Capítulo 40

141 10 1
                                    

Cuatro meses después...

La vida había cambiado de una forma drástica, pero he de decir que ha sido para bien:
Ashley hace un mes se mudó junto con su mejor amiga a un departamento; llevaba trabajando en una librería por un tiempo considerable y tengo entendido que su amiga también, así que ahorraron todo este tiempo y rentaron un departamento que está cerca de la universidad, lo cual la tiene muy emocionada, aunque ella no esperaba que el vivir sola sería bastante complejo.
Con Candace casi no he hablado, pero sé que los preparativos de su boda la tenían vuelta loca, y he de decir que esa es la razón por la cual no hablamos tan seguido como antes, además de que ha tenido bastante trabajo.

En cambio yo, me encontraba en la búsqueda de un trabajo que fuera relacionado a mi carrera y si les soy franca... esto ha sido bastante difícil, pero trato de no desanimarme. Mientras, sigo trabajando en la boutique y Allison sigue trabajando en la farmacia; ella está en la misma situación que yo, a diferencia de Mae que hace un par de meses inició a trabajar en una empresa. A las dos las veo felices, sin embargo, sé que hay días bastantes complicados que hacen que cada una esté en su propio mundo, pero eso sí, se la viven apoyándome (y yo a ellas) y más con el tema de Ross...
Ross, tal parece que no nos ha ido mal en este juego de intentar a ser algo más que amigos; la verdad es que todo aquel miedo que tenía de intentar tener una relación, ese miedo que me creó Matt a los quince años y que me impidió tener algo con Finn hace casi un año, desapareció. He de decir que estoy sorprendida porque luego suelo auto-sabotearme y fue algo que me costó asimilar, sin embargo, estos cuatro meses que llevamos saliendo han sido de los mejores de mi vida. Ross me ha enseñado lo bonito que es el amor y poco a poco, en este tiempo, me he dado cuenta de que me enamoré de él, de su risa, de esos ojos color miel que se iluminan con el sol o cuando se emociona por algo, de su personalidad tan particular y de su forma de ver la vida. Tengo que ser honesta al confesar que no solo me ha enseñado el ver al amor de forma distinta, sino también de ver las cosas diferentes de la vida a como lo hacía.
También, puedo decir que los dos congeniamos de una forma tan bonita y no puedo estar más feliz de ser su novia porque sí, Ross y yo formalizamos hace más de un mes luego de ver que las cosas no se habían puesto incómodas o raras tras dejar a un lado la etiqueta de mejores amigos. Tanto así que hoy es mi acompañante en la boda de Candace... Sí, hoy es catorce de febrero y mi hermana mayor se casa.

-¿Estás nerviosa?- preguntó Ross parándose a mi lado en el tocador. Le estaba dando unos últimos retoques a mi maquillaje.
Ayer por la mañana llegamos a Nueva York porque aquí sería la boda, así que nos estábamos hospedando en un hotel y mis padres sorprendentemente accedieron que yo me quedara con Ross en una habitación.

-Un poco, pero he de decir que la nostalgia le gana a los nervios- respondí dándome una última mirada en el espejo.

-Ea normal, no todos los días se casa tu hermana mayor.- besó cortamente mis labios, causando un leve temblor en mi cuerpo- Te ves hermosa, Kenny-

-Creo que tú eres el que causa mis nervios en lugar de la boda de mi hermana.- bromeé, pero no era una mentira, Ross seguía poniéndome muy nerviosa- Gracias, pero tu no te quedas atrás, te ves muy guapo- ahora fui yo quien besó cortamente sus labios.

-Gracias, bonita.- sonrió y me tomó de la cintura- ¿Tus padres no te han mandado mensaje?-

-Hace unos minutos, pero solo me dijeron que nos veían en el vestíbulo del hotel para irnos juntos al lugar donde sería la boda- justo en ese momento sonó mi celular anunciándome que había llegado un mensaje- deben de ser ellos-

[...]

Flores, burbujas y pétalos de rosas, eran las cosas que adornaban el panorama que había estado viendo con lágrimas en los ojos hace unos minutos. La ceremonia había sido hermosa y no podía haber sido más perfecta para Candace y Harry, quienes se miraban con un amor incondicional mientras el padre daba su sermón, y al final sellaron todo ese amor con un beso.
Ashley estaba igual que yo y bueno, ni hablar de mis padres, ellos eran peor que un mar de lágrimas.

Ahora nos encontrábamos llegando al salón donde sería la fiesta, los novios habían llegado hace un par de minutos porque tengo entendido que eso de la decoración y el pastel fue un regalo sorpresa por parte de la hermana de Harry.

-El lugar es hermoso- opinó mi madre admirando todo el salón mientras se agarraba del brazo de mi padre.

-Sí, Isabelle se lució- dijo Ashley admirando cada detalle. Por cierto, Isabelle era el nombre de la hermana de Harry.

Al fondo pude encontrarme a Candace riendo del brazo de Harry y al momento de que su mirada se encontrara con la mía, me hizo una seña para que me acercara con Ross.

-Vamos- susurré a Ross en su oído, ya que mis padres se encontraban hablando- es momento de presentarte a mi hermana- asintió y emprendimos nuestro camino hacia la mesa de los novios.

-¡Qué hermosa te ves!- exclamó Candace con una sonrisa en cuanto nos acercamos.

-Y tú no te quedas atrás, eres la novia más guapa que ha existido- la abracé y nuevamente sentí las lágrimas picar mis ojos.

Se separó de mi y caminó hacia Ross- Y tú eres el famosisímo Ross Lynch, el que trae loquita de amor a mi hermana-

-¡Oye!- exclamé sintiendo las mejillas arder.

-No es mentira lo que digo, Kenny.- sonrió- Soy Candace y él es Harry, mi esposo- jaló a Harry del brazo porque aún no se unía a la conversación.

-Mucho gusto en conocerles y felicidades a los dos- Ross sonrió de una forma muy cortés que no conocía de él.

-Muchas gracias.- contestó Harry con una sonrisa- Discúlpenme un momento, mi hermana me llama- y antes de irse, dejó un beso en la mejilla de mi hermana.

-Qué adorables- opiné y ahora fue ella quien se sonrojó.

-Así como ustedes.- nuevamente miró a Ross- De verdad que tenía muchas ganas de conocerte, y no lo digo de broma o por molestar a mi hermana. Nunca la había visto tan feliz desde que están juntos y no puedo estar más agradecida por eso.- nos tomó a ambos de las manos- Los dos están hechos el uno para el otro. Literalmente se puede ver y sentir el amor que se tienen el uno al otro-

-Es que después de mucho, estamos en la misma sintonía- opinó Ross.

-Y ya es el momento y el lugar correctos- besé la mejilla de Ross.

Y creo que mi hermana no mentía, se puede sentir ese amor mutuo que existe entre nosotros, al punto de que los demás lo perciben y créanme, yo no esperaba menos.

One Last Dance- Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora