Capítulo 3

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Oímos la campana de inicio de las clases nuevamente y Rosa se levantó de la cama.

- Vamos, ¿Qué clase tienes ahora? - dijo acercándose a su espejo.

- Literatura - respondí en un suspiro.

- Es genial, yo también, vayamos juntas - dijo tirándole un beso al espejo.

- No sé si tengo fuerzas para volver a bajar - estaba un poco asustada, aunque quisiera negarlo.

- Pues intenta tenerlas, si faltas a clases sin justificación médica recibes un parte, así que arriba - dijo abriendo la puerta y yo puse los ojos en blanco para después seguirla.

Ambas bajamos al salón de clases. Al llegar vi que las alumnas estaban sentadas de dos en dos, la mesa del profesor estaba al lado de un gran pizarrón blanco, las ventanas eran de madera y todo olía a humedad, el lugar tenía las condiciones más deplorables que una chica como yo pudiese haber imaginado, tragué saliva y me senté rápidamente junto a Rosa.

Entra al salón un chico de unos 24 años, cabello oscuro y lacio, ojos claros, de 1.90 de estatura, hombros anchos y brazos fuertes, parecía un dios griego, al verlo se me acelero el corazón y me gire hacia Rosa, era el mismo que había visto en la clase de danza.

- ¿Ese es Leonardo? -

- Te dije que era un bombón - susurro Rosa sin dejar de mirarlo.

Me quede observándolo, era más interesante de cerca, algo extraño recorrió mi cuerpo, llamaba demasiado mi atención. Luego a mi mente vino el recuerdo de donde estaba y que él era uno de ellos, lo cual me hizo poner los pies en la tierra, él no era para mí.

- Buen día clase, de pie las nuevas-

La voz del nuevo profesor, retumbo en las cuatro paredes, yo estaba distraída, confundida, aún no recepcionaba lo que sucedía, escucho la voz de Rosa cuando corto mis pensamientos.

- Ámbar tienes que levantarte - susurro.

La mire confundida y luego escuche nuevamente la voz de Leonardo que volvió a sonar como un terremoto en mi cabeza, un terremoto que me sacudió de arriba hacia abajo.

- Alumna, ¿no me escucho? Póngase de pie -

Me levante en silencio, pero sin dejar de mirarlo, quede atrapada por un instante en sus ojos, esa sensación volvió a recorrer mi cuerpo.

- ¿Cuál es su nombre? - pregunto con un toque curioso acercándose a la mesa.

- Ámbar - respondí firme e hipnotizada.

- ¿Apellido? - volvió a preguntar.

- Cruz, Ámbar Cruz - respondí nuevamente un poco nerviosa.

- Muy bien señorita Cruz, grabe esto en su cabeza, cuando yo doy una orden se ejecuta al instante, ¿entendió? -

Lo observe sorprendida, eso no me lo esperaba, un impulso me ataco cuando se dio la vuelta.

- Debe ser muy aburrido si todos hacen lo que quiere al instante - las palabras escaparon de mi boca antes de que mi mente pudiese procesar y pensar en las consecuencias.

Él se giró nuevamente todas las chicas me miraban y cuchicheaban, él sonrió y se acercó más.

- Cuidado, tus palabras pueden costarte muy caro -

- Entonces me asegurare de pagarlo, la verdad siempre cuesta caro -

Rosa casi convulsiona a mi lado, no sabía que estaba haciendo, era una locura, estaba vomitando palabras sin pensar, algo dentro de mí me impulsaba a desafiarlo.
Él volvió a sonreír, al parecer no se esperaba mi reacción.

Dulce esclavitud ( ☑TERMINADO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora