Aquella mañana me avisaron que a Moa la habían ya pasado a piso y que compartía con Riho, por lo que, de paso, compré dos ramos de flores: rosas blancas para Moa y tulipanes para Riho. Tomé la decisión de no decirles absolutamente nada del sueño o viaje astral que tuve con Yui, no quería que pensaran que tal vez todo lo vivido estos días me había trastornado o que me estaba volviendo loca.
Escuché sus voces hablando animadamente, algunas risas, sonreí y entré a la habitación.
-Ya llegó por quien lloraban- extendí los brazos en una pose ridícula.
-¿Quien?- Riho fingió mirar la puerta con interés -¿Madonna?-
-Idiota- le tiré el ramo y me acerqué a la cama de Moa, era un alivio ya no verle la mascarilla, estaba preciosa (siempre lo estaba en realidad), había recuperado el color, sus mejillas estaban sonrosadas y se la veía más sana -¿Cómo estás mi amor, cómo te sientes?-
-Mejor que nunca ahora que estás aquí- sonrió y, por los días que pasaron y por estar tan alejadas, nos besamos con amor y pasión, disfrutando del momento.
-Me van a hacer vomitar- escuché a Riho, sonreí contra la boca de Moa, dejé el ramo de rosas en su regazo y acaricié sus mejillas, atrapando su labio inferior entre los míos -¡Ay por favor, dejen la porno!-
Me separé de mi novia riendo y me senté en el borde de la camilla.
-Son preciosas- Moa miró las flores y sonrió -¿Las pones en el jarrón ese por favor?- señaló con la cabeza el florero que estaba en la mesita.
Puse las flores con cuidado en el florero y abrí la ventana, entraba una fresca brisa de verano.
-¿Cómo estás orejotas?- Riho trató de acomodarse en la cama, el yeso y los clavos parecían molestarla.
-Me siento sola en la casa- hice puchero, era la verdad, extrañaba la actividad habitual en esas cuatro paredes -Ni hacer home office puedo, me hace falta ruido-
-Un mes mi amor, solo un mes- Moa me sonrió y extendió levemente su mano.
-¿Cómo llevas eso?- tomé su mano y señalé el vendaje en su pecho, se lo veía nuevo.
-Por momentos siento que los puntos tiran y pican, pero está muy bien- sonrió más pronunciadamente -Los análisis no podrían estar mejor, ya empezaron a darme la medicación-
-Mientras estés bien- besé su frente.
-¿Y yo estoy pintada o que mierda?- Riho como siempre queriendo atención -Te recuerdo Nakamoto Suzuka que tengo fierros saliendo de mis piernitas-
-Pues no hubieras querido jugarle a Dios y dejar que aquel auto te atropelle- me encogí de hombros.
-¿Ni por tu mejor amiga sientes lástima?- se cruzó de brazos -¿Ves que poco me quieres? Y yo que te abrí las puertas de mi casa y te llevé al mejor prostíbulo, tienes a tu ahora novia y ni un gracias obtuve-
-No empieces con tus dramas, te traje flores- suspiré y negué con la cabeza.
-Eso no quita mi desilusión y mi dolorcito- hizo una pose dramática -No me mereces orejotas-
-Oye, no empie...- pero nos interrumpieron al tocar la puerta.
-Pase- dijimos las tres al unísono.
-Buenos días- el médico de Moa entró con una sonrisa, trayendo papeles -¿Cómo estás pequeña?- se acercó a ella y le puso una mano en el hombro.
-Muy bien Suzumoto~san- sonrió e inclinó levemente la cabeza.
-Suzuka- se inclinó hacia mí.
-Señor- me levanté e hice una reverencia.
-Bien, tus análisis están bastante bien, los anticoagulantes están haciendo el efecto deseado lo mismo que el medicamento antirechazo- sacó una hoja del montón.
-¿Anticoagulantes?- pregunté asustada.
-Debido a la complejidad de la cirugía y que el corazón está acostumbrándose, por decirlo de alguna manera, a bombear sangre, pueden formarse coágulos que o podrían obstruir las arterias, provocar embolias o incluso llegar al cerebro-
Abrí los ojos como platos, ¿Podía haber coágulos?...
-Los medicamentos están para eso Su- Moa acarició mi mano al notas mi preocupación.
-A ver Moa, te voy a pedir que pongas los brazos de esta manera- puso los brazos como queriendo mostrar músculos en sus brazos.
Ella lo hizo despacio, pero se quedó en esa pose un rato, el doctor le quitó la gaza y casi me caigo hacía atrás al ver los puntos y el corte en su pecho.
-¿Te duelen los puntos o sientes que te duele el esternón?- le tocó la zona con cuidado con expresión crítica.
-No mucho, pero molesta- ella sonrió.
-Veamos esto- se puso el estetoscopio y auscultar la caja torácica de Moa -Inhala y exhala despacio-
Riho y yo nos quedamos callada mientras el médico le revisaba con el estetoscopio el pecho y la espalda.
-El corazón se escucha bien y no hay señal de líquido en los pulmones- sonrió satisfecho -Ahora te tomaré la presión-
-¿Tienen que hacerlo cada rato?- pregunté curiosa mientras ponía el tensiómetro en el brazo de Moa.
-Si, hay que ir controlando rigurosamente sus niveles, la presión, los latidos, la orina, la sangre- sonrió e infló el tensiómetro -A ver, no hablen- escuchó durante un rato y bajó la presión -Presión normal-
-¿Entonces está bien?- pregunté nerviosa.
-La ecocardiografía estuvo excelente, también las radiografías y la tomografía- asintió y me dio la mano -Está muy bien, ahora les traerán algo de comer, Moa deberá alimentarse bien, aunque la comida no le guste nada- la señaló con el ceño fruncido.
-Pero no sabe bien- hizo puchero.
-Es buena para tu corazón, así lo mantendrás sano y fuerte- sonrió de forma paternal -Les diré que vengan a cambiarte la gasa y limpiarte-
Salió de la habitación, yo estaba procesando y guardando toda la información recibida.
-Dios Moa, ¿Y dices que eso no te duele?- Riho señaló el pecho de ella.
-No duele- sonrió y se miró el pecho como pudo -¿Tan mal se ve?-
Yo me había quedado viendo la marca, de un rojo vivo, que iba desde el inicio del esternón, entre sus senos hasta un poco más abajo. Podía contar entre unos veinte a treinta puntadas en su piel.
-Eres muy fuerte cariño- solté de repente.
-¿Qué dices?- ella me miró confundida.
-Que eres muy fuerte y muy valiente- tomé su mano y la besé -Has pasado por mucho, no me imagino lo que habrás sufrido ante cada rechazo,los dolores, afrontar los continuos chequeos-
-Tenía el apoyo de Yui- sonrió y acarició mis dedos -Ella hacía todo menos doloroso y soportable, pero ahora las tengo a ustedes-
-Nosotras te sacaremos risas super Moa- Riho sonrió y alzó el puño -Sea cual sea el futuro de tu intervención, risas serán lo que hará todo más soportable-
-Seamos felices pase lo que pase- asentí y entrelacé los dedos de Moa con los míos.
-Siempre- susurró y sonrió más abiertamente.
ESTÁS LEYENDO
En ti encontré el amor
RomanceSuzuka es una Omega decepcionada de que su novio no logre satisfacer su deseo, por lo que Riho, su mejor amiga, la lleva a un prostíbulo donde son los Alfas quienes se venden por dinero.