Capítulo 18

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Días después...

El tiempo seguía pasando y eso era algo que no podía detener, y justo como Allison había dicho esa última charla que tuve con ella respecto a Ross y Finn, no he vuelto a platicar con cierto rubio. No sé qué tan bueno sea que mantengamos nuestra relación de amistad de esta manera, alejarnos por un largo tiempo sin tener absoluto contacto por ningún lugar, y que después cuando queramos saber del otro no podamos dormir y que uno de los dos le termine mandando un mensaje al otro a medianoche para esclarecer nuestros pensamientos.
No me incomodaba en absoluto, me hacía bien platicar con él y seguir manteniendo nuestra amistad de alguna manera, aunque no sea del todo correcta, pero seamos sinceros, desde hace unos años esto se ha vuelto un embrollo bastante grande que no quiero resolver en estos momentos de mi vida.
Lo único que me hace sentir bien es el hecho de que soy una persona importante para él, así como él lo es para mi, y lo sabe.

Había hablado con Candace hace un par de días atrás y me ha dicho que aún no resuelve el asunto de su boda, por lo que tardarán unos meses más en dar una fecha exacta. Yo le dije que no se preocupara, que cada cosa llegaba a su tiempo y que si ahora no podía por cuestiones de trabajo de ella y de Harry, que no se desesperara en dar una fecha, y lo dije más por el hecho de que nuestros padres estaban ansiosos por saber el nuevo día de la fiesta. No sé cuál era la prisa en que su hija mayor se casara.

En cuanto a Ashley, ella está vuelta loca con los preparativos de su graduación y con estudiar para su examen de admisión a la universidad que sería en un mes más. Además de todas las tareas y proyectos que le están dejando, ella no sabe qué hacer con el estrés que está sintiendo. Yo la comprendo y hace unos días me dijo que si se podía quedar otro fin de semana conmigo para poder estudiar sin interrupciones, ya que, nuestros padres suelen molestarla o no dejarla estudiar, a lo que yo le dije que no había problema. Me gustaba tener un poco de compañía, más cuando Allison se va a visitar a sus padres y se queda el fin de semana con ellos.

-Te noto muy pensativa- la voz de Rose me hizo salir de mis pensamientos.

Estábamos en las mesas que están afuera de la cafetería; siempre tenías la opción de comer adentro (si es que encontrabas algún lugar disponible) o afuera, y la verdad es mejor escoger una mesa de afuera porque adentro se encierra el calor humano de la cantidad de gente que entraba.
Hoy no habíamos tenido la primera hora de clase y eso fue porque a mí profesor se le ocurrió faltar sin avisarnos, así que me levanté temprano por nada.

-Lo estoy- sonreí y le tomé un sorbo al jugo que me había comprado para acompañar a Rose con su desayuno- es que han pasado tantas cosas estos días que aún me cuesta trabajo procesarlo-

-¿Lo dices por lo qué pasó con el castaño y el tal Ross?- preguntó y le dio una mordida a su sándwich.
Claro que le había platicado a Rose sobre Ross, y esto lo hice en primer semestre cuando me negaba a que me gustara Finn. Tuve que explicarle todo el asunto y ahora ella está enterada de todos los detalles.

-Por eso y por todo lo demás- me miró tratando de comprenderme- mis padres están bastante ansiosos porque mi hermana mayor nos diga una nueva fecha para su boda y están sobre mi hermana menor todo el tiempo y eso a ella le desespera porque tiene cosas que hacer, además de las tareas y trabajos que tenemos pendientes, mi trabajo en la boutique y sí, lo de Ross y el castaño-

-¿No has vuelto a hablar con Ross?- preguntó ladeando la cabeza y yo reí.

-Nuestra amistad es bastante complicada, amiga- volví a reír- podemos estar sin hablar por varios meses y creo que entramos a ese lapso nuevamente-

-¿Y por qué no mantienen su amistad de una manera más frecuente?- volvió a darle otro mordisco a su sándwich.

-No lo sé- me encogí de hombros- él vive en Littleton y tiene cosas que hacer al igual que yo, además de que no somos la prioridad del otro. Por el momento creo que los dos nos sentimos cómodos así, nos hablamos cuando nos necesitamos y eso está bien, ¿no?-

-Sí, digo, es importante que estén cuando el otro los necesita, pero es raro que solo haya comunicación solo en esos momentos- ahora fue ella quien se encogió de hombros- pero yo respeto eso, solo ustedes saben cómo es su relación...- comencé a toser sintiendo como me ahogaba con mi propia saliva.

-¿Nuestra relación?- abrí los ojos como platos.

-Su relación de amistad- bufó y rodó los ojos- no me dejaste terminar de hablar-

Tranquilicé mi respiración- Lo siento- sentí el calor subir por mis mejillas.

-Voy a tratar de acabarme esto para que vayamos a apartar nuestros lugares al salón de la siguiente clase- dijo y le dio otro mordisco a su sándwich.

-Aun hay tiempo- miré la hora en mi celular, eran las ocho con veinte minutos- aún tenemos cuarenta minutos, más el tiempo que el profesor se tarde-

-Es cierto, no entiendo como nunca llega puntual- negó con la cabeza y tomó de su café.

-Yo no me quejo, tenemos la ventaja de que si llegamos tarde él nos deja pasar- y era cierto, no nos decía nada por llegar tarde.

Al instante mi vista se fijó en un chico de cabello castaño oscuro y chino caminando al lado de uno de sus amigos. Parecía que venía de terminar su primera clase.
Él sintió mi mirada, por lo que volteó a verme quedándose parado junto con su amigo a una distancia bastante considerable, pero ambos nos veíamos frente a frente.

Finn, el chico que me tiene enamorada de una manera inimaginable.

Yo no rompía el contacto visual con él, así que recordé mi despiste de hace unos días, el día en que me sonrió y yo no lo hice de vuelta, así que era ahora o nunca.
Seguimos viéndonos a los ojos y al instante sonreí hacia él, ignorando todo aquello que Rose me estaba contando, y para mi sorpresa... él me sonrió de vuelta haciendo que mi estómago se llenara de mariposas imaginarias.

One Last Dance- Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora