Capítulo 47

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Carllie Ovens:

Después de irme a casa, me relajé muchísimo al saber que se esforzó para tratarme como su novia y con una sonrisa comencé a trabajar.

Es cierto que la noticia de no recordar su último año, incluyendo me a mí, me impactó de una forma increíble, estaban esas posibilidades pero nunca lo había pensado.
Al saber que soy una extraña para él, me dejó muy desconcierta. Ver su mirada de confusión, no hacer nada para abrazarme y alegrarse por verme cada vez que lo hacía, hizo que tuviera un choque mental. Me desesperé porque está situación está fuera de nuestras manos, apenas se está adaptando conmigo sin recordarme y para él no soy nada. Pero tomé ese tiempo de pensar las cosas, fue cuando quiso hablar conmigo.

Toda la tarde me textee con él y me llamó una vez, que alivio volver escuchar su voz, su risa. Verlo, me hace olvidar todo y darme más ánimo de luchar contra quien sea.

Al llegar la noche, me arreglé para irme a quedar con él. Preparé una cena saludable y algunas que otras cosas que le gusta para que se sienta consentido.

Bajo del auto y los guardaespaldas me ayudan con lo traigo. Camino hacia la sal donde se encuentra Liam, toco la puerta de la habitación y entro.

Su sonrisa es notoria y un viento de paz corrió por mi ser. Le devuelvo la sonrisa y lo saludo.

—Hola, de nuevo yo.

—Me gusta tenerte de compañía.— Muerdo mi labio inferior sonriendo.

¿De verdad no me recuerda o se hace el loco? Es que no puedo creer lo tranquilo que se siente sin conocerme. Creo que esas conversaciones y fotos nuestras lo hizo caer en cuenta cuanto me ama pero se le hace difícil decírmelo y lo entiendo.

—Por aquí, Joshua.— Le indico donde dejar las cosas y lo hago con el otro escolta. —Gracias.

Digo con una sonrisa cuando lo hacen y antes de salir, me devuelven la sonrisa.

—A su orden, señorita.

—No hay de que.

—Cualquier cosa, ya sabe, grite.

—No tienen porque preocuparse por mi novia, ella está conmigo.— Su voz hace captar mi atención y sonrío al escucharlo decir eso. —Además, esta habitación es igual que la anterior, solo hay otra puerta y es por donde entran los doctores.— Alza una ceja seriamente.

—Disculpe, pero es nuestro deber y no debemos fallarle al señor Austin.

Antes de que comiencen a discutir intervengo.

—Vale, lo entendemos. Gracias.— Sonrío y salen de la habitación.

Al ver la cara de Liam, se encuentra como cuando está celoso, su actitud es otra.

—¿Qué sucede?— Me acerco para sentarme a su lado.

—No me gusta que andes con cinco hombres, van y vienen contigo a todos lados.— Suspira con molestia.

"Creo que alguien se encuentra celosito".

—Dos de ellos, Tyler y Sebastián, los encontraste tú. Fueron mis primeros guardaespaldas puestos por tí.

—Da igual, eso no lo recuerdo.— Sonrío.

—¿Celoso?— Pregunto lo que esta tarde él se atrevió a preguntarme.

—Quisiera decir que no, pero por una extraña razón, sí, si lo estoy. ¿Algún problema?— Eso me hace reír y aunque intenté no hacerlo, fue imposible. —¿Eso te da risa? Te pueden enamorar, ¿No ves como te mira uno de ellos?

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora