CAPÍTULO 18

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"LAS DISCULPAS COMO MANIPULACIÓN"

Cuando la manipulación comienza a formar parte de nuestras vidas, es entonces que ignoramos si se trata de una verdadera víctima o de un victimista. La diferencia entre ambos conceptos se encuentra en que la primera realmente ha recibido un daño, mientras que la segunda pretende ser la persona perjudicada intentando así de disfrazar la versión real.

El manipulador siempre va a encontrar la técnica adecuada para dominar tus emociones e ideas a favor de él/ella, por lo regular, influyendo sentimientos de culpa o miedo.

Un agresor tiende a ser un victimista y una víctima suele ser controlada, así que donde no se asume la responsabilidad del maltrato utilizando pretextos, es mejor estar alertas para cuidar nuestra salud mental y física.

Madison

Quisiera decir que luché cuando Alexa detuvo el auto para ayudarme a sentarme en el mismo lugar donde sigo, pero el aturdimiento ocasionado por el golpe no me dejó esforzarme para intentar cualquier cosa, además de que mientras ella me movía también me estaba amenazando con una pistola colocada en mi sien.

El camino continúa siendo confuso, no logro identificar qué tan cerca o qué tan lejos ha conducido desde la mansión. De cualquier manera, me mantengo sentada detrás de ella con el cinturón de seguridad puesto entretanto maquino un plan. Lo cierto es que cometió un error al quitarme las sogas de mis tobillos.

―¿Quieres que te cuente porqué dejé Liverpool para venirme a Portland? ―Me ve a través del espejo retrovisor.

«No».

―Cuando eres una adolescente de clase baja e hija única que se la pasa con un mal ejemplo de padre, tus deseos de huir lejos se engrandecen. ―Noto que hace pucheros―. Pasas día y noche soñando con el momento en que dejarás de recibir golpes, de estar en un hogar violento hasta que reúnes el suficiente dinero y sin pensarlo dos veces, no vuelves jamás.

Una parte de mí quiere sentir pena por lo que está exponiendo, pero otra parte en mí se pregunta: ¿por qué debería hacerlo si yo no le he hecho daño? En cualquier caso, sus heridas internas no son una excusa para las acciones que ha tomado conmigo.

―Durante unos meses me mantuve siendo una prostituta ―su voz suena dramática―, hasta que conocí a Alexis que un día me contó sobre su negocio y yo le propuse ser parte de él. Siempre he sido buena adaptándome, así que no fue una excepción con Los Halcones si todos nosotros cargamos con un trauma.

El ambiente teatral combinándose con la velocidad rápida por su acento británico al que no me he acostumbrado, me marea aún más, en consecuencia empiezo a cabecear.

―Ahora entiendes que después de vivir lo que yo viví, se consigue tener un Trastorno Explosivo Intermitente.

Como mujer feminista, lamento su pasado. Como mujer racional, no puedo perdonar un daño que se me ha hecho de forma consciente. Sus palabras no afectan mi negación a validar el abuso que me ha infringido. No hay forma de verle el lado bueno a un ataque intencional.

Oliver

Voy tenso en el asiento del copiloto, ni una palabra se ha dicho desde que subimos al Ferrari de Alexis. Los minutos que llevamos andando me han parecido una eternidad y no he dejado de voltear hacia cada lado del camino como si esperara que fuera posible encontrarla de repente.

―Esto que tienes con ella ya no es solo sobre ayudarla, ¿no es así? ―De reojo veo que voltea a verme.

Opto por no responder e ignorar su pregunta. Mi mirada se mantiene fija en la carretera alumbrada por los faros del auto. No estoy en un estado donde desee tener una conversación, mucho menos con él.

PLAN DE ESCAPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora