Carllie Ovens:
Estoy odiando revivir mi pasado, es horrible recordar lo que me ha marcado desde muy joven. No sé como expresar lo feo que se ve y lo feo que se siente ser parte de un secuestro que termine así.
No dejo de derramar lágrimas y tampoco he dejado de gritar de miedo. Quisiera correr y liberarme de esto, quisiera escapar y pensar que no pasó nada pero las imágenes que tengo hoy en mi cabeza me gritan que son nuevos traumas desbloqueados, y nuevas secciones repetitivas con la psicóloga me esperan.
Será muy difícil confiar en las personas, incluso los que me rodean no importando como o quien sea.
Juan presiona su arma muy fuerte a mi cabeza, siento que esta explorá en cualquier momento y sin darme cuenta, comienzo a despedirme de las personas que más aprecio en mi vida, mientras lloro sin parar.
—¡No, no te permito que digas eso! Vas a seguir de aquí, mi vida. Estoy aquí, tu hermano está para ayudarte y discúlpame por no proteger lo suficiente.
Intenta acercase pero Juan la presiona más y mi gesto lo dice todo, procede a detenerse.
—¡Ríndete, todos tus hombres están caídos. Unos esposados mientras se desangran y otros muertos!
—¡Ya dije que íbamos a salir de aquí todos muertos! Yo le disparó y ustedes me matan, ¿Les parece?— Habla tan fuerte que su voz me hace temblar.
—Si de verdad pensaras eso, lo hubieras hecho desde un principio, ¿Qué es lo que esperas, entonces?— Dice Alejandro mientras le apunta con su arma.
—Los conozco, se que clases de personas son y si me dejo atrapar, me harán la vida imposible desde afuera, y no quiero volver a vivir lo que ya viví en esa maldita cárcel.
—¿¡Y crees que mi hermana le encanta revivir sus recuerdos!? ¿¡Por qué no pensaste las cosas antes de hacerla!? Estuvieras pagando tu condena ahora.
Cierro los ojos y trato de no pensar mucho. Quiero relajarme, ¿Por qué tengo que pensar lo peor?
Dejo caer mis lágrimas y los observo.
—Los amo tanto, nunca olviden que tuvieron a una fastidiosa a su lado. Seré sus ángel y los cuidaré, no les fallaré.
—¡Carllie, ya!— Me regaña Alejandro tan fuerte que me paralizo. —¡Tú, pedazo de mierda, suelta el arma y ríndete. Estás rodeado de agentes y policías!
Escucho llantos desde lejos y supongo que es Charis desde abajo. También se pueden escuchar sirenas.
Rápidamente siento un alivio en mi sien, pero no sé lo que pasa ahora. No he escuchado disparos, ¿Se está rindiendo, de verdad, o volverá por mí nuevamente?
—¿Piensas hacer eso? Muy valiente de tu parte. Entrégate.
—No volveré a pisar una prisión.
Segundos después solo escucho muy, pero muy cerca mío, un disparo proveniente detrás. Tiemblo, quedó en shock, veo sangre salpicar y cierro los ojos para no ver más cosas, porque creo que es lo que estoy pensando, ni pienso voltear.
Los chicos se me acercan preocupados y su cercanía me hacen entrar en un llanto desgarrador.
—Ya mi princesa, estamos aquí, ya estás a salvo.
Me desamarran y me levanto para tratar de salir lo más rápido que pueda, pero un desvanecimiento en las piernas me hacen caer al suelo. Un grito ahogado sale de mí boca y enseguida me levantan en brazos.
—Te ayudamos, hermana, solo cierra los ojos y no veas hasta salir por completo ¿Si?— Respondo con un asentimiento y lo obedezco.
Luego de cerrar los ojos, lo abrazo y no paro de llorar no solo por lo que reviví sino por el dolor que siento en mi cuerpo y en mi vientre, no me quiero imaginar que lo perdí.
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Tenías que ser tú
Romance+18| Enamorarse de nuevo no es una opción para Carllie, ella invierte tiempo y se enfoca en sí misma para no pasar lo que ya vivió en su última relación, cerrándose a la posibilidad de un nuevo amor. Pero una persona arrogante está dispuesto a hacer...