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Era la primera vez que usaba lencería y la verdad me sentía un poco rara, nisiquiera con Yoshio había usado cosas así. A pesar de no ser nada del otro mundo me resultaba extraño llevarla debajo de la ropa.

Riho estaba esperándolas mirando la puerta continuamente, se la veía un poco impaciente y nerviosa a decir verdad.

-Cuando veas a Yui sabrás por qué me gusta- sonrió y de repente se puso seria y me señaló con el dedo acusador -Nada de andar mirando donde no debes, porque es mía-

-Como tú digas- traté de aguantarme la risa -¿Tampoco me la prestarías para divertirme un rato en la cama?-

-Nakamoto...- empezó a decir con ese tono duro que tan bien conocía, pero de repente tocaron la puerta y un voz muy dulce.

-¿Riho? Soy yo, Yui- otro toque -Y traigo a una amiga-

-Recuerda Nakamoto, nada de mirar- me dijo por lo bajo mientras abría la puerta.

-Riho, ella es Moa, Moa esta Riho, la cliente de la que te hablé- la chica, que aparentemente se llamaba Yui, no parecía que fuera una Alfa, tenía una cara infantil, cuerpo delgado y brazos y piernas largos, no parecía medir más de 1.70 -¿Y ella es..?- y su mirada recayó en mí.

-Suzuka- Moa apareció en mi campo visual y dejé de respirar al verla, estaba hermosa y sencilla; llevaba un pantalón militar, zapatillas Vans, una camisa negra, los botones que dejaban ver el inicio de sus senos -Hola bonita- y guiñó el ojo.

-Hola Moa- fue lo único que pude decir, sonreí y mordí mi labio inferior.

-¿Qué les parece si vamos arriba?- Riho me dio un codazo disimulado en las costillas y salí de mi ensoñación.

-¿Ahora?- me puse roja, me había quedado mirándola como una estúpida, ¿Fue porque me había llamado bonita o porque estaba sexy vestida así? Que alguien me ayude.

-Vengan- les dijo y subimos las cuatro, empezó a hablarme en voz muy baja -¿Así que esa es la dichosa Moa? Carajo orejotas si que está buenísima, ahora sí vas a quedar inválida-

-Cállate- le dije en el mismo tono y la pisé disimuladamente, sentía la mirada de Yui y Moa en mi nuca -Yo no te dije nada con respecto a tu amada Yui así que no molestes Sayashi-

-¿Me la vas a querer prestar?- esta vez la empujé disimuladamente contra el barandal de la escalera.

-Dios, que tonta soy- me miró de forma amenazadora y llegamos a las habitaciones -Yui ya conoces mi habitación, Moa, la de Suzuka es la que está al fondo-

-¿Vienes bonita?- Moa me agarró de la mano y la besó, tenía un brillo muy sensual en los ojos.

-Y~ya voy- ¿Por qué me ponía así de nerviosa un simple beso en la mano?.

-Te espero entonces- me guiñó el ojo, me soltó la mano y fue a mi habitación.

-¿Por qué hiciste eso?- Riho me empujó con fuerza cuando nuestras Alfas desaparecieron.

-Dos pueden jugar este juego- le puse el dedo en el pecho.

-Eres buena Nakamoto- sonrió y me palmeó el brazo.

-Que te conste- entré a mi habitación y casi me caigo al ver a Moa únicamente en sostén deportivo y boxers.

-Al fin vienes bonita, ya pensaba que debía desnudarme sola- se me acercó y le puso seguro a la puerta -Así estaremos más seguras-

Otra vez su aliento a menta, carajo, ¿Por qué me ponía así con ella así de cerca?; sin saber realmente lo que hacía, le toqué el abdomen, sintiendo sus duros abdominales y el calor que desprendía su piel.

-Así que...- me corrió el pelo del cuello y una vez más sentí sus labios contra mi piel -Sigues sin marcar bonita, eso es bueno-

-Moa...- arañé su piel y solté un jadeo cuando rozó la zona de mi pulso con los dientes.

-Me encantaría morder tu sensual y lechosa piel, pero no quiero que tengas problemas con tu novio bonita- su aliento caliente y la sensación de sus dientes rozando continuamente mi piel me estaban volviendo loca.

-No tengo novio- llevé mis manos a su nuca y la pegué a mi cuerpo, sintiendo ya su bulto contra mi cintura.

-Así que no hay novio- sonrió y me pegó a la puerta, sintiendo sus manos aferrar mis caderas -Perfecto- y sentí como succionaba mi piel.

-Moa...- bajé mi mano otra vez, esta vez al elástico de boxers, y metí la mano dentro de la tela, sintiendo lo dura que estaba -¿Ya estás así de dura? Apenas pasaron de unos besos y toques-

-Me excitas de una forma que nunca creí posible Suzuka- que sensual se escuchaba mi nombre viviendo de ella.

-Y tú a mí- la agarré de los hombros y la tiré de espaldas a la cama, me arrodillé frente a ella y empecé a desnudarme, revelando la lencería blanca.

-Eres muy sensual- iba a tocarme pero yo la detuve.

-Hoy aquí mando yo- le quité lo que le quedaba de ropa y me sentí babear al ver su gran erección -Y tú serás la que esté abajo ahora-

Me puse entre sus piernas, me quité la lencería y me senté, haciendo que su miembro entrara en mí lentamente.

-¿Sin condón?- preguntó sorprendida y respirando agitada.

-Tomo pastillas- le guiñé el ojo mientras subía y bajaba con lentitud, solté un pequeño gemido y tiré la cabeza hacia atrás.

-Se siente muy bien- Moa gruñó de placer, me agarró las caderas y acompañó mis movimientos con sus embestidas, entrando así más profundo.

-Dios- mordí mi labio y me tiré contra el pecho desnudo de Moa, sentía los latidos de su corazón acompazando nuestros movimientos.

-¿Te puedo anudar?- sus gemidos eran igual de sexys que su voz.

-Dame todo, todo dentro- casi grito de placer al sentir su nudo crecer dentro de mí y como eyaculaba con fuerza.

Yo seguí montándola hasta que el orgasmo me hizo temblar entera.

-Te mueves muy bien bonita- sonrió y salió de mí con cuidado, me dio una nalgada y acarició mi espalda -Quiero ver que harás conmigo ahora-

-Tenemos toda la noche para disfrutar- sonreí, tomé su miembro y comencé a estimularla para que volviera a ponerse dura.

-Me vas dejar seca- dijo y mordió su labio inferior.

-Si quedas sin semen asumiré la culpa- le guiñé el ojo y me alejé de ella, volví a ponerme sobre ella para así dejar mi culo frente a su cara -¿Alguna vez hiciste el 69?-

-Mierda- sonreí al escucharla y solté un gemido al sentir su lengua explorar mi sexo.

Me llevé su miembro a la boca, ahogando mis gemidos contra su carne al sentir su lengua y sus manos explorar mi sexo a su gusto.

Llegamos al orgasmo juntas otra vez, sentí mis piernas temblar y como mis paredes internas cerrarse alrededor de su lengua caliente y larga.

-Mierda Suzuka- dijo Moa con la respiración agitada mientras yo tiraba mi cuerpo en el colchón -Tu boca es una aspiradora-

-Y tu lengua es una como una serpiente- me limpié el mentón y sonreí -El sexo contigo es realmente excelente-

-Lo mismo digo Suzuka- sonrió y me miró -¿O prefieres que aún te diga bonita?-

-Como a ti te resulte más cómodo Moa- agotada como estaba y sin importarme que aún éramos unas simples extrañas, apoyé la cabeza en su pecho y cerré los ojos, disfrutando de su calor y los latidos de su corazón.

En ti encontré el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora