Capítulo 19

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Carllie Ovens:

Me despierta la alarmar a la hora que estoy  acostumbrada a levantarme. Estiro mi cuerpo y me arropo un poco más porque tengo frío y luego me desarropo porque si me quedo aquí será difícil de levantarme.

Me levanto de la cama y así sentarme, vibra y suena mi teléfono, lo tomo y veo un mensaje de Liam reciente, de Austin hace una hora, ese hombre se levanta súper temprano. Varios mensajes del grupo de la empresa y otros cuantos.

Veo que Liam me escribió:
"Buenos días cariño, ya levántate o te llamaré y te despertaré así".

Sonreí al leerlo y luego contesto.

"Buen día jefe, ya estoy despierta nos vemos allá"

Salgo del chat y voy a responderle a Austin, luego voy a los otros hacer lo mismo y dejar el teléfono.

Termino de levantarme y siento la alfombra del suelo cálida pero cuando se acaba siento el frío del suelo. Le bajo al aire acondicionado para que no haga mucho frío y voy directo a mi baño y así hacer lo que siempre hago.

Luego de ducharme y de cepillarme voy a mi armario con mi outfits en mente así que será rápido.

Para no ir a la empresa casi igual todos los días, tomo una falda como marrón clarito y beige, realmente me encanta ese color, siento que me combina demasiado, es larga y abierta. Tomo una camisa de botones manga larga negra, la meto dentro de la falda y me detallo en el espejo.

¿De donde he salido? Yo si que soy un bombón.

Tomo un collar largo y unos aretes, tomo unos tacones negros no tan altos y me encanta

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Tomo un collar largo y unos aretes, tomo unos tacones negros no tan altos y me encanta.

Agarro mi maquillaje y me maquillo lo básico, polvo, pestañina y un labial mate. Me peino el cabello y lo recojo dejando unos mechones de cabello por fuera.

—¿Te vas a trabajar? Estás hermosa.— Dice Dana entrando al cuarto y se acuesta en la cama.

—Exacto. Gracias pingüinita, sabes que te amo.— Sonríe y yo me sigo viendo en el espejo.

—¿Qué tanto te ves? Estás bellísima.— Sonrío dejando de verme y caminando a buscar un bolso pequeño negro para mis pertenencias.

—Lo sé, solo me gusta asegurarme de que no se me pase nada.— Ríe. —¿Y Sebastián? ¿Ya está despierto?

—Sii, se cepilló y lavó su cara en el baño de la sala.— Asiento con la cabeza porque obvio, le dije que hiciera eso. —Saldré más tarde.— Volteo a verla y arrugo mi frente. —Con un amigo.

Tiene meses que no viene a San Diego y la última vez que vino no duró tanto ¿Ya hizo amigos?

—¿Amigo? Se puede saber ¿Quién?— Alzo la cejas y paso mis pertenencias al otro bolso.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora