•En donde JungKook es un mafioso que está obsesionado con Park JiMin, y hará todo lo posible para que sea suyo, a tal punto, de s2cuestrarlo
•O en donde JiMin está enamorado de JungKook, y es un completo masoquista que ama lo posesivo que JungKook...
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JiMin buscó la manera de acercarse más a JungKook, durante los próximos cinco días. Quería preguntarle sobre su pasado, pero nunca hallaba la manera de hacerlo, sin que sonara tan brusco o fuera de lugar. Últimamente pasó un poco más de tiempo con él, le agradecía bastante, porque no quería estar cerca de ese MinGi, que solo lo estresaba con su actitud de "todos míos", un intento de fuckboy de primera.
Jeon se volvió más encantador que antes, era más caballeroso y divertido, incluso aseguraba que Nagoya era su hija. Mandó a acomodar una habitación solo para ella, incluso le hablaba y jugaba con ella.
Estaba cayendo redondito por esa faceta de JungKook.
—Dios, ¿acaso me dio sindrome de estocolmo?
—Parece que sí.
HoSeok entró, sin avisar.
—No te culpo, Jeon es bastante atractivo.
—Lo es, me encanta —dice sin darse cuenta.
—Uhhh, yo sabía que ibas a caer en algún momento.
—¡Oye! —lo mira mal.
—Ya que llegamos a este punto... Creo que ya es hora, ya sabes, que hagas eso —le guiña el ojo.
—No —niega—. Me da vergüenza.
—Uy sí, como no —entorna los ojos—. A ver, no pierdes nada con intentarlo, seguro te va a gustar mucho. JungKook tiene cara de que folla bien.
—Ash, vete mejor.
JiMin lo empujó fuera de su habitación y se sentó en la cama, cruzado de brazos. Se quedó pensando en si hacerlo o no, HoSeok tenía razón, no perdía nada con intentarlo.
—Solo voy a ver como me quedan y ya.
Se metió al armario, quería ver si le quedaban lindas o feas, así podría tomar una decisión, y sí, estaba pensando en las medias de red.
—Solo unos segundos...
Sacó aquellas medias, sentía como si estuviese cometiendo el peor de los delitos. Se quitó los shorts que tenía en ese momento y se colocó con cuidado las medias, fue un poco difícil para él ponérselas, era extraño.
—Me siento raro...
Salió de la habitación para poder verse en el espejo, el color negro resaltaba muy bien en sus piernas blanquecinas, se miraban atractivas.
—Ah... Se ven mal.
Estaba a punto de ir a quitárselas, pero, parecía que la suerte no estaba de su lado nunca, porque siempre llegaban personas en los momentos menos indicados.
—Yo no creo que se te vean mal.
—¡Jung-JungKook!
Corrió hasta la cama y se ocultó entre las sabanas, como si eso fuese capaz de hacer que JungKook se olvidase de todo lo que vio.
