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Que Riho estuviera conmigo había sido la mejor medicina, me había quitado la tristeza con sus ocurrencias.

-¿Vas a querer contarme que pasó?- se puso detrás de mí y quiso hacerme una trenza.

-Me sentí triste por mentirle a Yoshio y me puse a llorar, dos veces- suspiré y me puse a jugar con mis dedos.

-¿Le dijiste?- me peinaba con los dedos de forma muy gentil.

-No- negué y la escuché protestar -Quise decirle pero no pude, hubo algo dentro de mí que me lo impidió y fingí ser feliz-

-Voy a tener que ayudarte- empezó a hacerme la trenza -Mamá Riho al rescate-

-No tienes que hacer nada- intenté mirarla pero ella me corrió la cara y siguió con lo suyo.

-Voy a darte de empujones hasta que tomes la decisión correcta y pienses que es lo que realmente quieres en tu vida- Riho sonaba muy segura -Te quiero mucho, eres mi mejor amiga y no quiero verte entre la espada y la pared por no saber que mierda es lo que quieres en la vida, si prefieres seguir con el idiota ese o conocer a alguien que realmente valga la pena, o puede ser la prostituta- tiré el codo hacia atrás hasta darle en el brazo.

-Que la haya visto una sola vez no significa que me deba de gustar- suspiré frustrada y me crucé de brazos.

-El amor a primera vista existe orejotas- sonrió y terminó la trenza -¿Puedo confesarte que me gusta Yui?-

-¿Y a quien le gusta una prostituta ahora?- pregunté con burla y me di vuelta para mirarla.

-Yo llevo entrando y saliendo de El Fruto Prohibido más tiempo que tú- me dio un golpe en la frente e hizo una mueca -Yo puedo decir que me gusta una Alfa sin sentir vergüenza-

-¿Se lo dijiste?- pregunté curiosa -Es extraño que te enamores-

-Cállate- me empujó y se me tiró encima.

-¡Salte!- empecé a removerme debajo de ella entre risas.

-Y no, no se lo dije- Riho empezó a hacerme cosquillas.

-¡Basta!- me retorcí más y reí más fuerte.

-Al parecer ya estás mejor cielo- escuchamos una voz a nuestras espaldas, miramos y era Yoshio.

-Hola mi amor- dije falsamente.

-¿Qué hay?- Riho sonó muy seca para mi gusto.

-Te traje los chocolates- dejó la bolsita en mi mesita de noche y sonrió.

-Bueno, mi trabajo de cuidarte termina aquí- me besó la mejilla y me susurró al oído -Dile la verdad-

-Gracias por tu ayuda amiga- asentí disimuladamente y la despedí con la mano.

-¿Te acompaño a la puerta Riho?- Yoshio siempre se comportó como un caballero.

-No gracias- mi amiga negó cortésmente con la cabeza -Tú mejor cuida a la llorona de tu novia- y cuando él se dio vuelta, ella empezó a hacerme señas con respecto a él, quería... Que le dijera la verdad...

-Oye Shio...- empecé a decir -Tenemos que hablar-

-¿Qué pasa corazón?- se sentó a mi lado con una sonrisa.

-Debemos terminar...- reuní todas mis fuerzas para decir aquello...

-¿Por qué?- se veía en su expresión que se le caía el alma a los pies -¿Hice algo mal?-

-Tú no hiciste nada malo- negué y le tomé la mano -Es que...- empecé a llorar -Ya no siento lo mismo por ti-

-¿Es por algo en especial?- él también lloraba.

-Simplemente ese amor que te tenía empezó a desaparecer y...- tomé aire y traté de calmarme -Y también te engañé-

-¿Cuándo?- se le veía el dolor en la cara...

-¿Recuerdas cuando cancelé nuestra noche de películas?- a este punto yo no podía detener mis lágrimas.

Yoshio empezaba a comprenderlo todo...

-¿Acaso no te era suficiente?- ahí estaba, lo que más temía, sus inseguridades...

-Eras más que suficiente pero...- cerré los ojos, incapaz de ahora mirarlo a la cara, esto dolía muchísimo... -Mi cuerpo y mi corazón buscaban algo más Yoshio...-

Nos abrazamos llorando y gritando, de dolor, de tristeza... Esto había sido más doloroso de lo que yo había querido...

-Recuerda que te amo, que te amé y te amaré muchísimo Nakamoto Suzuka- besó mi cabeza y me soltó.

-Yo también Tatsumaki Yoshio- traté de sonreír a pesar del dolor y lágrimas...

Nos dimos un último beso y así dio por finalizado nuestro amor, aquella mentira...

En ti encontré el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora