CAPÍTULO 19

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"MIEDO A LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO"

Si existiera el remedio exacto para afrontar la pérdida de un ser querido en un solo día, ninguno de nosotros tendría miedo a las heridas. Ya no sería un "adiós" sino un "me alegra saber que te conocí en esta vida".

Aceptar una pérdida es un largo proceso que lleva malas decisiones y otras buenas, un camino lleno de dolor y otros sentimientos que se reconocen apenas. Los recuerdos lastiman y vivir se vuelve un infierno en la Tierra. No se supera a esa persona, se aprende a vivir sin ella.

Han pasado un par de días desde que ocurrió la tragedia de aquella noche. A pesar de que nunca he considerado a la mansión como un lugar ruidoso, puedo afirmar que se ha vuelto inusualmente silenciosa, pues en el ambiente se nota que ha ocurrido un cambio y que el mismo ha afectado a sus habitantes.

Sin embargo, no es lo único que he podido notar, ya que durante este tiempo transcurrido me he dado cuenta de que Oliver ha estado distante. No lo miro seguido y nuestras conversaciones se han reducido a un par de palabras. De hecho, ni siquiera hemos participado juntos en un negocio. No intenta buscarme y si yo lo hago, se excusa para evitarme.

Sé que su comportamiento se debe a las secuelas que deja sufrir una pérdida y por ello no quiero presionarlo, pero sí espero que sea obvio para él que mi intención no es dejarlo solo.

Esta vez Alexis decidió no seguir la tradición de recorrer nuestros números de Halcón después de la muerte de Alexa, dijo que el número de ella quedaría maldito tras haberse tratado de una traición y que no quería que ninguno de nosotros cargara con ese karma, que el vínculo familiar entre Los Halcones es sagrado.

En cuanto a mí, no me voy a quedar lamentándome por lo que pasó, no les voy a dar la satisfacción de verme derrotada de nuevo. Se trata de levantarme por mí misma y aceptar la realidad de los hechos: las personas no siempre suelen ser quienes dicen ser.

Me dirijo hacia la salita que hay en el jardín con piscina para encontrarme con Malik que se comunicó conmigo a través del Walkie-talkie con el propósito de citarme ahí mismo esta mañana. Mi pierna todavía no se ha curado, por tanto, voy a paso lento con una leve cojera, aunque puedo asegurar que sí ha mejorado junto con el dolor de espalda.

Una vez que voy acercándome, veo que Malik está con Kevin. Ambos se encuentran sentados frente al otro. El asiático sostiene un vaso con jugo de naranja que reposa en la mesa de madera mientras que mi amigo mueve su mano y apenas alcanza a dar delicados roces con la de su acompañante.

«Lo sé».

―Pensé que estabas solo ―digo de repente.

En un rápido movimiento de manos por parte de los dos, percibo cómo el vaso se tambalea y pronto cae sobre la sudadera blanca y el pantalón negro de Kevin, por lo que enseguida este se pone de pie intentando salvar su ropa del resto de líquido que queda goteando.

―Amiga, puedo irme si necesitan hablar. No sabía que Malik te estaba esperando.

―No, quédate ―lo detiene Malik―. Ahora vuelvo.

―Creo que mejor iré a cambiarme de ropa.

Mi amigo voltea a verme y me hace una mueca apenada.

La primera impresión que tuve de Kevin fue que era la sombra de Tyler, pero si soy honesta, llevo un tiempo dándome cuenta de que su dependencia por la presencia de su hermano ya no es tan fuerte como antes, pues Malik ha sido un intermediario.

— — —

Bajamos hacia el búnker y de inmediato las luces se encienden automáticamente. Está por suceder algo memorable y eso es que por primera vez después de tanto tiempo conviviendo con Los Halcones y en especial con Malik, voy a ver el interior del Cuarto de Redes.

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