Capítulo 21

65 13 28
                                    

***Ámbar***
Despertar con los rayos del sol acariciando mi rostro nunca fue una costumbre para mí, pero luego de la noche anterior mis baterías quedaron agotadas. Me incorporo sobre el colchón para estirarme y tardo unos segundos en darme cuenta de que tengo una rosa a mi lado, aunque ahora vivimos juntos no ha perdido la costumbre, lo cual me hace sonreír.

Entro al cuarto de baño y me ducho para terminar de despertar, me esperaba un largo día por delante.

Mientras me cepillo el cabello observo mi rostro en el espejo, me veo más apagada, la vida me ha propiciado muchos golpes y los resultados se reflejan en mi piel; las inmensas bolsas negras bajo los ojos y la perdida de brillo de mis pupilas hablan por si solas. Me maquillo un poco para elevar mi espíritu y bajo para encontrarme con mi chico.

Una vez abajo veo que no está por ninguna parte, entro a la cocina y me encuentro una nota en sujetada por un imán en la puerta de refrigerador.

Fui hacer la compra, seguro regresare antes de que despiertes. Feliz mañana para mi joya perfecta.

- Llega tarde mi señor – susurre doblando el papel y dejándolo sobre la meseta de la cocina.

Me dirijo a la cafetera y veo que ya está mi preciado líquido negro, me sirvo una taza y pongo a tostar pan para desayunar. Abro el refrigerador y realmente veo que necesitábamos las compras con urgencia. Saco un vaso de jugo que quedaba y los ingredientes necesarios para un omelette de verduras y jamón.

Mientras cocino pienso en lo que sucedió la noche anterior, las reacciones de ambos no paran de aumentar mi furia hacia ellos. Solo espero que después de nuestra mini conversación, Greg se haya dado cuenta de cuales son mis verdaderos sentimientos hacia él y así los celos de Leo disminuyan también.

Me siento a desayunar con tranquilidad cuando escucho el timbre y me sobresalto, ¿Quién puede ser? Menudo momento para estar sola. Respiro dejando a un lado mi paranoilla y me acerco al recibidor para observar por el ojal de la puerta. El pelo rubio de Beatriz se atraviesa en mi campo de visión y suspiro mientras giro el picaporte para dejarla pasar.

- Menudo susto me has dado – dije mientras la rubia entraba en casa.

- Puedo verlo en tu cara, deberías relajarte, ¿Dónde está el vago de tu novio? – dijo dejando su cartera sobre el sofá.

- Fue hacerlas compras – respondí siguiéndola.

- ¿Sin ti? Que milagro – señaló observándome.

- Como puedes ver acabo de levantarme, ¿me acompañas a un café? – pregunte invitándola al comedor.

- Obviamente que sí, traje estos pasteles para ti, así que tenemos la excusa perfecta – dijo agitando con suavidad el cartucho de la pastelería.

- Si no fueras mi amiga, pensaría que quieres verme gorda – dije tomando el cartucho para oler el contenido, eran mis favoritos.

- Me descubriste, siento envidia de lo buena que estas – respondió la rubia coqueta.

Ambas sonreímos y fuimos al comedor para degustarlos pasteles acompañados de unas buenas tazas de café.

***Leonardo***
Mientras camino de regreso al aparcamiento miro la hora, Ámbar debe estar despierta ya así que me apresuro para que no esté sola, últimamente su forma de ser me confunde, quiero pensar que es por todo lo que ha pasado.

Al llegar a mi auto me quedo de pie, observándola, ¿Qué demonios hacia ella aquí?

- Ha pasado mucho tiempo mi señor – dijo caminando hacia mí para estar más cerca.

Dulce esclavitud ( ☑TERMINADO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora