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Riho abrió la puerta y me hizo entrar, el olor fuerte a incienso y a perfume me llenó la nariz por lo que empecé a toser levemente.

-Que exagerada eres- Riho inhaló fuertemente y sonrió -Ah, de verdad extrañaba este olor tan delicioso-

Miré el lugar en el que me encontraba; en las paredes se mostraban cuadros con temática sexual, las paredes estaban pintadas de rojo, había sillones de piel, muebles de madera bastante lustrada.

-¿Dónde está Saya?- Riho se acercó al mostrador.

-Ya viene, está tratando algo con un cliente Riho- la joven, que estaba vestida con una bata con transparencias, sonrió y señaló el pasillo.

En eso se escuchó lío, insultos y unos cuantos golpes, gritos y una puerta abrirse y cerrarse de sopetón.

-¡Y no vuelvas!- una mujer, bastante linda, se acercó por el pasillo suspirando pero al ver a mi amiga sonrió y abrió los brazos -Riho, maldita perra, al fin viniste-

-Saya, ¿Cómo estás?- se abrazaron con cariño entre risas -Traje a mi mejor amiga- se dieron vuelta y me miraron.

-Hola, soy Nakamoto Suzuka- sonreí e hice una reverencia.

-Vienes por Yui, ¿Verdad?- Saya volvió su atención a Riho.

-Y una Alfa para Suzuka- mi amiga sonrió y me guiñó el ojo.

-¿Por qué una mujer?- pregunté exasperada -No me gustan las mujeres y lo sabes Sayashi-

-Tienes que probar ambas cosas orejotas- se encogió de hombros.

Realmente iba a matarla.

-¿Por cuánto tiempo?- Saya estaba sonriendo.

-Una hora y media serán suficientes- Riho sacó la billetera.

-Serán 3500 yenes cada una entonces- Saya extendió la mano y movió los dedos.

Saqué el dinero con una sensación de pesadumbre y lo puse en su mano. La mujer guardó el dinero en una bolsita y rebuscó en una cajita sobre el escritorio, sacó dos tarjetas y nos las dio.

-Ya sabes donde está Yui amiga- señaló el pasillo y después me miró -Tú me acompañas-

Me llevó por un pasillo y subimos dos tramos de escalera hasta detenernos frente a una puerta con el rótulo '17C'.

-El código es este- puso la tarjeta en el lector y después introdujo una serie de números que sin saberlo, a partir de ese día, no olvidaría: 408275. El sonido del click al desbloquearse la puerta me puso nerviosa y entré con las piernas temblando.

-¡Moa trátala bien!- cerró la puerta a mis espaldas y yo tragué con dificultad.

Crucé el pequeño pasillo que daba a la habitación y vi a una mujer bellísima. Tenía una blusa negra con transparencias, dejando ver a través de la tela un sostén igual de negro; los pantalones ajustados, de aparentemente cuero, dejaban ver sus largas y delgadas piernas, además del bulto que resaltaba.

Tragué con más nerviosismo aún cuando la chica volteó a mirarme.

-¿Tu nombre bonita?- se acercó a mí y aguanté la respiración.

-Nakamoto Suzuka- mordí mi labio inferior cuando estuvo frente a mí y me miró con curiosidad.

-¿No estás marcada verdad?- removió el pelo de mi cuello y sonrió, vi los hoyuelos asomar en sus mejillas -Cuello limpio, ¿Por qué será?-

-Mi novio es un idiota demasiado blando- dije nerviosa, sentía mi corazón latir con fuerza contra mi pecho, ¿Por qué me pasa esto?.

-¿Tienes problemas en la cama y vienes a saciar tu lujuria en este lugar?- sonrió y siguió recorriendo mi cuerpo con la mirada.

En ti encontré el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora