esta casa y a tu madre― digo al terminar de acomodar todo.
―Sin el esfuerzo de ambas no hubiera sido posible, ella sigue trabajando arduamente, no fue sencillo al principio, pero logramos salir adelante― de su madre venia ese espíritu independiente de Abby.
―Y aquí están los resultados, que felicidad tener una madre así―cerca de ti.
―La tuya también es genial ¿Cuándo volverás a hablar con ella?
―Hable con ella hace unos días, debió ya salir y haber vuelto a casa pero mi móvil está descompuesto y no me he podido comunicar.
―Verdad, mi madre te iba a dar esto― va hasta la mesita de noche al lado de su cama y del primer cajón saca una caja ―Mira― La abro y adentro había un móvil nuevo.
―O-oye no puedo recibir esto, no me lo merezco― digo cerrando la caja.
―Tómalo como un regalo de cumpleaños adelantado.
―Es en tres meses mi cumpleaños, es demasiado adelantado este regalo.
―Pero mi madre quiso dártelo, y yo tuve algo que ver también.
―Gracias Abby― la abrazo con toda mi fuerza.
―Bien usado ahora mismo― saco de mi bolsillo mi móvil dañado, retiro la sim de su interior y la coloco dentro del nuevo móvil.
―Gracias― digo nuevamente mientras lo enciendo.
―No es nada, ya vuelvo Vale, acostúmbrate a tu nuevo teléfono―era genial, podía llamar a mi mamá «Y ya también podría hablar contigo» No si no sabía que ya tenía móvil nuevo.

De pronto la pantalla se ilumina, y el número de mi papá aparece en esta, deslizo el dedo sobre la pantalla para contestar.

―¿Qué quieres papá?
―Señorita Valerie, habla el doctor Dante, hemos encontrado a su papá en un callejón con múltiples heridas, si puedo lo más rápido posible acérquese al hospital, puede ser la última vez que vea a su padre― por mucho tiempo desee que mi padre desapareciera de mi vida, pero no de esta manera, era un buen papá, tenía su lado cariñoso, amable y sonriente, quería mirarlo a los ojos cuando tuviera mi diploma y demostrarle que era capaz de muchas cosas y ver en sus ojos ese orgullo de padre, pero ahora estaba al borde de la muerte y podría ser la última vez que vería sus ojos.