Capítulo 29

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Carllie Ovens:

No sé cómo explicar la alegría que siento, es como que si me devolvieran algo valioso el cual esta vez tengo que cuidar el triple; algo que se puede romper de la nada nuevamente ya sea con un mal entendido o no. Esa perla que tengo que amar y cuidar como si fuera mi propia vida con manos de otra persona, porque es lo que hacemos, amamos con locura entregando cada parte de nosotros hasta que tal persona tiene el poder de destruirte o mantenerte a flote, esa persona te puede cuidar y abrazarte en medio de la tempestad pero también puede abandonarte.

El me está entregando cada parte suya y está dando el 50% como debería ser en una relación. Así como yo quiero que me ame y me proteja, lo haré con él, nos mantendremos a flote juntos y si algún día nos hundimos quiero tocar fondo con él para tomar impulso.

Los seres humanos somos como barcos buscando navegar, descubrir y explorar. A veces es necesario poner un ancla y hacer una pausa y otra veces hay que desplegar las velas y dejar que todo fluya. Lo que se convierte realmente en un desafío es encontrar el capitán que entienda nuestro barcos, que nos sepa cuidar, que nos direccione y que entienda que aunque nos podemos mantener flotando en el agua, necesitamos su ayuda para dar el siguiente paso.

Quiero que nosostros seamos los capitanes de nuestros barcos y que naveguemos juntos, por eso daré mi 50%, porque tanto él como yo nos queremos para siempre.

—Buenos días cariño.— Escucho su voz y la busco.

Al ver que se está vistiendo le sonrío y le alzo la mano para que me la tome, jalo de ella y cae en la cama riendo.

Lo abrazo y huelo ese perfume que me encanta, que me vuelve loca.

Su parte de su cuerpo está sobre mi pecho y yo solo lo abrazo sin dejar que se vaya.

—Buenos días mi vida.— Sonríe.

—¿Cómo amanece la mujer más hermosa del mundo?

—Aaaah, no sé. No sé quién es, pregúntale.—  Me mira con los ojos chiquitos.

—Le estoy preguntando y no me quiere responder.

—Hay muchas más hermosas que yo y...

—Ante mis ojos no, así que déjate de inventos.— Me sonríe acariciando mi mejilla.

Primeras palabras del día y ya me morí con ese trato tan bello.

—Aaaahh.— Ríe. —Bien ¿Y como amaneció mi hombre?

—No soy tu hombre.

—Si lo eres.

—Ni siquiera somos novios, así que no lo soy.

—¡Ay yaa!— Sigo riendo. —Deja de burlarte de mis palabras. Lo eres y punto. ¿Cómo amaneciste?

Juro que amo estar cerca de él, nunca más me vuelvo a separar, ni nunca dejaré que algo o alguien nos separe.

—Con ganas de cogerte.— Abro los ojos de par en par y sonrío.

"Cógeme ya"

—¿Por qué no lo hicistes?— Ríe.

—Estaba durmiendo tan hermosa que no te quería despertar.

Eso es lo de menos, que me coja las veces que quiera.

—Tienes prohibido hacer eso... Este durmiendo o no, si tienes ganas de hacer me el amor solo hazlo porque yo lo haré.

Ríe y se levanta para seguirse vistiendo.

—Vale, entendido.

Sonrío y me levanto. Voy al baño cepillo mis dientes, enjuago mi cara y me recojo por completo el cabello haciéndome un moño.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora