Capítulo 25

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La voz de Leonardo retumbo en mi cabeza, distrajo a su padre y yo logre liberarme con un pisotón. Leo me abrazó y me puso tras él.

- Te advertí que no te acercaras a ella - dijo Leo con tono furioso.

¿Hablaba de mí? Ya sabía de esto, me había quedado en shoc.

- Tarde o temprano la tendré, es tradición ya lo sabes -

- A la mierda tus tradiciones, a la mierda tus reglas, no toques a Ámbar papá porque te juro que te mato con mis propias manos -

Amenazó, luego tomo mi mano y salimos de la casa para marcharnos en su motocicleta.
Estaba enojada, traumada, con miedo, lo que menos quería era estar cerca de Leonardo, pero quería estar lo más lejos posible de ese hombre. Leo detiene la moto en nuestra casa, bueno, en su casa y yo pregunto

- ¿Qué hacemos aquí? -

- No te dejare sola esta noche, vamos - dijo bajándose de la moto.

- No, no dormiré en esta casa - dije y me bajé quitándome el casco.

- Joder, ¿siempre estas así? ¿Eres de hierro o qué? anda vamos y deja de hacer el tonto - ordeno.

- No lo hare -

No me arriesgaría a estar nuevamente cerca de él, además después de lo que acababa de pasar, lo que menos me apetecía era estar juntos. Leonardo me observo, estaba temblando, pero no era de frío, estaba asustada pero también molesta y confundida.

- Siento lo que paso -

Lo miro y fue inevitable seguir aguantando las lágrimas.

- Estoy bien, adiós -

Dije despidiéndome, pero él me detuvo.

- Vamos, te llevaré - dijo arrancando la motocicleta de nuevo.

- ¿Qué? - pregunté confundida.

- Te llevare al alquiler -respondió ofreciéndome el casco.

- ¿Cómo...? - él sabía dónde estaba, lo cual me decía que me había estado vigilando, ya era el colmo.

- Solo sube Ámbar -

Lo pensé un segundo, pero realmente no tenía deseos de caminar hasta el alquiler, después de todo quedaba bastante lejos.

- Gracias por traerme - dije una vez estando allí.

- Espera... - me detuvo.

Me giré para verlo, este se quitó el casco y apago la moto, de pie, frente a mí, podía sentir los latidos de su corazón en mi cabeza.

- Tenemos que hablar de... -

- ¿De tu padre? - interrumpí.

- Yo... lo siento -

- ¿Qué sientes Leonardo? ¿Sientes haberme ocultado que tu padre era uno de los socios de la escuela o que casi me violara por no advertirme que era un asqueroso repulsivo? -

- Ya había hablado con él, no pensé que lo hiciera -

- Eres increíble, ¿hasta cuándo pensabas mantenerme alejada de la verdad? - pregunté desconcertada.

- Lo hice para protegerte, mientras menos supieras mejor -

- Ay por favor, me mantuviste en una burbujita perfecta creyendo que no explotaría en algún momento la verdad, me seguiste tratando como una niña, como si fuese un adorno más de esa bendita casa - dije furiosa

- Sabes que eso no es verdad -

- Me mentiste, siempre lo hiciste, ya no sé quién es el chico del que alguna vez me enamoré, porque todo era un fraude en ti - dije con lágrimas en los ojos.

Dulce esclavitud ( ☑TERMINADO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora