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La noche llegó rápidamente, me desperté a las 19:24pm y el silencio gobernaba la casa.

-Oye Riho- salí de la habitación y entré a su habitación, no estaba.

Busqué por toda la casa y no aparecía.

Salí de la casa y la encontré caminado en el medio de la calle, parecía caminar sin ganas, fumaba.

-Riho- la llamé, se acercaba un auto -Riho, entra a la casa-

El auto seguía avanzando y ella parecía no darse cuenta o no querer volver a entrar.

-¡Riho, maldita seas!- grité y el auto, a pesar de escivarla, la chocó.

Fui casi corriendo hasta ella, la maldita seguía conciente.

-¿Qué mierda pasa contigo?- la levanté en brazos y emprendí mi camino al hospital.

-Las puedo llevar- dijo el conductor.

-No, déjeme esto a mí- dije con dureza.

-Suzuka...- empezó a decir Riho.

-No hables, maldita sea no hables- suspiré y seguí mi camino -Porque te juro que te dejo tirada aquí y me voy a ver a Moa-

Ella se quedó callada y seguimos el camino en silencio.

...

Al llegar al hospital, pedí una camilla y pedí que la revisaran.

-El auto apenas la chocó, pero quiero saber como está- dije a los médicos, llené los formularios -Y vengo a ver a Kikuchi Moa, está en terapia intensiva-

-Claro, ¿Quiere que la ayude a guiarse?- preguntó muy amable el chico.

-No, muchas gracias, sé el camino- sonreí levemente y casi corrí hasta que llegué a la zona de terapia intensiva -Vengo a ver a Kikuchi Moa- le dije a la misma mujer de la mañana.

-Pasa, ya salió de la anestesia, estuvo preguntando por ti toda la tarde- sonrió y me dio el traje.

Me vestí rápidamente y entré hasta llegar a la camilla de Moa, estaba completamente despierta, aún con la mascarilla, pero despierta.

-Mi amor- sonrió abiertamente -Me preguntaba cuando vendrías a verme- podía adivinar debido al vaho que se formaba en la mascarilla que estaba haciendo puchero.

-Estuve contigo en la mañana después de que saliste del quirófano amor- sonreí, me quité el cubrebocas y besé su frente -¿No te acuerdas?-

-Estaba anestesiada, no recuerdo gran cosa- otro puchero.

-¿Como te sientes?- me senté en la silla que había junto a su camilla y tomé su mano.

-Algo débil y cansada pero sé que es normal después del transplante- acarició mis dedos -Gracias a los calmantes no siento el dolor de los puntos-

-¿Está todo bien?- miré la venda en su pecho desnudo.

-Sigue sin haber rechazo- sus ojitos reflejaban su emoción, no pude evitar llorar -¿Por qué lloras bonita?-

-No sabes el miedo que tenía mi amor- apoyé mi cabeza en el respaldo de la silla -Miedo a perderte en el quirófano, miedo a que tu cuerpo rechazara al instante el corazón y que la muerte de...- y ahí me detuve, no podía contarle, no aún...

-¿La muerte de quien?- ay no... -¿Quién murió Su?-

-Nadie, nadie, estoy divagando- negué con la cabeza con brío.

-¿Quién murió Suzuka?- se estaba molestando.

-Tu nuevo corazón...- suspiré y cerré los ojos -Era el de Yui, la habían traído en la madrugada después de ella hablar conmigo...- apreté su mano al sentir que temblaba -A la mañana, mientras te hacían la ecocardiografía, le dijeron a tu médico que había tenido muerte cerebral y que su corazón iría para ti al instante-

-Dime que es mentira Su...- lloraba a mares -Dime que no fue Yui...-

-No te mentiría con algo así- me acerqué más a la camilla y le acaricié la pierna -Lo siento muchísimo mi amor, de verdad lo siento-

Ella lloró por largo rato, diciendo el nombre de Yui una y otra vez, la mujer se acercó preocupada preguntando que había pasado, si se estaba sintiendo mal. Le expliqué todo lo mejor que pude mientras trataba de calmar a Moa.

-Me diste un buen susto pequeña- le subió mínimamente la dosis de los calmantes y revisó las máquinas -El corazón sigue funcionando correctamente, no hubo alteraciones en la sístole y diástole y tu frecuencia cardíaca se mantiene normal, iré a darle esto al doctor Suzumoto al igual que tus análisis de sangre- salió de la sala y yo me quedé sosteniendo la mano de Moa y dándole mimos.

-Bonita...- se sorbió la nariz y parpadeó para intentar detener las lágrimas -¿Lo sabe Riho?-

Asentí y suspiré.

-A mi parecer se lo había tomado con más tranquilidad de lo que esperaba y, cuando desperté de la siesta antes de venir a verte, estaba en la calle y la atropelló un auto- ella soltó un jadeo de asombro -La están revisando-

-Pobre Riho...- Moa estaba muy triste, sus ojitos volvían a llenarse de lágrimas -Y yo aquí teniendo su corazón, cuando ella debería estar ahí afuera, ansiando mi recuperación y pidiendo a Dios que todo salga bien...-

-Ninguna se esperaba que esto pasara mi amor- empecé a llorar, me rompía el alma verla así -Pero ella ahora vive en ti, en ese corazón que ahora late fuertemente en tu pecho, te dio una nueva vida y debes honrarla cuidando de tu salud, tomando los medicamentos antirechazo y siendo la guerrera de la vida que más batallas ha ganado- apreté sus manos y pegué mi frente con la suya -Eres mi guerrera de la vida amor-

-Ay Su- se la escuchaba enternecida y podía ver el amor y la emoción en sus ojos -Te amo, eres lo mejor que me ha pasado-

-Te amo Kikuchi Moa, ahora eres mi vida entera- me quité el cubrebocas y besé su frente una vez más.

-Realmente son hermosas, pero ya te dejé más tiempo del permitido Suzuka- la mujer sorpresivamente había vuelto -Vamos, Moa debe descansar-

-Pero me quería quedar- hice puchero y volví a ponerme el cubrebocas.

-Anda, saliendo, podrás volver a verla mañana- y empezó a apurarme -No se irá a ningún lado hasta que lo decida el médico-

-Te amo hermosa, vendré a verte mañana- le tiré muchos besos a Moa, me quité el traje y salí de terapia intensiva.

...

Pregunté por Riho y, después de varias indicaciones, fui a la habitación en el que la habían internado.

-Su...- empezó a decir pero levanté una mano y se cayó al instante.

-No digas absolutamente nada Sayashi- el sentimiento de amor y paz que había en mi pecho se fue -¿Qué carajo estabas pensando? Mi novia está recuperándose de una cirugía jodida, ando preocupada y con mil cosas en la cabeza, ¿Y tú no pensabas decirme absolutamente nada sobre tu súbita depresión?- empecé a pasearme por la habitación -¿Tendría que puto enterarme cuando estuvieras posiblemente con el cráneo abierto en el medio de la calle?-

-No quería preocuparte- se la veía muy deprimida y avergonzada -Sólo tengo las piernas rotas-

-A claro, no querías preocuparme, pero sin embargo tienes las dos putas piernas rotas- me pasé las manos por el pelo -Una cosa no quita la otra Sayashi-

Salí de la habitación dando un portazo, sintiendo que todo mi mundo se estaba poniendo de cabeza y que necesitaba un trago urgente...

En ti encontré el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora