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Yo no era de beber, lo hacía una vez cada tanto y en ocasiones especiales como los cumpleaños, festivales, navidad y año nuevo.

Fui al bar más cercano, me senté a la barra y pedí dos botellas de sake. Me tomé tres vasos seguidos y después me quedé ahí, girando el vaso entre mis manos.

-Es increíble- suspiré y me serví otro vaso -Es increíble como de un día para otro tu vida perfecta da un giro y pasan cosas malas- tomé una vez más y me volví a servir.

Seguí así hasta acabar la primer botella, para ese punto ya estaba medio mareada, ni me di cuenta cuando fue que mi cabeza dio contra la mesa y me dormí...

Estaba en un panorama completamente negro, no lograba ver absolutamente nada, ni siquiera mi propio cuerpo; tenía mucho miedo y no sabía para donde ir hasta que vi a una figura pequeña, vestida de blanco, parada a unos quince metros de distancia y empecé a correr hacia ella.

-¡Oye, disculpa pero, ¿Sabes donde estoy?!- grité cuando empecé a acercarme, la figura iba creciendo y aumentando de intensidad, tenía un aura blanca muy brillante alrededor de ella.

-Suzuka- dijo la voz y me caí de la impresión, era Yui... -Me alegra verte amiga-

-P~Pero si estás muerta- empecé a asustarme, ¿Qué demonios estaba pasando?, ¿Era un sueño?, ¿O acaso era una pesadilla? -¿Significa que yo también me morí tomando sake?-

-No tonta, no estás muerta- se rió y me extendió su mano -Vamos a dar un paseo-

Tomé su mano, era sorprendentemente muy cálida, me levanté y empezamos a caminar por esa negrura absoluta.

-¿Dónde estamos?- pregunté mirándola curiosa, su aura no me cegaba en absoluto.

-No estamos en ningún lugar- dijo de forma misteriosa.

-¿En ningún lugar?- definitivamente esto era extraño.

-Mira- sacó unas tijeras raras y cortó la negrura que nos rodeaba, abrió el corte como si fuera una especie de cortina y una luz blanca apareció -Vamos, hay algo que quiero mostrarte- y se metió por aquella abertura.

Hice lo mismo que ella y me sentí caer hasta que di contra el suelo del ¿Hospital?, me di vuelta y vi la camilla de Moa, grité de la impresión pero no pareció inmutarse; al parecer no podía oírme, mucho menos verme.

-¿Qué hacemos aquí?- pregunté con la mirada en Moa, se la veía tranquila y en paz, hablando con Saya, que al parecer había ido a visitarla.

-Me gusta venir aquí y verlas- sonrió, acarició la cabeza de Moa y seguimos caminando, atravesando la pared.

-¿Segura que no me morí?- miré la pared que atravesamos con facilidad.

-No Suzuka- se rió y seguimos caminando, nadie nos notaba -¿Donde está Riho?-

-Por aquí- la guié por el pasillo y llegamos a la habitación en la que habían ingresado a Riho, volvimos a atravesar la pared y la vimos; estaba con las piernas enyesadas y apoyadas sobre un gran almohadón.

-No me gustó para nada lo que hizo- Yui suspiró y se quedó mirándola, estaba leyendo unas revistas a la luz de la lámpara mientras el viento que entraba por la ventana la despeinaba.

-¿Cómo lo sabes?- le pregunté sorprendida.

-Ya te lo dije, las he estado visitando y observando- sonrió con nostalgia -Así que también sé que le dijiste a hoyuelos hermosos de mi muerte-

-No quería hacerlo así, se me escapó- dije triste -Y cuando empezó a preguntar no pude evitar decirle-

-Era mejor así- volvió a sonreír -Mientras más pronto se sepan las cosas más pronto podrán superarse-

-¿Sufriste?- pregunté de repente.

-¿Si sufrí al morir?- se quedó callada, al parecer sopesando mi pregunta o qué decir, después de un rato suspiró y me miró -La verdad no lo sé, simplemente me apagué y después no supe más-

-Oh...- dije simplemente.

-Sentí como me elevaba, como si volara- se cruzó de brazos -Me vi en el hospital, en una habitación igual a esta, llena de cables saliendo de mi cuerpo, un tubo en mi garganta- se quedó con la mirada perdida, como recordando  de repente algo que había olvidado hace mucho -Mi cuerpo parecía como si fuera humo, algo incorpóreo, nada definido...-

Yo me quedé callada, bastante sorprendida, ¿Así era y se sentía cuando uno moría?...

-Estaba algo asustada, porque lo último que recordaba era hablar contigo, acelerar e impactar contra el poste de luz- se acercó a la ventana y miró las calles -Con el pasar del tiempo me fui volviendo más una persona que humo, ahí me di cuenta de que me estaba muriendo-

Yo no podía hablar, no encontraba las palabras... Así que sí se mató, para poder darle su corazón a Moa...

-Y, con el sonar de las alarmas, los intentos nulos de los médicos, me volví una persona completa, con mis rasgos intactos, sin otra cosa que un sentimiento de paz- suspiró y se pasó las manos por el pecho -Quise entrar a la cirugía de Moa, pero había algo que me lo impedía, así que me quedé viéndote esperar y muy nerviosa- me palmeó el hombro y sentí su tacto muy real -Quise también ir a ver a Riho, pero al parecer no podía salir del hospital-

-¿Entonces tu lugar es aquí?- señalé el piso del hospital.

-Al parecer sí- se encogió de hombros y sonrió.

-Lo siento mucho Yui- empecé a llorar -No pude cuidar de Riho tal y como me lo pediste-

-No fue tu culpa Su- me abrazó y cerré los ojos -Creo que ya es hora de que vuelvas- un nuevo corte apareció frente a nosotras y se abrió una nueva abertura luminosa -Como te dije en vida, cuida de Riho y de Moa por mí, ¿Si?, nos veremos otra vez cuando les llegue la hora, las esperaré con los brazos abiertos-

-Gracias Yui, espero estés descansando en paz- sonreí, aún llorando, y metí un pie en la abertura -Realmente en paz-

-Estoy en paz porque sé que hice las cosas bien, que Moa está y estará bien, que Riho podrá superar esto con amor y paciencia, que tú eres alguien muy fuerte, muy buena persona, y que podrás guiar a esas dos por el buen camino- besó mi frente y me empujó -Anda, vuelve, sean felices y sigan juntas-

Entré en la abertura y la luz me envolvió completamente...

Me desperté inhalando aire fuertemente, como si me hubiera quedado sin respirar por mucho tiempo. Miré alrededor completamente asustada, estaba en el bar...

-¿Fue real?- pregunté entre susurros, me toqué la cara con las manos, había estado llorando.

-¿Está bien señorita?- el bartender lucía preocupado -De repente se durmió y no pude despertarla, pensé que le había pasado algo-

-Si. Si, estoy bien- me limpié el sudor de la frente y traté de calmarme.

-¿Segura que está bien?- se lo veía muy asustado -¿La llevo al hospital?-

-Estoy bien- asentí y me pasé la mano por el pecho, mi corazón latía muy rápido, todo fue tan real... -¿Cuánto le pago por los dos sake?-

-Son ¥2000 señorita- saqué el dinero, se lo di junto a un poco de propina y salí rápidamente del bar.

No dejé de caminar hasta que llegué a casa, me di una ducha de agua fría y me metí en la cama, que se sentía muy vacía.

-¿Será que me estoy volviendo loca ante tanta preocupación y estrés?- pregunté en voz alta a la nada, me tapé los ojos con las manos y las imágenes de todo cuanto había visto aparecían como flashes, volví a dejar caer las manos contra el colchón y suspiré -Aunque todo fue muy real, hasta su tacto...- me toqué el hombro, aún sentía el calor de su mano.

Me acomodé en la cama y miré desde la ventana la noche estrellada, pensando en que Yui estaba ahí, feliz y tranquila, esperando por nosotras...

En ti encontré el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora