Capítulo 24

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Caminé durante horas hasta que encontré un alquiler que podía pagar. La habitación no era muy grande, pero no era importante, la cama era matrimonial lo que me recordaba mi situación y me hacía sentir fatal, después de acomodar mis pertenencias en el pequeño armario, me desnudé quedándome solamente en bragas y me acosté abrazando una almohada, comenzando nuevamente a llorar. Mi vida había vuelto a cambiar, ya no tenía a mis padres, ya no tenía a Leo, era solo yo, un nuevo capítulo de mi historia.

Después de unas horas volví a dar con la realidad, me había quedado dormida a consecuencia de la mala noche anterior, mire por unos segundo a mi alrededor, era raro levantarme en un lugar que no fuese mi casa, bueno, la casa de Leo, la que compro para nosotros.

Me levanto de la cama y me coloco un pulóver, me acerco al teléfono y marco el número de la cafetería donde trabajo, me sale Yesica, la chica que atiende las reservaciones y recibe a los clientes, pido un poco de comida y le pido de favor que no le cuente nada a Greg, ella sonríe y me dice que no me preocupe, luego colgamos el teléfono.

Mientras esperaba la comida decidí darme un baño para liberar un poco mi cuerpo de la tensión. En cuanto salgo tocan la puerta, así que me dirijo a ella con el pelo aun envuelto en la toalla.

- ¿Qué haces aquí? – pregunto al ver a Greg frente a mí con mi pedido.

- Traigo tu comida y una gran curiosidad por saber ¿qué haces aquí? – respondió sonriendo.

No pude evitar sonreír y dejarlo entrar.

- Mataré a Yesica cuando la vea – dije liberando mi cabello húmedo del amarre de la toalla.

- No es su culpa, yo pasaba por su lado cuando oí vuestra conversación – dijo colocando la comida en la mesa del salón comedor.

Servi comida para ambos y terminamos sentados en el sofá comiendo mientras yo le contaba a Greg sin detalles mi ruptura con Leo.

- Así que lo dejaste – afirmo tomando un sorbo de vino.

- Sí, no era la vida que quiero para mí, al menos eso creo – dije aun confusa.

- Y ¿cómo estás? –

- Mal, aunque supongo que es por la costumbre, ya el tiempo me curará –

Vi una mirada distinta en el cuándo terminé de contarle todo, un brillo más cariñoso asomo en sus ojos.

- Bueno, ¿quieres que te espere para ir a trabajar? –

- Esta bien, me cambio y nos vamos – dije con una media sonrisa recogiendo los platos.

Me seque un poco el pelo y me cambie de ropa para ir a trabajar. Al terminar Greg se ofreció nuevamente para regresarme al alquiler. Sabía que él se había ilusionado, no era tonta, pero lo de Leo era muy reciente, necesitaba estar sola un tiempo antes de pensar en volver a empezar con alguien.

La noche fue larga, dando vueltas en la cama me sentía impotente, nunca pensé estar tan mal por un hombre, en tiempos atrás no me lo hubiese permitido, pero ahora parecía que Leo era mi debilidad.

Al llegar al colegio respiré hondo antes de entrar, ¿Por qué tenía que ser tan difícil si fui yo misma quien lo decidió?  La contradicción reinaba en mi mente, era una batalla constante por bloquear los latidos de mi corazón. En la entrada me encontré con Beatriz.

- Hola bonita, ¿qué tal estas? –

La observe, ¿Leo le habría dicho de nuestra ruptura?

- Tierra llamando a Ámbar, el malestar te tiene ida –

- ¿Qué malestar? – pregunte.

- Leo informo que te sentías mal y por eso no habías venido a la escuela –

Dulce esclavitud ( ☑TERMINADO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora