Capítulo 21

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Liam Sanders:

Despierto sin ningún tipo de alarma ya que mi cuerpo está acostumbrado a levantarse temprano. Giro mi cabeza a un lado y allí está ella. Saber que está conmigo, saber que es ella la que me ha dormido el brazo, me hace sonreír.

Detallo todas sus perfecciones, su rostro y su linda manera de dormir me hace enamorarme más de ella. Se que esto ha pasado muy rápido pero me encanta lo veloz y más cuando se trata de ella. ¿Creen en el amor a primera vista? Yo no lo creía, me burla porque simplemente era algo imposible para mí, pero aquel día que la ví el amor a primera vista se burló de mí. Y si la tengo devuelta ¿Por qué dejarla ir?

Suspiro y le hago caricias en su cabello recordando lo que pasó está madrugada, estaba dormida y se movía un poco desesperada y solo decía:
-No, por favor, no lo hagan.
Me di cuenta y la abrace para tratarla de calmar, algunas que otras veces trataba de despertarla pero segundos después no dijo más nada y dejó de moverse. Creo que tuvo otra de esas pesadillas que odia.

Dejo un suave beso en su mejilla y ella despierta poco a poco, mirándome con los ojos súper chiquitos, estirando todo su cuerpo y sonriendo.

-Buenos días cariño.- Digo sonriendo.

-Buen día jefe.- Me molesta que me diga así. El primer día en la empresa me llamó jefe por la reunión que se había convocado y me gustaba ese respeto hacia mí. Intentó llamarme Liam y yo muy arrogante le corregía que era el jefe y ella se molestaba más. Luego todo era Liam y Liam que me acostumbré la manera única, diferente y desafiante de llamarme así ya que todos se dirigen a mí como "jefe" o "señor". Por lo tanto, me molesta que me diga jefe ahora.

-Odio esa palabra de tu boca.- Deja los ojos en blanco y sonrío.

-¿Por qué no la odias cuándo alguien más te lo dice?- Alza una ceja y sonríe.

-Es diferente y lo sabes. Contigo hice una excepción desde el día uno.- Sonreímos y mi mano viaja hasta su mejilla para hacerle cariño.

-Si, claro.- Beso su frente.

-Mami, me tienes el brazo dormido.- Ríe y me hace sonreír. Se alza un poco dejando mi brazo libre para sacarlo.

-Lo siento, es muy cómodo.- Ríe bajito.

-No te preocupes, todo por verte feliz.- Me sonríe y ve mis labios.

-Oye... No me despedí de tus padres. Le dices que me salió un inconveniente y tuve que salir de prisa, no sé, te inventas cualquier cosa.

-Yo tampoco me despedí.- Reímos juntos. -Y no le diré eso, les haré saber lo que pasó.

Abre los ojos impresionada y se levanta de golpe para quedar sentada en la cama.

-No... No, no, no.- Su cara es muy graciosa. -No quiero problemas, lo que le hicistes hacer ayer para que se disculpara, para mí es suficiente...- Interrumpo su bello lenguaje y su voz tan hermosa.

-No tendrás problemas y lo haré quieras o no. Se los diré a mis padres y estoy seguro que la regañaran.- Explico para que entienda mejor y sé que será así, mis padres nos han enseñado el respeto ante todo y no pasarán lo que Mía hizo ayer.

-Liam... No.- Me señala con la ceja alza y yo muerdo mi labio inferior para no reír. -¿Te quieres reír?

-Eso jamás.- Sonreímos y antes de que se levante totalmente, la tomo de la mano para evitar que se vaya. -¿Mi beso de buenos días?

-Un coño de la madre.- Ríe y se suelta de mi agarre.

-¿Si?- Sale corriendo mientras la persigo pero no logro alcanzarla. Se encierra en el baño y puedo escuchar su carcajada perfectamente.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora