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Sin quererlo, después de aquella sesión de sexo, nos quedamos dormidas tal y como habíamos quedado anoche.

Desperté más temprano de lo que esperaba, no quería levantarme, me quedé disfrutando del calor de Moa, los latidos de su corazón y su respiración tranquila y suave, al abrir los ojos sonreí sin darme cuenta al verla dormida; tenía el brazo derecho detrás de su cabeza, la boca ligeramente abierta y su otro brazo aferraba mi cintura con suavidad.

-Eres muy hermosa Moa- susurré, sonreí más abiertamente y besé su mejilla antes de levantarme y tomar mi ropa antes de ir al baño.

Tomé la pastilla del día después y mordí mi labio inferior al recordar lo que había pasado anoche.

-No puedes sentir nada por Moa, es únicamente sexo Suzuka- me reprendí por lo bajo y me tomé una ducha.

Salí completamente vestida y peinando mi cabello, vi a Moa aún en la cama y me acerqué con cuidado de no hacer ruido, la tapé mejor y bajé a la cocina.

Riho y yo nos cruzamos en la escalera, ella caminaba raro.

-Buen día- se agarró del barandal y empezó a bajar lentamente.

-Buen día- sonreí y me froté los ojos.

-¿Dónde está tu querida Alfa?- sonrió y fuimos a la cocina a preparar el desayuno.

-Está durmiendo- me estiré y agarré el periódico de aquella mañana -Y se llama Moa, te lo recuerdo-

-Te tomaba el pelo gruñona- me sacó la lengua y se rió.

-¿Y tu Alfa Yui?- sonreí y me lo puse debajo del brazo.

-También está durmiendo- agarró varias cosas de la heladera y nos pusimos a hacer panqueques y galletas.

-¿Qué tal fue tu noche?- pregunté curiosa y la miré -Tanto que alardeas que el sexo con ella es de lo mejor-

-Fue increíble- vi sus mejillas rojas -Nunca creí que disfrutara tanto que me tiraran del pelo y me azotaran-

-¿Te azotó?- me reí y ella me empujó.

-Presta atención- suspiró y ella negó con la cabeza -Como te decía, sus manos eran como arañas en mi cuerpo, me marcó los dedos en cada lugar que pudo, hasta los senos- hizo ademán de abrirse la camisa y yo me tapé los ojos.

-¡No quiero ver, muchas gracias!- dije exasperada.

-Que exagerada eres- negó con la cabeza -Yui era realmente una bestia en la cama, me cogía con fuerza y rapidez, tengo heridas abiertas en las nalgas, las piernas y la espalda-

-Me imagino que te habrás desinfectado las heridas, ¿Verdad?- le miré las piernas.

-Claro que si idiota, tampoco es como que tenga una infección o algo así- suspiró y rodó los ojos -Y, además, le dije que me gustaba-

-¿Qué hiciste que?- le pregunté sorprendida.

-Después de mi último orgasmo se lo dije y ella me dijo que gustaba de mí- se encogió de hombros y sonrió abiertamente -Así que, vamos a intentarlo-

-Pues te deseo suerte- sonreí y le di unas palmadas en el hombro.

...

Las chicas bajaron justo cuando con Riho estábamos poniendo la mesa.

-¿Ustedes hicieron todo esto?- Yui miró la mesa, había panqueques, galletas, todas, té y café con su respectiva jarrita de leche.

-Nos encantaría desayunar, pero debemos ir con Saya- a Moa se le veía el hambre en la cara.

-Aunque sea coman algo, no pueden irse sin desayunar- dije alejando la silla para Moa.

Se sentaron y nos pusimos a desayunar.

-Esto está delicioso- Moa comía su cuarta galleta.

-Yo no hice gran cosa, mi amiga hizo todo- sonreí y bebí un buen sorbo de café.

-Así que nalgas hermosas hizo todo esto- dijo Yui tocando la pierna de Riho.

Evité soltar la carcajada bebiendo más café.

-¿Saya las hace trabajar incluso a esta hora de la mañana?- pregunté curiosa.

-No, en estas fechas nos da la paga y gozamos de unas buenas vacaciones- Moa se encogió de hombros y le agregó más leche a su té.

Después de desayunar y tanto insistir, con Riho las llevamos en el auto a El Fruto Prohibido, y la imbécil de mi amiga se puso a tocar la bocina en la entrada del lugar.

-¡Ya te escuché grandísima hija de perra!- Saya salió del prostíbulo con lentes de sol y una cara de evidente mal humor.

-¿Cómo estás belleza?- Riho le preguntó divertida -Te trajimos el dinero- le dio los ¥50.000 en conjunto.

Saya se los guardó y miró a nuestras pasajeras.

-¿Cómo están chicas?- sonrió y se apoyó en la puerta del auto -¿Las trataron bien?-

-Muy bien Saya~san- las dos sonrieron.

-No se pasaron de listas con ustedes, ¿Verdad?- nos dio una mirada amenazadora.

-No, todo fue más que perfecto- Moa sonrió y pude verle los hoyuelos una vez más, la verdad eso la hacía más hermosa... ¿Qué es lo que estoy diciendo?.

-Aquí tienen la paga- Saya abrió la bolsita que siempre tenía en el prostíbulo y sacó de su interior unos ¥70.000, los dividió y se los dio -Tendrán dos meses de vacaciones ¿Ok?, descansen y cuídense- golpeó el techo del auto y se fue.

-¿Dónde viven?- Riho volvió a arrancar y las miró por el retrovisor -Para así llevarlas-

-En Yokohama- dijo Yui -Ya te diré yo donde parar-

...

Estuvimos viajando una hora con muy poco tráfico hasta llegar a Yokohama, anduvimos un poco por el centro hasta que Yui le pidió a mi amiga estacionarse frente a un complejo departamental enorme.

-Aquí es- las dos se bajaron y Yui se asomó -¿Podemos hablar Riho?-

-Claro- se bajó y se alejaron un poco.

-Gracias por lo de anoche bonita- Moa besó una vez más mi mano y se fue a la entrada del complejo.

Riho volvió después de un rato de lo más feliz y nos quedamos hasta que las vimos entrar. Nos volvimos a Tokio y mi amiga me sacó un papelito.

-Número de tu querida Moa- me lo puso en la mano y sonrió.

-¿Qué carajo?- miré el número sorprendida.

-Yui me lo dio para ti- me dio una nalgada y entramos a la casa -Yo le di el tuyo-

-¿Enserio?- no lo podía creer.

-Deja de hacer preguntas y agéndala por dios- suspiró y negó con la cabeza -Y, por si acaso, Yui tiene mi número y yo el de ella-

-Increíble- sonreí y agendé el número como 'Moa💖'

-Así que tenemos el número de nuestras destroza vaginas- hizo un pequeño baile de la victoria.

-No lo digas así idiota- la miré raro y me fui a mi habitación, mi amiga sí que estaba loca.

En ti encontré el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora