Capítulo 29

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Al día siguiente fuimos juntos al internado, al entrar de la mano todas empezaron a cuchichear y las miradas de envidia volvieron a hacerse presentes, pero ya no me importaba, mi felicidad era tanta que el mundo ya me daba igual.

- Te veo luego nena, tengo que resolver unos pendientes –

- Vale, te veo en clase –

Dije y lo besé con ganas delante de todas, él no se molestó en apartarme, no nos daba miedo mostrar nuestra felicidad. Mientras caminaba a clase veo a Humberto intentando acercarse a Laura, así que me acerco también.

- Vaya, vaya pareces que hay una nueva florecita en el jardín –

- Perdone profesor, es que voy retrasada, me toca mates – dijo ella nerviosa.

- No te preocupes, yo me encargare de que te pongan la asistencia, claro siempre y cuando seas muy buena conmigo también – dijo acercándose más y acariciándole el brazo.

Laura temblaba de miedo cuando se escuchó mi voz.

- Usted realmente no aprende viejo asqueroso –

Dije plantándome delante de Humberto, Laura se colocó tras de mi cogiéndome de la mano.

- Que tenemos aquí, un pajarito me ha dicho que ahora te dedicas a proteger a los débiles, que noble de tu parte, pero algo estúpido considerando tu posición en este lugar –

- Como le toques un solo cabello a Laura te juro que te dejo inválido, así como le arranqué las extensiones a tu pajarito, el cual por cierto, estaba intentando entrar en el nido equivocado estos días, creo que estas perdiendo tu poder en este lugar– dije con firmeza y un tono amenazador.

- Tenga cuidado señorita Cruz, recuerde que aquí Leo no es el que manda –

- Y por lo que se ve, tampoco usted – dije sonriendo a modo de burla.

Tome a Laura y salimos caminando juntas hacia el salón, Humberto nos miró y sonrió.

- ¿Cómo sacas el valor? – preguntó Laura todavía temblando.

- La necesidad te hace volar con alas de piedra – respondí mirándola.

- Gracias –

- Ya, entra a clases – dije sonriendo.

Laura también sonrió y entramos al salón. El tiempo paso y con él la fase de novatas, era el día de la selección y Laura no podía estar más temerosa.

- Ámbar tengo miedo, y si… -

- Shhhh, tranquila, para de temblar, te prometí que nada malo sucedería y lo cumpliré, confía en mí, ahora ve – dije interrumpiéndola y animándola.

Laura fue a reunirse con las demás en el gimnasio mientras yo esperaba en la enfermería con Beatriz, ya que Leo me había pedido que no me apareciese porque podría complicar las cosas.

- Así que volviste con mi hermano – dijo Beatriz con una sonrisa.

- Si – suspire.

- No sabes cuánto me alegro por ustedes –

- Gracias Bea – sonreí.

- Él no es el mismo sin ti, le has devuelto la luz que pensé jamás volver a ver en sus ojos y te lo agradezco tanto – dijo ella y me abrazo, jamás la había visto tan sensible, sonreí y le devolví el abrazo.

Se abre la puerta de la enfermería y Laura corre para abrazarme.

- Gracias, gracias – decía mientras lloraba sin parar.

Dulce esclavitud ( ☑TERMINADO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora