❷❷ | ғᴜᴇɢᴏs ᴀʀᴛɪғɪᴄɪᴀʟᴇs

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Estoy volando en un nube sin fin.

Mi mano viaja hacia mi entrepierna, aprieto un poco esa zona por encima de mi pantalón mientras meneo mis glúteos hacia los costados y luego hacia abajo. La botella de cerveza que sostiene mi mano libre, se alza con frecuencia cuando el coro de la canción llega. Es sensual, si, y eso es todo lo que necesito ahora. Nada me importa, me libero como jamas lo he hecho y quiero hacer esto por el resto de la noche. Sin preocupaciones y siendo feliz hasta se me permita hacerlo.

A little death - the neighbourhood

Esa canción es mi perdición, desde que la escuché no he parado de hacerlo, es como una droga que transcurre por mis venas hasta llegar a mi corazón. Mi cabeza, en compañía de mis brazos, se mueven sin detenerse y mis caderas van de un lado a otro, de vez en cuando mis movimientos bajan al suelo y me muevo, más que sensual, llamativo y ardiente. No dudo que si alguien más me viera, tendría una erección.

La cerveza en mi sistema me hace sentir bien y me ayuda a olvidarme de todos los problemas. Todo se siente bien, se siente correcto y quiero llorar por ello, pero la música no me permite hacerlo, no cuando el coro llega y yo me desconozco. Con pasos alegres, me acerco hacia mi celular y le subo todo el volumen que puede dar, no me importa si lo rompo, yo quiero escucharlo más alto. Pero cuando regreso al medio de la habitación para seguir bailando, la puerta de la habitación es tocada con delicados golpes, que, si no fuera porque estaba poniendo música con el celular, no lo hubiera escuchado de tan suave que sonó. Me detengo de repente y me quedo mirando por unos segundos la puerta, pensando en quién rayos debe ser si se supone que no conozco a nadie en todo Seúl.

—¡Voooy!—arrastro la "o" y con risas, me acerco hacia la entrada de la habitación.

La abro de un golpe y me encuentro con un hombre mayor, viste un elegante traje negro y en su mano izquierda se ve un gran ramo de chocolates. No voy a mentir, pero solo por unos segundos y debido a mi borrachera, juré haberlo visto a él, su imagen sosteniendo el ramo en aquella noche donde me quitó la virginidad, o la misma noche en donde terminamos todo. Tal parece que su sombra me persigue y no me dejará en paz ni aún cuando esté lejos.

Sin embargo, no me afecta como siempre lo hace, porque ahora mismo, no me importa.

—Disculpe la interrupción, pero vengo a entregarle este ramo de chocolates. Por parte del hotel, siempre le regalamos este obsequio a las nuevas personas que se hospedan aquí, señor Lee—sus manos se extienden hacia mi, y debido que mi mano derecha sostiene la cerveza, lo dejo en el suelo de inmediato y me acerco para tomar el ramo—espero que sea de su agrado y nuevamente, bienvenido.

—Oh, oh, gra-gracias—el señor frente a mi hace un reverencia antes de desparecer por el pasillo.

Yo simplemente me quedo parado, quieto, tratando de entender lo que acaba de pasar y por qué rayos tengo un ramo de chocolates en mi mano. Suelto un suspiro lleno del aire con alcohol y cierro la puerta frente a mi. Los pasos que dan mis piernas son lentos, mi vista aún sigue puesta en los chocolates y me pregunto si todos los hoteles hacen esto. ¿Dar la bienvenida con un ramo? Eso si es que mucho, más para mi, que con una simple galleta me habría conformado sin problema.

Sin embargo, ¿por que tengo una extraña sensación? Nada está claro para mi y parezco un completo loco cuando comienzo a reír, no se por qué lo hago, pero me río como un desquiciado. Cosquillas se sienten en mi estómago y es impresionante porque no puedo parar, aún cuando haya tomado una barra de chocolate Kinder y lo haya desembuelto del papel e introducido en mi boca, yo sigo riéndome.

Me acerco hacia mi celular y vuelvo a subirle el volumen, demasiado fuerte. Con el ramo en mi mano, comienzo girar y a bailar con él como si de una persona se tratase. La canción había cambiado, ahora es una más movida y eso me alegra más de lo que ya estoy.

𝑈𝑛𝑒𝑥𝑝𝑙𝑜𝑟𝑒𝑑 𝑣𝑖𝑟𝑔𝑖𝑛𝑖𝑡𝑦 ʰʸᵘⁿˡⁱˣ  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora