Capítulo 53

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Chaeyoung

Era sábado y como casi todos los sábados íbamos a ir al partido de Momo en el estadio del campus, pero aún faltaban horas para hacerlo, así que estaba sola en la habitación disfrutando de mi nueva videoconsola.

Bueno, no era nueva del todo, por fin pude quitársela a Mina ya que se había comprado una que sí era nueva.

—¡Muere! ¡Muere! ¡Muere! —le grité al zombie que había en la pantalla al cual le estaba dando con un bate en la cabeza.

Un zombie está muerto. ¿Puede volver a morir?

—¡Hijo de... muérete! —en ese momento se abrió la puerta—. ¡MUERE! —por fin lo maté.

—¡Woow! Así me recibes —dijo dejando sus cosas en la cama—. Que amor.

Subió a mi cama, se puso de rodillas detrás de mí y me abrazó dejando su barbilla apoyada en mi cabeza.

—Hola, linda —puse en pausa el juego y después me giré un poco para poder besarla.

Minutos después fue hacia su escritorio y encendió su ordenador, la oía reír cada vez que yo insultaba a la pantalla porque salían zombies que me asustaban, cuando terminó lo que estaba haciendo vino de nuevo a mí.

—Chaeyoung —dijo volviendo a abrazarme por detrás—. ¿Puedo jugar? —mordió mi oreja. La miré sonriendo—. Déjame jugar, yo quiero matar zombies también.

—Este juego te va a dar miedo —le advertí.

—¡¿Qué?! No, solo es un juego, los juegos no dan miedo —dijo haciéndose la valiente.

Cinco minutos después pasó lo que temía que pasara.

—Ahora ves por ese pasillo dónde está esa taquilla y agarra la medicina —le indiqué, el muñeco avanzó por el pasillo.

—Ah... su puta... —soltó el mando y llevó sus manos a los ojos asustada porque en la pantalla salió de repente un zombie atacando al protagonista del juego, yo reía a carcajadas, se destapó un ojo—. No te rías estúpida, que me he asustado —dijo riendo.

Era tan estúpidamente adorable.

—Pero que dices Mina, si los juegos no dan miedo —dije burlándome de ella, después la besé.

—Quita ese juego, ya no me gusta —reí—. ¿No hay alguno que podamos jugar las dos?

Me levanté de la cama y miré la caja de juegos que Mina me había dado.

—Está el Pes o el Speed —dije rebuscando entre los juegos, sacándolos de la caja.

—¿El qué? —dijo confusa desde mi cama.

—Uno de fútbol o uno de carros —dije sonriendo.

—Ahhh... carros, prefiero carros —quité el juego de zombies y puse el de carros.

Me senté en mi cama, y Mina se acomodó entre mis piernas sentada como un indio, rodeé su cintura y agarré el mando. Apoyó su espalda en mí para estar más cómoda.

—A mí me gusta el carro verde —dijo mientras lo elegía.

Ni siquiera se molestó en mirar si era el que más potencia tenía ni nada, a ella solo le gustó porque era verde.

—¡Mina! ¡No seas tramposa! —dije cuando tocó mi mando para descontrolar mi carro por tercera vez desde que la carrera había empezado, ella rió—. ¡MINA! —me quejé cuando lo volvió a hacer y mi carro se estampó contra la valla, hice lo mismo con su mando.

Los carros estaban a metros de pasar por meta y mi carro iba a adelantar al suyo.

—¡Corre! ¡Corre! ¡Corre! —le gritaba a la pantalla, como vio que iba a adelantarle agarró mi mando y lo metió debajo la cama haciendo que mi coche frenara.

Cuestión de Tiempo 𖦹 MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora