Despierto un poco adolorida, Leo había tenido pesadillas en la noche y terminamos durmiéndonos abrazados, con mi cabeza apoyada en su pecho y sus manos rodeando mi cuerpo como si fuese un peluche. Observo su rostro que ahora solo transmite una paz indescriptible, dibujo una sonrisa en mí rostro y decido levantarme lentamente.
Camino hasta el cuarto de baño y me miro al espejo pensativa, mi vida era un desastre, pero estos pequeños momentos son los que me hacían seguir fuerte.
El agua caliente disipa mis preocupaciones y relaja todos mis músculos, deseaba que esa sensación de paz durara para siempre, que mi vida estuviese conformada solo por estos pequeños momentos y todo lo malo desapareciera.
Al salir del baño veo que Leo sigue dormido, así que me dispongo a preparar el desayuno. Me coloco una camisa suya, es tan alto que me queda como un vestido, me dirijo a la cocina y decido preparar arepas.
Tarareo una canción y me concentro tanto que no me doy cuenta de que no estoy sola, al girarme doy un salto, él estaba observándome con ojos devoradores. Esta tan sexi que me ruborizo, él se acerca y me acomoda el pelo detrás de la oreja para besar mis labios.
-Buenos días hermosa- saludo tras terminar el beso.
-Buen día- respondí sonriendo.
Termine el desayuno y ambos nos sentamos a degustarlo.
-¿Dormiste bien?- Preguntó mientras me veía comer.
-Sí, ¿y tú?- dije tomando un sorbo de mi jugo.
-Un poco sorprendido -
-¿Por qué?- pregunte confusa.
-Jamás he dormido toda la noche con una chica al lado sin follarmela- expreso con toda naturalidad y yo casi me ahogo con la tostada, este hombre realmente no tenía pelos en la lengua.
-Pues ya era hora de que hiciera algo novedoso para ti- dije sonriendo.
-Créeme, eso no es lo único nuevo para mi desde que te conozco- dijo tomando de su vaso.
Puse cara triunfante por sus palabras y ambos sonreímos. Después de desayunar nos alistamos y salimos rumbo al internado, ambos teníamos clases a primera hora.
Al llegar nos encontramos con Beatriz en la entrada, quien se sorprendió al vernos.
-¿Qué sucede aquí?- preguntó con sonrisa pícara.
-Ya me voy, llego tarde- dijo Leo alejándose de nosotras.
Beatriz me miro, tomo mi mano y me secuestro en la enfermería, es obvio que quería saber todos los detalles.
-Cuéntamelo todo- dijo cerrando la puerta para que nadie nos escuchara.
-No hay mucho para contar- exclame suspirando.
-No me salgas con eso, llegaron juntos, de la mano, creí que jamás volvería a ver a mi hermano en ese plan, así que más vale que empieces a contar y no omitas nada- dijo sentándose frente a mí y yo sonreí por su entusiasmo.
Le conté todo lo que había sucedido, incluso lo que Alba me había comentado el día anterior, tenía una breve esperanza de que ella si me contase algo sobre esa chica.
-Alba no tiene límites- dijo Beatriz poniendo los ojos en blanco y molesta.
-¿Me dirás que sucedió con esa tal Lucia?- pregunte sin rodeos.
-No me corresponde, ¿Por qué no se lo preguntas a él?- dijo apartando la vista.
-Ya lo hice y no me dijo nada, por eso te lo pregunto a ti- dije seria, ya me estaba empezando a incomodar tanto misterio alrededor de esa chica.
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Dulce esclavitud ( ☑TERMINADO )
RomanceÁmbar paso del cielo al infierno por culpa de los vicios de su padre. Atrapada en un mundo donde la oscuridad es tan grande que consume hasta la más pura de las almas, conoce lo que al principio le parece un fastidio, pero luego se convierte en su ú...