PLAN DE ESCAPE

CAPÍTULO 14

"EL RECUERDO DEL PASADO"

Reafirmamos el valor de la memoria cuando la ausencia de algo querido nos envuelve. Son los recuerdos los que nos hacen sentir que no se han ido del todo, que lo que se fue sigue estando presente.

Existen demasiados estímulos sensoriales que nos llevan al pasado y con ello las emociones vuelven a visitarnos. Un recuerdo puede ser una tortura o una medicina para aliviarnos.

A tan solo unos meses de que sea un año transcurrido en la mansión, sigo adaptándome a esta nueva vida. Hasta la fecha mi alma continúa intacta, pues el homicidio es algo a lo que jamás he recurrido. Mi trabajo se ha basado en ayudar en la localización de gente que enmarcan como enemiga y de vez en cuando me enfrento a un evento violento.

Las relaciones que mantengo con Los Halcones suelen ser muy íntimas con algunos y con otros... prefiero no pensar en eso, pero con Alexa en realidad sí he estado notando mejorías. Actualmente la veo más como una amiga que como una compañera, aunque no pase mucho tiempo en la mansión.

Alexis nos citó esta mañana a Oliver y a mí en su oficina, entonces es justo hacia donde nos estamos dirigiendo. Vislumbro que las dos hojas de la puerta de entrada están abiertas, así que damos paso sin aviso.

El jefe está creando una partida de ajedrez y frente a su escritorio parece ser que lo está acompañando un hombre. Todo lo que veo es a alguien de camisa a cuadros, pero no tardo en reconocer ese cabello corto y negro.

Tyler está sentado en uno de los sillones golpeando su cigarro sobre un cenicero. Por instinto hago una mueca, no es una novedad que me ponga de mal humor y que yo no sepa cómo disimularlo.

―¿Estás bien? ―pregunta Alexis y alzo la vista notando que me está viendo a mí.

―He estado mejor.

―Les pediría que se sienten, excepto que nada más tengo disponible un sillón. Aunque no sé si quieran compartirlo.

Volteo a ver a mi amigo y este hace un ademán con su cabeza invitándome a tomar el asiento. No es que esté satisfecha aceptándolo y menos sabiendo que eso implica estar a un lado del idiota.

―Bien. ―El jefe se acomoda y entrelaza sus manos con anillos de plata―. Los he reunido aquí porque Tyler me pidió que sean sus compañeros en esta propuesta que está presentado.

―¿Qué? ―exclamo.

―Él no es parte de mi grupo ―arguye Oliver.

―En realidad, en esta ocasión, tú vas a ser parte de su grupo.

―Estás bromeando, ¿verdad? ―No digo nada y aun así pienso lo mismo que él.

―No ―admite Alexis.

Hincho las mejillas y resoplo volteando a mi lado izquierdo. La sonrisa de oreja a oreja de Tyler no pasa desapercibida. Está regocijándose con nuestra reacción. No puedo creer que esté pasando esto. Mis ganas de protestar se están acumulando.

―¿Es en serio que vas a dejar que se haga cargo de un operativo? ―Vuelve a preguntar un incrédulo subjefe.

―Le estoy dando una oportunidad como te la di a ti en su momento. Tyler puede ser muy persuasivo cuando se lo propone y yo valoro mucho esa habilidad.

―¿Es que acaso no piensas? ¡Es el culpable de la situación de Madison! ―El enojo se cuela en sus palabras.

―Si no quieres participar, hazte a un lado y deja que trabajen los dos juntos.