One Last Dance- Ross Lynch

Capítulo 38

Volvería a escuchar su voz cantando después de mucho tiempo.

Debo de estar soñando.

-¿Vas a cantar las canciones que me mencionaste en una de nuestras madrugadas?- pregunté con emoción y él rió.

-Sí, aunque tengo planeado cantarte una que no te mencioné, creo que es una canción que nos define a los dos completamente, más bien... A nuestra historia- pude ver cómo se ruborizó un poco.

-Pues estoy ansiosa por escucharlas, Ross- dejé a un lado el pedazo de pizza- siempre has tenido un gran talento y adoro poder escucharte, y aún mejor, después de todo estos años-

-Y yo adoro poder cantarte, aunque tengo que ser sincero al decirte que me pone un poco nervios0-

-¿Por qué?- fruncí el ceño.

-Porque nunca te había cantado alguna canción que había escrito para ti y... no sé si te gustarán- sonreí y acaricié su mejilla.

-Tus sentimientos me importan, así que estoy cien por ciento segura de que me gustarán, además, nadie más me había escrito alguna canción y eso me hace sentir especial-

-Eres especial, Kenny- besó la mano que había acariciado su mejilla y no pude evitar sentir nuevamente esas mariposas en el estómago.

[...]

Habíamos terminado de comer lo que Ross preparó para mí y debo de decir que todo estaba delicioso. De verdad aprecio que haya tenido este detalle conmigo, además de que nos la pasamos riendo de las anécdotas que se venían a nuestra mente de la secundaria, de esos momentos que jamás se irán.

-Antes de pasar a la sección que más nervioso me pone- tomó la botella de vino y comenzó a abrirla- quiero brindar contigo- agarró las dos copas que se encontraban cerca de la cesta de picnic y empezó a servir el vino.

-No tienes porqué estar nervioso- tomé la copa que me extendió.

-Me es inevitable no estarlo- dejó a un lado la botella de vino.

-¿Por qué quieres brindar?- pregunté cambiando un poco de tema porque de verdad me intrigaba.

-Primero...- dio un respiro- quiero brindar por ti, querida Kenny- sonrió- por todo lo que has logrado a pesar de las adversidades; te mudaste de la casa de tus padres como lo habías estado planeando desde que teníamos catorce años, tienes un trabajo que has mantenido a pesar de que no sea de tu carrera, te graduaste con honores y eso significa que podrás titularte más pronto que los demás estudiantes y muchas cosas más.- lágrimas se habían acumulado en mis ojos- Estoy muy orgulloso de ti y de poder compartir este momento contigo.- soltó un suspiro- Y el segundo brindis quiero dedicarlo a nosotros, a todo lo que hemos pasado, a nuestra amistad que a pesar de todo sigue intacta y a nuestros sentimientos. Brindo porque sé que estamos entrando en la misma sintonía y Kenny, yo te dije que algún día lo íbamos a estar- chocó su copa con la mía-

-Salud, Ross- alejé mi copa de la de él lentamente- porque tienes razón, estamos comenzando a estar en la misma sintonía- y sin decir más los dos bebimos de nuestra copa, disfrutando de este hermoso momento que ha sido creado por él.

-Gracias por este momento- habló luego de estar unos segundos en silencio.

-Gracias a ti por crearlo- sonreí y vi cómo dejaba su copa a un lado y agarraba su guitarra.

-Creo que ha llegado el momento más esperado- rió con un poco de nerviosismo y yo sonreí con ternura.

-No tengas miedo, Ross. Estoy feliz de poder escucharte- tomé otro sorbo de mi copa de vino.

Afinó su guitarra mientras cerraba los ojos, tratando de acomodar cada cuerda para que sonara acorde con la melodía.

-Bien- carraspeó su garganta- como te lo dije, una de las tantas canciones que te escribí y con la que quiero iniciar, fue escrita por todo lo que sentí en mueras época de secundaria, nuestra amistad, nuestras promesas y nuestros sentimientos que, aunque éramos unos niños, unos adolescentes, valían más que nada en el mundo- me miró a los ojos- esta canción se llama One Last Dance y la escribí el último día que te dejé de ver, tú estabas a punto de cumplir dieciocho y yo aún tenía diecisiete, así que... aquí vamos- y diciendo eso comenzó a cantar:

... Freshman year I saw your face
Now its graduation day
Said we'd be friends, till the end
Can we start again?
So wait up, wait up
Give me one more chance
To make up, make up
I just need one last dance...

[... El primer año vi tu cara
Ahora es el día de la graduación.
Dijiste que seríamos amigos, hasta el final.
¿Podemos empezar de nuevo?
Así que espera, espera
Dame una oportunidad más
Para compensar, compensar
Sólo necesito un último baile...]

Mientras escuchaba la canción no pude evitar sentirme identificada con ella, tanto así que las lágrimas ya recorrían mis mejillas.

Él tenía razón, esta canción define nuestra relación y nuestro pasado porque sé que yo también lastimé su corazón y es por ello que estoy en un mar de lágrimas porque todo esto fue doloroso para los dos.

-¿Kenny estás bien?- preguntó cuando terminó de cantar, y sin decir una palabra alguna me abalancé a sus brazos.

-Lo siento tanto, Ross- dije entre sollozos- nunca quise hacerte daño con lo que te hice, solo actúe por el miedo que tenía de mis propios sentimientos sin fijarme en que podía herirte-

Él correspondió a mi abrazo- Nos lastimamos mutuamente y es algo doloroso de aceptar para los dos. Esto es algo que ya hemos hablado, pero quiero decirte que no tengo nada que perdonarte porque sé que yo también fui un idiota al no pensar en ti y en tus sentimientos.- me abrazó con más fuerza- Nunca quise separarme de ti-

Me separé un poco de él aún estando abrazados y pude ver cómo pequeñas lágrimas caían de sus mejillas, por lo que acerqué mis manos y con mis pulgares comencé a secarlas- Yo tampoco quise separarme de ti, pero me dejé llevar por el miedo que sentía, pero ahora estoy segura Ross, segura de que jamás quiero alejarme de ti-

-¿Lo estás?- me miró con un brillo diferente en los ojos a pesar de que las lágrimas seguían acumuladas en ellos, un brillo especial que estoy segura que yo también lo tengo en los míos.

-Lo estoy- asentí y sin perder más tiempo acerqué su rostro al mío para poder besarlo. Parecía que lo tomó por sorpresa, sin embargo, lo que hizo tiempo después hizo que sintiera un millón de mariposas en el estómago, más que las de hace un rato; se acercó aún más a mi abrazándome en el sentido de que no había forma de que nos separaran. El espacio personal no existía en este momento.

-Te quiero, Kenny- susurró cerca de mis labios luego de separarnos un poco para tomar aire.

-Te quiero más, Ross- sonreí- mucho más- y volvimos a besarnos porque creo que se había convertido en mi nueva adicción.