Capítulo 19

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Me acerqué a él como si fuese un reflejo, como si fuese una ilusión.

- ¿Leo? -

- ¿Cuánto me extrañaste? - preguntó acariciando mi rostro.

No me contuve al sentir su tacto sonreí, lo bese y lo abrace llorando con fuerza, el me devolvió el abrazo, luego se separó de mí para volver a besarme. Un beso que significaba, deseo, amor, nostalgia, un beso que devolvió mi alma a la vida, que me hizo despertar de la pesadilla y borrar el dolor.

- ¿Dónde estuviste? ¿Por qué no me llamaste? - pregunté desesperada.

- Nada de eso importa ahora, lo que sé es que jamás volveré a dejarte - respondió viéndome a los ojos.

- Pensé... pensé que... oh mi dios - expresé ahogada en llanto cubriéndome la cara con las manos y escondiéndome en su pecho.

- Hey, tranquila - dijo Leo levantándome la cabeza para verme a los ojos.

- Pensé que me habías abandonado - le confesé temblorosa.

- Eso nunca, nada jamás podrá separarme de ti - me asegura.

Volví a abrazarlo intentando convencerme de que la pesadilla había terminado.

Fuimos juntos a casa, al llegar soltamos todo y nos sentamos en el sofá, Leo me abraza mientras apoyo delicadamente mi cabeza en su hombro.

- ¿Cómo has estado sin mí? -

Guardé silencio intentando respirar para no echarme a llorar, todo había sido demasiado intenso, su pregunta me hacia revivir lo que habia estado pasando durante su ausencia.

- ¿No contestarás? - preguntó preocupado.

- Todo ha estado bien - mentí en un intento por convencerlo y que dejara el tema.

- No suenas muy convencida - Dijo dejando de abrazarme para mirarme a los ojos.

- Solo te extrañe mucho - respondí dibujando una media sonrisa con los ojos húmedos.

- Ámbar... -

En eso un ladrillo atraviesa el cristal de la ventana principal de la sala, ambos nos alarmamos, pero yo ya sabía lo que era.

- Que ostias... - maldijo él enojado.

Se levanta y ve el ladrillo que alrededor tiene un papel, lo toma y lo lee.

"sí sigues aquí morirás"

- ¿Qué es esto Ámbar? - preguntó con horror en los ojos.

- ¿Qué dice? - pregunté calmada.

Leo me pasa el papel, lo leo, suspiro y luego miró por la ventana.

- Habrá que comprar otro cristal -

- ¡¿Te amenazan y lo único que te importa es el puto cristal?! ¿Quién es? - grito él furioso.

Lo mire, su rostro mostraba confusion, miedo y enojo.

- Leonardo déjalo estar - pedí intentando no alterarme, las lágrimas amenazaban con salir.

- ¿Estás de broma? ¿Dime quien es el imbécil? - volvió a preguntar presionando.

- Si supieras quien es... no se como reacionaras, tengo miedo - dije mirándolo a los ojos

Tenía miedo, miedo de perderlo, miedo de que su historia con ella fuese a revivir, miedo de que él la estuviese esperando. Una inseguridad muy grande recorrido mi cuerpo, no sabia por que, pero me sentía demasiado vulnerable.

Dulce esclavitud ( ☑TERMINADO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora