❷❾ | ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀʀɴᴏs

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Ha sido un día agotador para mi.

El trabajo fue demasiado peso sobre mi cuerpo y por momentos parecía que no tenía final, como un túnel interminable. Claramente el no tener a Felix a mi lado es mucho más cansador, ya que me tengo que encargar de mi trabajo más el que Felix hace. Sin embargo, una parte de mi mente esta tranquila al saber que mi prometido está en casa y posiblemente esperándome, despierto o no.

Estos días Felix ha estado demasiado enfermo, un resfriado potente lo tomó por sorpresa cuando tenía sus defensas bajas, ocasionandole fiebre, dolores en los ojos y como es de esperarse, dolor de garganta y una tos que ni siquiera lo deja dormir por las noches. Aunque gracias a los cielos pude ver una mejoría anoche, ya que no tosió mucho y la fiebre se detuvo.

He aquí las razones por las que no viene al trabajo hace una semana, quedándose en casa haciendo reposo y esperándome una vez que termina mi trabajo.

Ah, se volvió como un bebé para mi. Me encanta cuidarlo, arroparlo, darle baños fríos y pasar un trapito mojado por todo su cuerpo cuando está caliente a causa de la fiebre. No le diría, pero quisiera que siempre fuese así, porque el es un pequeño bebé que hace pucheros cuando le duele la cabeza o tose mucho, y yo no tengo problema en dejarle cariños y mimos para hacerle olvidar por unos segundos del mal estar.

Oh, casi lo olvido, toda parte bonita, también tiene su parte horrorosa, y esta última la es cuando Felix no quiere darme besos porque dice que va a contagiarme su resfriado, ¡ni siquiera me deja darle besos en la mejilla! Pero eso sucede solo cuando esta despierto y consciente de mis acciones, porque una vez que el se duerme, aprovecho la situación y dejo besitos por toda su cara, especialmente su boquita hermosa.

Dejo todo pensamiento y recuerdos de un lado por un momento para que aparque mi auto en frente de nuestra casa. Bajo de este y le pongo traba a todas las puertas antes de comenzar camino hacia la entrada, con la ilusión de encontrar a Felix parado detrás de la puerta y luego lanzarme hacia el para abrazarlo con todas mis fuerzas, pero la ilusión se desvanece cuando la puerta se abre y el silencio me recibe. Con mi corazón triste, entro finalmente a mi hogar y comienzo a buscarlo con mis ojos por alrededor, sin encontrarlo en ningún lado.

De un empujón suave, cierro la puerta y luego coloco la llave para trabarla. Tiro las llaves de mi auto en la pequeña mesita que se encuentra a mi costado y comienzo camino hacia nuestra habitación, la misma que queda en la planta baja. Y una vez que llego, me encuentro con la puerta de esta totalmente abierta y un pequeño cuerpo durmiendo plácidamente en el medio de la cama. Sonrío inconscientemente y me saco mi camisa antes de irme hacia el, quedando completamente desnudo desde mis caderas hacia arriba.

—Amor...—susurro, logrando que Felix se remueva un poco—¿no me vas a dar la bienvenida? Voy a llorar—no hay respuesta del contrario, solo movimientos delicados para separarme de él—no seas gruñón, quiero que me abraces Felix.

—Tengo sueño... ven a acostarte.

Me recuesto por completo en la cama y atraigo su cuerpo hacia mi, dejando que su cabecita quede apoyada en mi pecho y que su brazo izquierdo me abrace por la cintura. Claramente soltó varios gruñidos porque sé con claridad que Felix odia ser despertado, más cuando está teniendo un sueño tan profundo que es difícil despertarlo, pero no le doy importancia y solo sonrío ante sus pequeñas acciones porque solo se ve como un pequeño pollito intentando estar enojado.

—¿Como estas?—pregunto finalmente.

—Mejor, la tos disminuyó—luego de unos... tres segundos tal vez, se gira rápidamente y me da la espalda, solo para estornudar tan fuerte que de seguro los vecinos habrán escuchado. Sonrío una vez que Felix vuelve hacia mi mientras se rasca su naricita, la cual ya se encuentra un poco roja—no te rías.

𝑈𝑛𝑒𝑥𝑝𝑙𝑜𝑟𝑒𝑑 𝑣𝑖𝑟𝑔𝑖𝑛𝑖𝑡𝑦 ʰʸᵘⁿˡⁱˣ  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora