Tenías que ser tú

Capítulo 33

Este capítulo está dedicado a cl3meee gracias por ser otra de esas personas en apoyarme, en comentar y hacerme saber que la historia te gusta. Muchas gracias, te quiero. ❤️

Liam Sanders:

Al despertarme solo la puedo ver a ella, tan hermosa y preciosa.

Veo a la perrita y le hago cariño, la despierto y se me sube lamiendo cara. Es muy cariñosa.

Mi mirada se desvía a el vientre de Carllie por todo lo que pasó ayer.

Se que un mareo no compromete nada, eso le puede pasar a cualquiera solo que quiso hablar con Charis, ella le cuenta todo y puede que lo dijo algo sobre eso.

Si, nos estamos cuidando pero no todo es confiable y puede fallar.

Ayer no fue que me molesté sino que sentía que no me decía la verdad, pero después me meditar la entendí, por una parte ella tiene razón.

Tomo el teléfono y abro el chat de la ginecóloga de Carllie.

Liam:
Buenos días, doctora. ¿Cómo le va? ✓✓

Ayer Carllie tuvo un pequeño mareo, me dice que no es nada de lo que pienso pero aún tengo la duda. ¿La puede ver hoy?✓✓

Al terminar de escribirle Carllie despierta poco a poco.

Dejo el teléfono a mi lado y le hago un poco de cariño en su mejilla.

—Buenos días, amor.— Digo y sonríe.

—Buenos días.— Sube su pierna colocándola en mí.

—¿Cómo dormiste?— Pregunto.

Me observa y sonríe.

—Bien, siempre bien cuando estoy contigo.— Eso me hace sonreír. —¿Y tú?

—Excelente.

Dejo un beso en su frente y me levanto dirigiéndome hacia el baño.

Cepillo mis dientes y luego lavo mi cara. Escucho que suena mi teléfono, tal vez sea la doctora.

Tomo la toalla y me seco la cara. Al salir del baño, Carllie me observa y me muestra el teléfono.

Leyó el mensaje si o si.

—¿Es en serio? Pensé que había quedado claro ayer.— Suspiro.

Lo menos que quiero es discutir.

—Solo para quitar dudas.— Respondo.

—Tus dudas Liam, y las de Charis... Yo me conozco, fué un bendito mareo ¿Qué tanto?

Ya se está comenzando a alterar.

—Bueno, sí, tienes razón... Me quiero quitar esa duda.— Hablo sin ganas de discutir.

Me acerco para tomar el teléfono pero no me lo entrega.

—Me molesta el hecho que ni siquiera esperaste que me levantara para consultarlo conmigo... ¿Qué si no quiero ir?

Esta mujer le levantó arisca hoy.

Suspiro y me callo. Tomo aire y lo suelto. Me calmo y luego hablo.

—No quiero discutir Carllie. Vuelves a tener la razón, tenía que esperar a que te levantaras y hacértelo saber pero fue algo que pensé y lo hice de una vez... Ahora dame el teléfono para contestarle.

Lanza el teléfono en la cama y entra al baño.

¡Estas mujeres! ¿Quién las entiende? Yo trato de entenderla a ella.