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Volví a la habitación de Moa después de calmarme y la vi muy feliz.

-Me van operar dentro de dos horas- el brillo en sus ojos y verla tan emocionada me hizo volver a llorar -¿Qué pasa mi amor?-

-Es que estoy feliz mi amor pero preocupada a la vez- me acerqué a ella y besé su frente -No quiero perderte ni que pase nada malo en el quirófano-

-No pasará nada bebé, ¿Sabes por qué?- tomó mis manos y me miró a los ojos -Porque el cirujano cardiólogo Suzumoto es el mejor que hay aquí en Japón, es el que ha seguido mi caso desde que tuve mi primer ataque-

-No me alejaré del quirófano- negué con la cabeza y besé su rostro con cuidado de no quitarle la cánula nasal -No estaré tranquila hasta verte salir-

-Quiero que tengas esto- se quitó la pulsera y me la puso con cuidado -Para que te sientas más cerca de mí durante la cirugía-

-¿Cuánto durará?- tomé sus manos y se las besé.

-Entre tres y cinco horas- acarició el dorso de mi mano.

-No pegaré ojo ni me moveré del quirófano- repetí -A cualquier persona que salga por esas puertas les preguntaré como va tu cirugía-

Su sonrisa apareció para darme fuerza.

-Estaré bien mi amor, estoy en buenas manos- besó mis manos y me las apretó.

...

Las horas pasaron rapidísimo y, cuando menos me di cuenta, aparecieron dos enfermeras y sacaron todo el equipo y le desataron la bata.

-Bueno Moa, el quirófano ya está preparado y el señor Suzumoto está esperando- bajaron la camilla y vi como ella se relajaba -¿Estás lista?-

-Esperen- levantó la cabeza y me miró -Mi amor, bésame, para la buena suerte-

Me acerqué a la camilla e, ignorando a aquellas dos mujeres, la besé, disfrutando la forma y el gusto de sus labios, su suavidad. Nos separamos con lentitud y, antes de que pudiera decirle algo, la sacaron de la habitación.

-Te estaré esperando, ¿Si cariño?- seguí la camilla, concentrada solo en ella.

-No me extrañes mucho bonita- sonrió, estaba tan tranquila -Volveré cuando menos lo esperes-

-¡¡Te amo!!- le grité cuando entraban al quirófano, me quedé viendo como las puertas se cerraban y suspiré -Te amo Kikuchi Moa, como te das una idea-

Me senté en una de las sillas que estaba frente a las puertas y moví la pierna nerviosa. Llamé a Riho mirando aún aquellas puertas.

-¡¡Hasta que al fin das muestras de vida hija de puta!!- me gritó enojada, no me molesté en alejar el teléfono.

-Moa acaba de entrar a quirófano- me pasé la mano libre por la cara -Estaba rechazando un viejo transplante cardíaco y, por suerte, encontraron un donante perfecto para ella- no me atrevía a decirle...

Riho soltó un silbido de impresión.

-¿Cuánto durará la cirugía?- preguntó curiosa.

-Unas tres o cinco horas- miré mi reloj, 7 minutos, la cirugía habrá empezado ya...

-Me avisas cualquier cosa y...- ahí viene... -¿Sabes algo de Yui? Me dijo que iba a comprar algunas y aún no ha vuelto-

-Riho...- mordí mi labio inferior y traté de no ponerme a llorar -Yui no volverá al departamento-

-¿Por qué?- se la escuchaba confundida -¿Cómo que no volverá?, ¿Está ahí contigo? Y si es así pregúntale por qué no me responde los mensajes-

Tomé aire y me armé de valor.

-Murió...- me tapé los ojos con la mano -Anoche, mientras me quedé con Moa en el hospital me llamó, me dijo que ella tendría un corazón nuevo...- tomé aire, se me estaba quebrando la voz -Le pregunté porqué decía eso y no me respondía, luego de un rato me pidió que cuidara de Moa y de ti...- en este punto ya no sabía como seguir... -Llegó a la madrugada y durante la mañana le diagnosticaron muerte cerebral, como Moa estaba primera en la lista su corazón está siendo transplantado a ella en estos momentos- ya no podía hablar más...

-¡Nooooo!- escuché a Riho gritar, seguido de sus sollozos, dejé caer el brazo sintiéndome muy mal y volví a mirar la hora, 15 minutos...

...

No volví a hablar con Riho después de eso; el tiempo fue pasando bastante lento y por más que le preguntaba a cualquier cirujano que salía el como estaba yendo la cirugía o si había pasado algo ninguno me daba respuesta.

Después de cuatro horas y media, me levanté de la silla justo cuando vi salir la camilla, Moa tenía un enorme vendaje en el pecho y se la notaba algo pálida. El cirujano salió con una leve sonrisa.

-¿Cómo salió la cirugía señor?- sentía que el cualquier momento me iba a desmayar de la preocupación.

-Salió perfecta, sin complicaciones- sonrió más pronunciadamente, yo gemí de alivio -Ahora estará en cuidados intensivos por dos días, queremos ver como va funcionando el corazón transplantado y, por lo grande que es la sutura, que por nada del mundo contraiga una infección- me palmeó el hombro -Después de eso estará por lo menos un mes internada en el que la estaremos controlando rigurosamente-

-Gracias, muchas gracias- lloré de felicidad y lo abracé. Moa estaba bien, tenía una nueva oportunidad.

-Para eso estoy señorita, salvar vidas- sonrió, hizo una reverencia y volvió a entrar al quirófano.

-Gracias Yui- susurré y mandé un beso al cielo -Gracias por cuidar de Moa en el quirófano y por darle otra oportunidad...- besé la pulsera y me dediqué a llorar del alivio.

En ti encontré el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora