𝑈𝑛𝑒𝑥𝑝𝑙𝑜𝑟𝑒𝑑 𝑣𝑖𝑟𝑔𝑖𝑛𝑖𝑡𝑦 ʰʸᵘⁿˡⁱˣ [✔]

➊➎ | ᴘᴀsᴀᴊᴇʀᴏ

Mis dedos comienzan a debilitarse, es la misma sensación donde tus manos ya no responden y te ves obligado a tirar tus brazos hacia abajo solo para que estas queden colgando y descansen un poco. Hyunjin no había mentido con respecto a que este trabajo era demasido agotador; cada minuto es un correo nuevo por leer; cada diez minutos ingresan hojas por revisar y firmar; y cada dos horas hay videos conferencias de los cuales soy el encargado de programar los horarios de Hyunjin para que pueda asistir a estos. Sin embargo, hay algo positivo en todo aquello, y eso claramente es que nos vemos todos los días, cada segundo, cada minuto, cada hora.

Hoy es un día demasiado complicado y aterrador, me siento tan nervioso y ni siquiera está relacionado con el trabajo, o bueno, en parte si ya que tiene que ver con el padre de Hyunjin. La cuestión es que hoy vendrá el Hwang mayor para supervisar como van las cosas y de paso saber como se encuentra su hijo, además Hyunjin me contó que suelen tener reuniones seguidas para charlar del trabajo y de la familia. Bueno, hoy es uno de esos días.

Claramente siento terror por el simple hecho de que Hyunjin me pidió, o mejor dicho, obligó, a que me quede aquí en el tiempo que entabla una conversación con su padre. Al principio me negué rotundamente y no dudé ni un segundo, porque... ¿que tengo que hacer yo metido en una conversación entre padre e hijo cuando ni siquiera conozco al primero? Muy dentro de mi corazón siento que Hyunjin tiene algo planeado para ese momento.

Todo esto pareciese como si me estuviera por presentar a mi "suegro".

—¿En serio debo quedarme aquí?—vuelvo a quejarme mientras recibo el mismo gesto de la persona contraria, quien no despega sus ojos de la computadora y asiente con su cabeza—podria irme sin problema solo por unos minutos y luego volver.

—Pero te quedarás.

Ruedo los ojos con frustración y vuelvo mi vista hacia la computadora cuando un gmail nuevo llega. Sin embargo, no tengo la intención de abrir el mensaje y descubrir lo que es debido a que un pensamiento repentino vino hacia mi. Mis ojos vuelven hacia Hyunjin y me quedo de esa manera por unos segundos, tratando de encontrar entendimiento a las millones de dudas que aparecen con el paso de los segundos.

—Señor Hyunjin... usted nunca mencionó a su madre—el cuerpo del nombrado se tensa y me da a entender que nada bueno puede salir de su respuesta—¿ella...?

—Falleció cuando yo tenía diez años.

—Oh... lo lamento mucho—las ganas de levantarme e ir corriendo a sus brazos para no soltarlo nunca más, me consume poco a poco, y claro que lo iba a hacer, de hecho, ya había puesto una pierna fuera de mi escritorio para ir hacia él, pero es el ruido de la puerta al ser tocada que me interrumpe la acción.

Nos miramos por unos segundos más y puedo observar sus ojos brillar, su manzana de adán se mueve y la saliva recorre por su garganta, tratando de controlar las ganas que tiene de derrumbarse frente a mi, y lo noto, noto todo lo que su rostro me quiere decir y sus acciones gritan ser entendidas. La tristeza me invade y eso es lo último que siento antes de que Hyunjin grite un claro "pase".

La puerta se abre lentamente y deja ver a través de ella un hombre mayor, con su cabello completamente blanco y su espalda perfectamente recta, soltando una energía de superioridad y una mirada penetrante que te hace sentir como una pequeña bolita en un rincón de esta habitación. Su rostro, color de piel, altura, son casi idénticos a Hyunjin, solamente que el hombre mayor está un poco más viejo y arrugado, pero suponiendo su edad, se conserva demasiado bien, hasta podría decir que si esto no funciona con Hyunjin, no tendría problema en irme con su padre.

Ay por dios Felix, eso es imposible porque... estoy enamorado de Hyunjin.

Mis pensamientos hacia el Hwang mayor solo son de... "parece alguien malo" "tal vez solo se lleve bien con su hijo pero con los demás no" "tiene cara de exigente" "¿que pasa si cuando me vea no le agrade y obligue a Hyunjin a echarme?" y podría seguir diciendo muchas más que surgen con el paso del tiempo, pero estas se detienen cuando los ojos del hombre se posan en mi y una sonrisa demasido sincera se ilumina en su rostro, borrando todo gesto de seriedad y superioridad que sumergía hasta por sus poros.