Capítulo 7

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Meses después...

Ross se había ido.

No sabía a donde, pero tengo una sospecha de que regresó a su ciudad natal que es Littleton.

Tenía un dolor grande en el pecho, pues no había hecho nada al respecto.

Después de que se enterara nuevamente de que me gustaba, él intentó hablar conmigo, pero... yo huí.

Me sentía pésima con esto, y lo peor es que unas semanas después de aquel día me enteré que tenía novia.
Sabía que había dicho que me conformaba con el hecho de que él me seguía considerando una amiga, pero tenía sentimientos y era obvio que me iba a doler ese hecho.

Ahora nos encontrábamos en el último semestre de la preparatoria, más bien, ya estábamos en la última semana de clases, con miles de proyectos finales.

Hace un mes atrás había recibido mi carta de aceptación a la universidad, la universidad de California y mis padres y yo estábamos bastantes felices porque había estudiado mucho para el examen de admisión, además de que siempre he tenido un buen promedio y he sido una buena alumna. Los caminos entre mis mejores amigas y yo se separaban para seguir nuestros sueños, dolía, pero es algo que tiene que pasar.

Este último tiempo en la secundaria me había acostumbrado a ya no ver a cierto rubio por los pasillos de la escuela, de no verlo sonreír tiernamente hacía mí y bromear de vez en cuando... bueno, antes de que yo arruinara las cosas.

No había hablado con él, ni si quiera le mandé un mensaje cuando dejé de verlo en la escuela y me enteré que se había ido.
Era una mala amiga, arruiné todo por mis sentimientos y el miedo que tenía de que la historia se repitiera aunque muy en el fondo sabía que no iba a pasar porque Ross es un chico diferente.

En fin, hoy era la muestra de los proyectos de física de los del turno de la mañana, por lo que nos habían invitado a llegar antes a la escuela para poder verlos, así que me vería con Mae para poder llegar juntas.

-Qué linda de te ves- opinó Mae al verme.

-Tú no te quedas atrás, amiga- sonreí y comenzamos a caminar hacia la secundaria.

La verdad es que siento un poco de nostalgia porque el tiempo se me pasó demasiado rápido y me cuesta aparentar todo lo que ha sucedido.

De un momento a otro comencé a sentir un presentimiento, pero no sabía de qué se trataba.

Solo son cosas mías.

Entre risas y tonterías, estábamos a unos dos minutos de llegar a la escuela, hasta que mi vista se fijó en un auto que estaba estacionado por la entrada de la secundaria y un grupo de chicos se encontraba riendo. Enfoqué más mi vista en ellos y mi corazón comenzó a latir de una manera rápida al percatarme de que Ross se encontraba entre ese grupo.

-Mae...- comencé a moverla del brazo.

-¿Qué pasó?- me miró alarmada y yo señalé hacia el coche que estaba a unos cientos metros de nosotras.

-Ross está aquí- susurré y ella abrió los ojos como platos.

-¿Pero cómo...?-

-No lo sé- negué con la cabeza- alguien de la escuela lo habrá invitado-

Nosotras seguíamos caminando, por lo que teníamos que pasar en frente de ellos, así que tenía que actuar normal como si no me estuviera muriendo de nervios por ver a Ross aquí nuevamente.

Una vez pasando por enfrente pude percatarme de su mirada, esta era bastante seria en realidad y eso hacía que mi corazón se rompiera, pero vamos, como quería que él reaccionara bien si fui yo quien lo arruinó todo.

Suspiré y entramos a la secundaria, en ella había más gente de lo habitual, ya que, se podían invitar a los padres o familiares de quienes hicieron los proyectos.

-¿Estás bien?- preguntó Mae una vez que estuvimos por la cafetería.

-Sí- asentí con una sonrisa para aparentar que no tengo un nudo en la garganta- solo me sorprendí, no pensé verlo aquí-

-Es normal, además es algo bueno que esté aquí, puede haber una posibilidad de que hablen-

-¿En serio lo crees?- pregunté como una pizca de esperanza.

-Yo lo creo- me tomó del hombro y sonrió- ustedes dos tienen algo especial y eso conlleva el gran cariño que se tienen mutuamente, así que no lo dudes, Kenny-

Días después...

No pasó nada aquel día, parece que él no está contento conmigo y es entendible, además vi que quien lo había invitado era su novia, así que tampoco es como que tuviera oportunidad de acercarme a platicar con él, digo, tampoco es como que supiera que le diría.

Solo existió un momento en donde nos topamos de frente, pero solo nos quedamos viendo el uno al otro, para después pasar desapercibidos.

Parecíamos dos desconocidos y repito, fue todo mi culpa.

Luego de ese día no lo volví a ver, solo vi que después de un tiempo subió una publicación a facebook, y esta era una foto de él con su novia, los dos lucían bastante feliz y eso me reconfortaba un poco, saber que al menos alguien sí le hace feliz como yo lo hubiera hecho.

Hoy era la ceremonia de graduación, donde me entregarían mi certificado y otros papeles importantes, luego de un mes entraría a la universidad y estaba que me moría de nervios, tanto así que casi me desmayo al venir a mi ceremonia; no sabía qué había pasado, pero sí no hubiera sido por mi madre, hubiera caído al suelo inconsciente. De todas formas no iba a faltar a un día tan importante como lo es hoy.

Ya me encontraba sentada en los asientos que nos fueron asignados, aún con los nervios y la nostalgia presente y también, con el remordimiento.

Mis padres, Candace y Ashley se encontraban en unas sillas más atrás de donde yo estaba, los cuarto emocionados por mi salida de la secundaria y eso también hacía que tuviera un nudo en la garganta, pero en lo que no dejo de pensar en este día tan especial es en que... me hubiera gustado que Ross estuviera aquí, que pudiera haberme graduado con él.

One Last Dance- Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora