Capítulo 68 || Final 1/4

447 40 2
                                    

Chaeyoung

Desperté por el ruido de unas obras cercanas, me di media vuelta y me abracé a mi novia, la pelirroja seguía durmiendo. Debido a los continuos martillazos y ruidos del maldito taladro no podía dormirme de nuevo, así que algo malhumorada decidí levantarme y preparar el desayuno para las dos.

Bajé a la cocina y empecé a sacar las cosas de la nevera para cocinarlas. Estaba poniendo el pan en la tostadora cuando me abrazaron por detrás.

—Buenos días, amor —me giré hacia ella cuando bajé el botón de la máquina, la rodeé con mis brazos y dejó sus manos en mi cintura—. Ah, siempre se me olvida que ahora eres pelirroja, linda —le di su beso de buenos días.

—¿No te gusta? Pensé que sí —dijo sorprendida—. Dijiste que me quedaba bien.

—Te lo dije porque te quiero —se cruzó de brazos, la acerqué a mí y le di un beso en la mejilla—. Te prefiero pelinegra.

—Tranquila era tinte del barato, en pocos días se habrá ido y seré pelinegra de nuevo.

—Como a mí me gusta —reí—, pero tranquila, me sigues gustando rubia, castaña o con el arcoíris en tu pelo. A ti todo te queda bien —besé su cabeza—. Ojalá yo hubiera tenido una profesora tan alucinante como tú —le dije, levantó los hombros—. Si los niños te piden que te rapes, tú lo haces...

—No sé si llegaría a raparme —dijo riendo—, pero les hacía felices que yo fuera la bruja en la obra y la bruja tenía el pelo rojo así que... —señaló su pelo. Me giré para seguir cocinando, Mina me abrazó—. ¿Por qué te levantaste tan pronto? Para un día que no tienes que trabajar y puedes dormir —me dio un beso en el hombro.

—Las obras me despertaron —dije. Mina me soltó y se sentó en una de las sillas de la pequeña mesa que teníamos en la cocina.

Terminé de hacer el desayuno y lo serví.

—¿Qué vamos a hacer hoy? —preguntó.

—Mmm... no sé. ¿Qué hacen las parejas normalmente un sábado?

—Pues la verdad no sé, ya que mi novia lleva sin tener un sábado libre desde... —pensó—. Creo que nunca habías tenido uno libre desde que vivimos juntas.

—¿Y qué quieres que hagamos?

—Tenemos un despacho aun por decorar.

—¿Tengo por fin un sábado libre y tú quieres ponerme a trabajar?

—Si no lo hacemos cuando estamos las dos, dime cuando lo haremos... Si quieres lo hago yo sola y lo decoro a mi gusto.

—No, no... las dos —dije—, si te dejo a ti seguro que lo llenas de flores y rosa —rió.

Después de desayunar bajamos a comprar pintura y algunas cosas para decorar el despacho de trabajo, montamos los dos escritorios que seguían en sus cajas de embalaje, pintamos, pusimos los estantes y los libros que seguían amontonados en cajas y hacia las ocho de la noche teníamos todo perfectamente acabado.

—Y después de cuatro meses por fin hemos terminado la mudanza, muy bien, amor —me chocó los cinco.

—Sabes, ahora estaba recordando mi viejo apartamento... El que estaba en el centro de la ciudad.

Desde hace unos meses vivíamos en una casa más grande en las afueras de San Francisco, era un sitio más tranquilo para vivir.

—Nuestro primer hogar —suspiró, me rodeó con sus brazos—, pequeño pero acogedor. Lo pasamos bien allí durante ese año.

✩✩✩

—Flashback—

Hacía seis meses que me había mudado a San
Francisco, ahora trabajaba para una de las agencias de modelos más importantes de la ciudad, solo era la becaria pero menos es nada, ¿no?

Cuestión de Tiempo 𖦹 MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora