Capítulo 13

128 33 40
                                    

Salgo del cuarto y bajo las escaleras sin esperar el desayuno, no tenía hambre así que no veía sentido seguir en la habitación.

A primera hora tocaba clase de baile; no veía a Alba desde la fiesta y recordar sus palabras me irritaba, luego volví a pensar en Leonardo y me vino a la mente la tarde anterior, este tema ya me tenía incómoda.

Al llegar al salón Alba estaba ahí, respiré y decidí esperar fuera a las demás estudiantes, pero ella me vio antes de que pudiera salir.

-¿Pretendes compensar tus ausencias con tu puntualidad? Te aviso que no funcionará -exclamó mientras se miraba en el espejo para calentar.

-Créeme, de haber sabido que estabas aquí hubiese esperado más tiempo antes de ver tu cara -respondí cerrando la puerta y dirigiéndome a los ventanales para ignorarla hasta que comenzara la clase.

-Desde el primer día supe que serías un incordio, pero te felicito lograste superar mis expectativas-

-Bien, aunque no me interesa en lo absoluto -respondí nuevamente sin mirarla.

-Eres igual que Lucia, arrogante y creída, quizás por eso Leo está obsesionado contigo, solo representas un fantasma en su cabeza -

-¿Qué dijiste? -pregunte, esta vez mirándola.

-¿Piensas realmente que significas algo para él?, solo eres el reflejo de esa mosquita muerta, por eso esta tan obsesivo, está reviviendo el pasado, no eres más que un fantasma -dijo sonriendo mientras se estiraba.

Sus palabras no me inspiraban confianza y menos después de la historia que se había inventado para separarme de Leo, pero algo me decía que esta vez un poco de verdad afloraba en su comentario. El misterio al rededor del pasado de Leonardo con esa chica cada vez era más grande al igual que mi curiosidad e inquietud.

Llegaron las demás chicas interrumpiendo la conversación y dando inicio a la clase. Con ellas llego Humberto, quien fijo su vista en mi causándome nauseas.

Había nuevas incorporaciones, pero no se veían asustadas, supongo que estaban plenamente conscientes de donde estaban metidas.

La clase paso como todas, inconscientemente me destacaba lo que hacía enfurecer a Alba y babear a Humberto, aunque ya no me importaba, de cierta forma me sentía un poco más segura siendo una favorita.

Al concluir tome mis cosas para cambiarme de ropa y abandonar el salón, al ver hacia la entrada estaba Leo recostado a la puerta, mire hacia atrás y todas las nuevas estaban sonriendo y cuchicheando mientras lo miraban, Alba estaba mirándome con odio junto a las demás y Humberto escribiendo en una libreta sabe dios qué cosa. Me acerque a Leo sorprendida.

-¿Qué haces aquí? -

-Vine a buscar a mi chica -
Me tomo de la cintura y su roce hizo que mis mejillas se tornarsen rosadas por un momento.

-Estás loco -dije mirando a Alba.

-Si, por ti -contestó guiándome hasta la salida sin apartar su mano.

En los vestidores estaba quitándome las zapatillas mientras conversábamos.

-No deberías hacer esas cosas -

-¿No puedo verte cuando me plazca? -

-Sabes a lo que me refiero - dije poniendo los ojos fijos en él, su actitud me había molestado mucho.

-Tenía que hacerlo, recuerda donde estamos, todos tiene la mirada en nosotros, si sospechan algo Marcia podría asignarte a otro profesor -

Note su molestia al pronunciar las últimas palabras. Pensar que Marcia podría entregarme a otro y que ese otro sería obviamente Humberto me daba terror, pero por otro lado me había sentido muy incómoda con la mirada de Alba clavada en mi.

Dulce esclavitud ( ☑TERMINADO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora