Capítulo 125

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En la habitación, Claire se había cambiado de ropa y puesto una de sus batas delgadas y sencillas para después sentarse en la cama e ir poniéndose crema en los brazos.

En eso Owen se acercó arrodillándose frente a ella. -Deja que te ayude con eso querida-. Dijo el hombre mientras esté comenzaba a poner crema en sus manos e ir aplicandoselo a su mujer en las piernas mientras le daba un suave masaje.

-Uuuuuh se siente muy rico mi amor-. Dijo la mujer cerrando los ojos y relajándose.

-Lo sé mi amor, estás haciendo un gran trabajo cuidando a nuestros pequeños y se que te deben doler las piernas-.

-Un poco amor, siento que están inflamadas, aunque sé que toda yo lo estoy-. 

-¿Mi amor de qué hablas? Estás igual de hermosa que siempre, es más así estás más hermosa y radiante que nunca-.

-Claro que no amor, no digas mentiras-.

-No lo hago mi reina, de verdad que para mí no hay mujer más hermosa que tú-. Dijo el hombre mientras le iba besando las piernas que tanto le encantaban e hinoptizaban. -Tu suave y tersa piel blanca, tus piernas tan firmes, esas caderas que me vuelven loco-. Owen iba observando a su mujer que siempre le hacía tener los pensamientos más hermosos y a la vez los más fantasioso, mientras iba subiendo. -Tus manos suaves, brazos, tu cuello, esos pechos que me hacen querer estar en ellos toda la vida, que por cierto están más grandes y firmes...-.

Claire miraba sonrojada y cautivada a su esposo que igual la veía directo a los ojos mientras se iba acercando cada vez más a su labios, hasta que los de ambos chocaron de tal forma que tuvo lugar un beso apasionado e intenso a la vez que sus manos del entrenador iban acariciando cada parte del cuerpo de su mujer haciendo que esta se erizara y sintiera como una corriente eléctrica subía por su espalda hasta su cabeza.

-Espere señor Grady-. Dijo la mujer separándose ligeramente de su esposo deteniendo el beso que cada vez se iba haciendo más intenso. -Mi hermana y su familia están aquí en la casa-.

-Y ¿que tiene amor?-. Dijo el hombre mientras le iba besando el cuello como ella amaba. -En diciembre lo hicimos estando ellos-. 

-No me engaña señor Grady se a donde van estos besos, no podemos, no sería lo correcto y sé lo hicimos pero ahora con el embarazo es un poco más complicado y más intento pues sabes que siento más-.

Owen la miró con una sonrisa creativa. -Esta bien amor, talvez no podemos tener sexo pero al menos si te puedo dar un masaje ¿No?-.

Claire dudando de las intenciones de su esposo aceptó, de tal forma que Owen se puso de pie y fue encendiendo unas velas aromáticas que tenía en toda la habitación. -¿Qué haces amor?-. Preguntó intrigada la pelirroja.

-Quiero hacer un ambiente para que te relajes cariño-. Tras encender las velas y aromatizar a lavanda toda la habitación, esté puso música suave a bajo volumen para no despertar a todos en la casa.

Después, este se sentó en la cama detrás de su esposa situándola entre sus piernas y comenzó a ponerle crema en sus hombros para ir dándole un masaje relajante.

Las manos del entrenador se fueron deslizando por todo el cuello, pecho y hombros de su mujer, haciendo que esta liberara toda la tensión que tenía en sus músculos de poco en poco.

-¿Desde cuándo sabe dar tan ricos masajes sr. Grady?-.

-Bueno aprendí viendo videos al respecto amor, quería sorprenderte con uno tras saber el cómo te podrías sentir durante el embarazo, es lo menos que puedo hacer mi amor, me estas dando uno de los mejores regalos que alguien me podría dar-.

¿Y LUEGO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora