Capítulo 11: Competencia

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Capítulo 11: Competencia

Kagome regresó a su casa muy cansada, había sido un día emocionante en todo sentido, gritó lo que tenía guardado, fue tan liberador que sintió que una pesada carga aminoraba en su interior.

Al otro día antes de la práctica de arquería Yuri ya la esperaba, tenía la vista clavada en el suelo y la cara ruborizada.

- K-Kagome – la inseguridad en su voz era evidente – yo sólo… yo… quiero pedirte perdón, sé que me porté horrible contigo, estoy realmente arrepentida.

- No te preocupes Yuri, no me hiciste daño – respondió Kagome, analizándola, podría tratarse de un truco de Kaoru.

- Por favor, perdóname. – Yuri posó su mirada en los ojos de Kagome. – Las cosas se excedieron… en serio, lo siento muchísimo.

Los ojos de Yuri se humedecieron, de modo que Kagome bajó la guardia y aceptó sus disculpas.

- Gracias, eres muy amable – sonrió complacida Yuri.

- Ya está olvidado. – Y Kagome avanzó. – Tengo que irme.

- ¡Espera! – Yuri le agarró el brazo. – Hay algo más.

- ¿Qué pasa?

- Ya sabes que Sora está lastimada, necesitamos otra presidenta en el club…

- ¡Ni lo pienses! ¿Kaoru te mandó?

- ¡No! – Yuri se sintió ofendida. – Creí que te interesaría, sólo tú tienes una gran pasión en la arquería, es lo que necesitamos.

- Pues no tengo tiempo para eso.

- Si tú… si no lo haces la presidenta será Kaoru.

- ¿Qué? – Si Kaoru tomaba el control la expulsaría del club, no quería eso.

- Hay una tradición para elegir a la presidenta – se explicó Yuri –. Se hace una competencia de arquería, quien gane será la elegida. Kaoru ha estado entrenando, ya es muy buena… Kagome sólo tú puedes derrotarla.

- Pero yo…

- ¡Por favor! – suplicó la chica –. Si no lo haces… yo también podría ser expulsada.

- Lo siento en verdad Yuri, pero no puedo, ser presidenta requiere dedicación, ya no puedo perder más tiempo, las niñas me necesitan.

- E-Entiendo – se le quebró la voz –. Discúlpame de nuevo.

Yuri le dio la espalda, pero Kagome alcanzó a ver las lágrimas derramarse en sus mejillas.

- ¡Yuri espera! – gritó -. ¿Cuándo es la competencia?

- ¡Oh, Kagome! Gracias.

Sería llevada a cabo al día siguiente, Kagome no tenía mucho tiempo para practicar y Kaoru ya era bastante buena. Suspiró apesadumbrada. Ambas chicas siguieron su marcha rumbo a la práctica.

Kagome despertó nerviosa, en unas horas sería la competencia, se vistió y desayunó rápidamente, se despidió con un abrazo de Aimi y Emi, Souta y su madre le desearon suerte y ella partió.

Llegó temprano a la escuela, la verdad es que no quería ser presidenta, pero tampoco quería dejar ganar a Kaoru ni abandonar el club, la única opción era competir y ganar. Pensó en Kikyo, ella había sido una excelente arquera, ojalá no sólo se hubiera parecido en el físico y un poco de sus habilidades se le hubieran quedado.

En la hora del almuerzo, como de costumbre, almorzó con Shizen. Él no había sacado el tema del parque de diversiones, eso era algo que Kagome apreciaba mucho, Shizen sabía darle su espacio. En esos momentos hablaba sobre la termorregulación de los reptiles, Kagome casi nunca participaba activamente en esas conversaciones, pero Shizen la notó demasiado distraída.

- ¿Qué pasa, Kagome?

- ¿Eh?

- ¿Qué te ocurre? ¿Estás preocupada por algo?

- Es que… hoy habrá competencia para ser la presidenta del club de arquería.

- ¿Es sólo eso?

- Sí, ¿por qué?

- No, nada. – Sacudió la cabeza. - No te preocupes, todo irá bien. Eres muy buena, tienes una gran puntería.

- La verdad es que no he entrenado tanto como Kaoru. ¡Estoy muy nerviosa!

- Verás que ganarás y las llevaré a celebrar.

- ¿”Las”?

- Quiero conocer a tus hijas.

- ¿Qué? ¿Es en serio? – Kagome estaba boquiabierta.

La hora de la competencia llegó, las manos le sudaban a Kagome, pero estaba decidida, le enseñaría una lección a esa mujer tan impertinente. Para su sorpresa, el evento atrajo la atención de muchas personas, tuvo que esquivar a varias para poder llegar a la zona de tiro.

Sólo cuatro chicas competían. Kaoru le dedicó una mirada de odio y Kagome le iba a responder de la misma manera, pero de entre la multitud surgió la voz de Shizen, haciendo que Kagome enrojeciera tremendamente.

- ¡Eres la mejor, Kagome! – gritó -. ¡Tú puedes!

Tenía que buscar la inspiración en algún lado, tomó aire lentamente y apuntó. Vio el blanco, apuntó e imaginó la cara de la horrible demonio que atacó a Sango, que destruyó la aldea, que desapareció a Inuyasha. Después de eso fue mucho más fácil.

Kagome motivada por la furia acertó en todas. La presión del marcador y las exclamaciones de admiración cada vez que pasaba Kagome pusieron nerviosa a Kaoru, haciéndola perder la calma y fallar. Finalmente se anunció que la nueva presidenta era Kagome.

Shizen corrió hasta ella y en un arranque de emoción la abrazó, frente a todos.




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*Esta historia no me pertenece. Todos los créditos a su respectivo autor/a.

Kagome, una difícil desiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora