Capítulo 13: Kohaku
Shizen las acompañó hasta la entrada de la casa de Kagome y luego se dirigió a la suya. No pudo dormir, entendió que Kagome no sólo tenía un vínculo sentimental con ese tal Inuyasha, sino también un pasado que incluía rescatarla de monstruos y demonios, en definitiva no podía competir con eso. Además, ella no sólo lo había dejado a él, también estaban esos amigos que la aceptaron como una familiar, Sango prefirió salvar a Kagome y sus hijas a costa de su propia vida. Shizen se sintió más solo que nunca. Cuando finalmente pudo conciliar el sueño, tuvo una pesadilla, un enorme perro demonio se llevaba a Kagome muerta entre sus fauces.
En la escuela, a la hora del almuerzo, Kagome le narró más aventuras de la época antigua, mencionó a Kouga y a Kaede, Shizen notó su entusiasmo, su brillo en la mirada al hablar de Inuyasha, navajas filosas atravesaron su enamorado corazón, pero sonrió y preguntó con fingida alegría. No quería causarle más problemas a Kagome.
Las cosas con ella cambiaron, ahora Kagome era la que acaparaba las conversaciones en el almuerzo, siempre tenía historias tan increíbles que Shizen no podía dejar de escucharla, hasta que el nombre de Inuyasha salía de los labios de la chica.
Los fines de semana llevaban a las niñas a pasear. La ocasión en que llevaron a Aimi y Emi a la piscina fue todo un suceso, Kagome se sonrojó tanto al presentarse en traje de baño ante Shizen, pero él no hizo ningún cometario, sin embargo, si ella hubiera escuchado su alocado corazón habría salido corriendo.
Los días pasaban, Shizen sabía que enamorarse de Kagome era un error, ella era una chica llena de problemas, y su estrategia siempre había sido huir de ellos. Pero era imposible, la mera idea de alejarse era insoportable.
Un día Kagome le anunció que no iría al otro día a la escuela.
- ¿Por qué? – preguntó preocupado -. ¿Pasa algo?
- Esta noche… hay luna llena.
- No te entiendo. - ¿Qué importaba eso? Era un día que no vería esos ojos.
- Kohaku prometió darme noticias la noche de luna llena…
- ¡Eso fue el mes pasado! – se quejó el chico.
- ¡Pero podría venir!
- Lo siento Kagome, pero creo que debes ver hacia adelante, no es bueno aferrarse tanto al pasado.
- ¡Jamás dejaré de buscarlos!
- Lo siento… - Un nudo se formó en su garganta, pero se obligó a sonreír. – A veces soy un poco egoísta, claro que tienes que ir…
- Gracias – suspiró Kagome –. Sólo espero… que sean buenas noticias.
- Es obvio que sí. – Ella lo miró a los ojos. – Si él hubiera muerto tu corazón lo sabría, habrías sufrido, pero sabrías que ya no hay remedio… tú… tú sabes que él vive.
Por la noche Kagome esperó a que Aimi y Emi se durmieran, se las encargó a su madre y partió con una chispita de esperanza. La sorpresa de Kagome fue tan tremenda que perdió el aliento, Kohaku y Kirara ya la esperaban al otro lado del pozo.
- ¡Kohaku!
- Kagome – saludó él con media sonrisa.
- ¿Qué ha pasado? ¿Sabes algo?
- Perdón por no haber venido la vez pasada… encontré una pista y decidí seguirla, espero no haberte preocupado.
- No importa, ¿qué descubriste? – preguntó ansiosa.
- La gente de una aldea muy lejana cuenta que un angustiado hombre se encontró con una demoníaca mujer que le arrebató a su hijo pequeño, diciéndole que “sería un delicioso bocadillo”, su esposa luchó inútilmente y perdió la vida… al parecer… ese rastro sigue más al norte… yo sólo regresé para avisarte.
Kagome se quedó muda de la impresión, luego de un rato, un sollozo se escapó de su boca.
- ¡Llévame contigo, Kohaku!
- Pero las gemelas…
- ¡Estarán bien con mi madre! – gritó frustrada, no permitiría que se fuera sin ella.
- Kagome, si no regresas se preocuparán por ti.
- ¡Kohaku, no sabes la angustia que he sentido todo este tiempo! – Apretó los puños decidida. – Iré contigo.
Él lo pensó, Kagome se acercó a Kirara.
- Vendré por ti mañana.
- ¡No!
- Vendré por ti mañana – repitió –, te doy mi palabra – al ver el gesto molesto de Kagome, se explicó -. Porque puede que te tome un tiempo regresar – dijo desviando la mirada. Kagome lo entendió, existía la posibilidad de no regresar, sintió sus piernas flaquear.
- K-Kohaku…
- Es diferente para mí Kagome, sólo me quedan Aimi y Emi… sé que estarán mejor en tu época que aquí, pero tú tienes una familia que te espera…
- ¡Te equivocas! – rebatió contundente –. Tal vez “parte” de mi familia esté allá, pero aquí dejé a la otra, y la voy a encontrar.
- Si estás decidida – susurró –, te veré aquí mañana.
- Gracias – respondió ella también en susurro.
Kagome saltó de nuevo por el pozo, preguntándose ¿había obtenido buenas o malas noticias? Pensó en los brazos protectores de Inuyasha, pero se asustó terriblemente cuando una imagen fugaz de Shizen surgió en la escena. Tenía que despedirse de él.
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*Esta historia no me pertenece. Todos los créditos a su respectivo autor/a.
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Kagome, una difícil desición
FanfictionKagome vivía una feliz vida junto a su amado Inuyasha hasta que un ataque sucede. Huyendo a su época con las pequeñas de Sango para salvarlas, regresa para encontrarse con tristeza y dolor. ¿Era posible que su amado Inuyasha y sus amigos estuvieran...