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Llegué al trabajo más temprano de lo esperado, al no haber nadie aún en la editorial, me dediqué a vagar por el edificio, viendo las diferentes impresoras, las computadoras, todo.

Me senté en mi puesto, bastante irritada por lo de esta mañana; me quedé mirando el teclado con la mirada perdida. ¿Qué tenía Yoshio para no producirme placer?, ¿Tan malo era en el sexo? No, no era en eso, ¿Entonces que podía ser para que no me excitara de verdad? La tenía grande pero no tenía mucha rudeza en el momento del sexo; una bombilla se encendió en mi cerebro, ESO ERA, era muy tierno y muy dulce en la vida cotidiana y también lo era en la cama. Yo muchas veces le dije que me encantaría si fuera rudo durante el sexo, si mostrara un aura dominante, propio de un Alfa, pero él era como un gatito, muy tierno y cuidadoso.

-Eso es lo que le falta- dije en voz alta y suspirando.

-¿Lo que le falta a quién?- escuché una voz a mis espaldas y pegué un salto del susto, gritando de miedo y dolor por haberme golpeado las rodillas contra el escritorio -Tampoco para tanto orejotas, ¿Tan fea soy?-

-Riho, grandísima imbécil, no hagas eso- dije enojada, con una mano en mi pecho y la otra masajeando mis rodillas -Me hice daño por tu culpa-

-¿Y quién te manda a andar hablando sola?- dejó sus cosas en el escritorio de al lado -¿No te dieron matraca gruñona mañanera?-

-Ni anoche ni esta mañana- suspiré y me giré para mirarla -Es demasiado dulce-

-¿Ves por qué te dije que lo dejaras apenas tuviste la oportunidad?- Riho sacó un termo, lo abrió y bebió un gran sorbo de su contenido -Parece un oso de peluche grande y feo, ahora andas de mal humor porque no te deja inválida en la cama-

-Cállate asquerosa de mierda- le tiré una lapicera y encendí mi computadora.

-Por eso vamos a salir esta noche, te guste o no, iremos a un lugar maravilloso en el que disfruto estar- me devolvió la lapicera y me señaló -Ya estás avisada Nakamoto-

-No puedo, hoy vamos a ver unas películas con Yoshio- dije mientras el resto de nuestros compañeros de la editorial entraban.

-Pues me importan un carajo tus películas con tu noviecito insatisfactorio sexual, vas a ir conmigo te guste o no- Riho me volvió a apuntar con el dedo y yo suspiré.

-Bueno, iré contigo a donde sea que quieras llevarme- era increible como me hacía ceder a sus caprichos idiotas.

-Por eso eres mi mejor amiga- asintió y me palmeó la pierna.

...

La jornada laboral fue de lo más tranquila, sin interrupciones, si es que se puede contar como interrupción el hecho de que Yoshio me llamó a media tarde para recordarme lo mucho que me amaba y que era su vida entera.

-Yo también te amo cariño- dije con una falsa sonrisa, la verdad me sentaba un poco mal el mentirle, pero tampoco quería romper su noble corazón -Oye, de verdad lo siento, hoy nuestra noche de películas no podrá ser, tengo que trabajar hasta tarde- otra mentira.

-Bueno hermosa- se lo escuchó triste -Otro día será, ¿No?-

-Prometo compensarte, ¿Si bebé?- dije en el tono más dulce que pude lograr -¿Qué te parece que yo te invite a cenar el próximo fin de semana?-

-¿Enserio?- se escuchó la ilusión en su voz, parecía un niño pequeño.

-Te llevaré a comer a donde te gusta- Riho me hacía señas y caras, queriendo escuchar la conversación completa, la empujé y me alejé de ella.

-¿A KFC?- realmente me sentaba mal el que él fuera tan bueno y yo sea una mierda por jugar con sus sentimientos.

-Ajá- asentí y me reí genuinamente al escucharlo tan emocionado -Y después iremos a esa cafetería donde preparan el Cheesecake que tanto te gusta-

-Luego no se te ocurra cancelar, ¿Eh?- se le notaba feliz -Bueno, te dejo ¿Ok?, no quiero que te regañen-

-Adiós- sonreí falsamente.

-Te amo, eres mi vida entera- mordí mi labio inferior, otra vez ese sentimiento de culpa en mi pecho -Lo sabes, ¿Verdad?-

-Lo sé muy bien, yo también te amo- dije simplemente y colgué la llamada.

-¿Ya está?- Riho estaba más concentrada en mí que de costumbre.

Asentí y suspiré para así volver a concentrarme en mi computadora.

-¿Por qué no le dices que no sientes nada por él en vez de seguir viviendo en una mentira?- se la notaba exasperada.

-No quiero romperle el corazón- dije escribiendo lo que tenía anotado en una libreta -Es demasiado bueno y no quiero hacerle mal-

-Pero el golpe dolerá más cuando se de cuenta- Riho, a pesar de ser una imbécil, lamentablemente tenía razón -Le haces daño indirectamente mintiéndole y hacerlo vivir en una especie de fantasía-

-Ya lo sé ¿Ok?- esta conversación me estaba estresando -Ya lo sé-

-Algún día deberás decirle Su- me acarició el brazo y seguimos con nuestro trabajo.

...

Salimos a la hora de siempre, Riho me arrastró hasta su auto y condujo hasta el destino desconocido para mí.

-¿A dónde vamos?- dije viendo la autopista por la que íbamos.

-Ya lo verás- dijo sonriendo y siguió con la vista al frente -¿Traes dinero?-

-Claro- asentí y seguí mirando la cantidad de autos que pasaban.

-Porque deberemos pagar, a pesar de ser una de mis amigas, no me deja nada gratis- negó con la cabeza y se rió -Gracias a mí le sobra dinero para mantener el lugar y seguir ofreciendo servicios-

-¿Tiene negocio?- pregunté curiosa.

-Un muy buen negocio- volvió a reírse -Ya lo verás-

Seguimos andando por diferentes calles que yo no conocía en absoluto.


-Nunca estuve en esta parte de Tokio- dije curiosa.

-Puede que vengamos seguido si es que te gusta- me guiñó el ojo y, después de unos minutos, se estacionó frente a una puerta decorada con una serpiente alrededor de una persona y llena de luces de neón rojas.

Bajamos y yo puse el grito en el cielo al ver a donde me había traído.

-¡¿Me trajiste a un prostíbulo Sayashi?!- definitivamente iba a matar a Riho.

-Si te decía específicamente a donde veníamos no ibas a querer- se encogió de hombros y me agarró del brazo.

-Me trajiste a base de mentiras- dije enojada.

-Tú le mientes siempre a tu novio, yo te engañé hasta ahora una sola vez, que es esta- sonrió y me obligó a caminar.

Mientras nos acercábamos al lugar, me fijé en el nombre, que brillaba con luces rosas: El Fruto Prohibido.

En ti encontré el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora