Extra 5

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Es la hora, la selección esta a punto de comenzar y por fin podría divertirme un poco, miro por la ventana y pienso en ella, su hermoso cabello negro, sus profundos ojos verdes, su pálida piel, todo su ser me excitaba de una manera desenfrenada, necesitaba tenerla, esa chica era mía. Se abre la puerta de mi despacho y veo a Alba frente a mí, aquí viene el teatro.

- No lo hagas Leo - suplicó frente a mí.

Esta mujer en serio estaba mal, desde esa noche supe que seria un dolor de cabeza, sin duda es uno de los errores más insoportables que he cometido.

- Alba no quiero ser grosero contigo, lárgate -

- Ella es solo una chiquilla, ¿en serio la prefieres antes que a mi? Tu y yo podríamos ser la pareja perfecta - exclamo acercándose y jugando con un tono entre suplica y seducción, era una manipuladora perfecta.

- Entérate, no se de cuantas maneras te he dicho que lo nuestro no es mas que diversión, tu y yo no tenemos futuro, no insistas más - Dije apartándome y viendo el reloj, ya era hora.

- Eres un idiota, ella va a traicionarte, nunca encontraras a nadie que te quiera como yo - maldijo con lágrimas en los ojos.

- Realmente no se que tienes en la cabeza, debo irme, me has hecho perder mi tiempo -

Dije y salí rumbo al gimnasio para encontrarme con mi nuevo trofeo. Para disimular mi interés ante Marcia escogí dos chicas, áfrica no estaba mal, era mucho mas tímida, ojos cafés y cabello rizado, realmente no tenia mucho interés, pero quizás podría ser divertido pasar una noche con ella, o quien sabe si con las dos.

En mi despacho ella estaba frente a mí, desafiándome con la mirada y eso me enloquecía.

- No pensé que fuese a hacerlo realmente - dijo caminando hasta el buro dándome la espalda.

- Te dije que serías mía, yo siempre cumplo -

- Aún no soy tuya, para eso falta mucho - dijo girándose y sentándose sobre la mesa.

Vestía un vestido corto de color rojo, ceñido sin tirantes que resaltaba cada centímetro de su adictivo cuerpo. Me acerque y ella estiro una de sus piernas deteniendo mi paso al colocar su tacón en mi pecho. La observo y ella sonríe.

- No te conviene jugar conmigo muñequita - dije sujetando su pierna.

- Eres tú quien debería cuidarse, puedo ser muy letal cuando me lo propongo - respondió mordiéndose el labio inferior.

- ¿Eso crees? -

Dije y aparte su pie de mi pecho acercándome completamente, una de mis manos rodeo su cintura y con la otra sujete su cabello, obligándola a mirarme a los ojos.

- Podría comerte, aquí y ahora, estoy seguro de que no podrás resistirte - susurre en su oído.

- Aún te queda camino Leo, disfrútalo porque cuando me pruebes, no podrás olvidarme - exclamo con voz seductora.

Sus palabras solo me impulsaban a seguir provocándola, era como yo, y eso me encantaba.

***
- Necesitamos hablar - exclama Beatriz entrando a mi despacho sin tocar.

- ¿Ahora qué rubia? - pregunte levantándome de mi escritorio.

- ¿Cómo se te ocurre liberar a África? Marcia ya lo sabe, te has puesto en la mira de papá - expreso furiosa.

- No la he liberado, solo lo dije que no necesitaba cumplir conmigo, no me interesa, sabes que estoy enamorado de Lucia - exclame sin comprender su enfado.

- Esa loca, no me has escuchado, te esta cambiando y no precisamente para bien, Leo si te equivocas no va a ver marcha atrás -

- Beatriz déjame en paz, yo se bien lo que hago, no necesito que me cuides - exprese molesto, a veces se comportaba como mi madre.

- Él ya te tiene vigilado, mucho cuidado con lo que haces, no peques de idiota - dijo saliendo enojada del despacho, ¿Qué demonios le pasaba?

Se que Lucia no era santo de su devoción, al principio pensé que eran celos de hermana, pero ahora no entiendo su comportamiento, era agobiante pensar en eso.

***
Llego a casa con las bolsas de la compra y veo a Lucia sentada en el sofá con las piernas encogidas y la nariz roja.

- Lu, ¿Qué sucede? - pregunté soltándolo todo y sentándome junto a ella.

- Estoy... estoy embarazada Leo - dijo entre lágrimas y yo me quede en shoc.

Embarazada, esto no estaba en mis planes, hace dos meses que Lucia y yo estamos juntos, la había traído conmigo a casa, a pesar de los reclamos de Beatriz y las amenazas de Marcia, estaba completamente enamorado de ella, pero esto no me lo esperaba.

La observo, su cara es tristeza en la máxima expresión, quizás piensa que no la apoyare con esto. Nunca pensé en ser padre y menos cuando aún soy prisionero del mío, pero por otro lado veo en esa criatura una esperanza, un motivo para terminar con todo estoy y ser feliz con ella.

- Leo, ¿Qué piensas? - preguntó confusa.

- En que, es una hermosa noticia - dije tocando su vientre, pero no estaba preparado para su reacción.

- ¿Te has vuelto loco? Es lo peor que puede pasarme en estos momentos, no estoy preparada para ser madre y nuestra vida es... -

- Lu cálmate, se que es inesperado, pero te prometo que todo saldrá bien, será un comienzo para los dos - dije tranquilizándola, se que estaba asustada y no era para menos.

- ¡No Leonardo, no saldrá bien, tu padre vendrá a por nosotros de nuevo!, no quiero que transforme a mi hijo en otro monstruo. No quiero tenerlo - sentencio poniéndose de pie y yo me quede sin palabras

- Lucia, yo te protegeré, se que has sufrido mucho por mi causa, que ese hombre te... que no pude alejarte de mi oscuridad, pero ahora todo será distinto, no volveré a dejarte sola mi amor, no estas sola en esto - dije abrazándola y ella comenzó a llorar en mi pecho.

***
Me despierto solo, lo cual es raro, pues Lucia era bastante dormilona. Camino hasta la cocina, pero tampoco esta, miro en el cuarto de baño y tardo unos segundos en darme cuenta de que estoy solo en el apartamento.

Comienzo a buscar desesperado, alguna pista, hasta que veo una nota en la mesita de noche.

Leo, espero que puedas perdonarme, quizás tu veas a este niño como tu salvación, pero para mi es solo una condena. Necesito deshacerme de esto y sanar para poder continuar mi vida, lo siento. Prometo que regresare, se que me esperaras toda la vida, por eso te abandono ahora. No me busques porque no darás conmigo, solo espérame mi amor, algún día volveré y podrás volver a ser feliz, hasta entonces buena suerte. Tu Muñequita.

La ira y el dolor se apoderaron de mi cuerpo, rompí el papel y lance el marco con nuestra foto contra la pared, es maldita me había traicionado y mataría a mi hijo sin ninguna compasión.

Al llegar al colegio Marcia me esperaba junto a Beatriz, África también había huido. Por mi cabeza no paraba de pasar la idea de que lo tenían todo planeado, esas dos habían conspirado para huir y me habían tomado por imbécil.

- Leo... -

- Vete Beatriz, déjame solo - dije mirando por la ventana de mi despacho mientras me empinaba una botella de wiski.

Ella no insistió y se marcho cerrando la puerta. Solo podía pensar en la ira que me consumía, recordar toda mi historia con ella solo avivaba más el odio que sentía ahora, su traición me había marcado de la manera más dolorosa y profunda, acabando con lo poco que me quedaba de corazón.

Días después los perros de mi padre dieron noticias, habían encontrado a África pero Lucia había escapado del país después de pasar por un hospital. África pago las consecuencias por ambas y yo no me moleste en defenderla, vi como mi padre la mataba a punta de látigo como si fuese un animal.

Dulce esclavitud ( ☑TERMINADO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora