Capítulo 62

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Chaeyoung

Era el día del baile, estaba en mi casa preparándome y Haewon entró a mi habitación.

—Hey Chaeyoung... Wow —dijo al verme.

—Gracias.

—Estás muy guapa —le sonreí y fui hacia el espejo para maquillarme—. ¿Ya te cambias? ¿Tantas ganas tienes de ir al baile?

—He decidido pasar por Mina —avisé.

—¿Tres horas antes? —preguntó asombrada.

—Le tengo algo preparado.

—¿Qué? —preguntó curiosa.

—No te interesa —rió—. Bueno, ¿querías algo? —pregunté poniéndome la sombra de ojos.

—¡Ah sí! ¿Dónde guardas los zapatos esos que compraste para tu graduación?

—En el armario supongo, búscalos tú.

—Vale —cogió los zapatos y se fue.

Terminé de maquillarme, me despedí de todos y puse rumbo a la casa de Mina.

La verdad, he de confesar que estaba algo nerviosa y eso me hacía sentir un poco estúpida, ¿sabes? Me sentía como si fuera mi prom cuando no lo es.

Toqué la puerta cuando llegué.

—Hola —dijo Tzuyu al verme.

—Hola, renacuaja —dije—. ¿Puedo pasar?

—Sí, claro —cerró la puerta detrás de mí—. ¿Qué es eso? —dijo señalando la gran bolsa que llevaba colgada en el brazo.

—Mi equipo fotográfico —informé.

—Ahhh —Azumi entró.

—Tzuyu, ¿quién es?

—Hola, señora Myoui.

—¿Chaeyoung? ¿Qué haces aquí? —me dio un beso—. El baile no es hasta dentro de varias horas...

—Sí, lo sé, pero quería ver a Mina antes de ir. ¿Está en casa?

—Está arriba, en su habitación.

—¿Puedo subir a verla?

—Sí, claro.

Subí las escaleras y toqué la puerta; no obtuve respuesta; lo hice varias veces más, pero nada. Decidí entrar.

—Minari —la vi de espaldas a la puerta frente a su portátil con los auriculares puestos y la música muy alta, incluso yo podía escucharla.

Me acerqué a ella y puse mi mano en su hombro, se sobresaltó y se quitó los auriculares rápidamente.

—¿Qué...? —se giró y me miró algo sorprendida—. ¿Chaeyoung? Me asustaste. ¿Qué haces aquí?

—Hola, mi amor, ¿qué tal estás? —dije en tono de burla.

—Hola, mi amor, ¿qué tal estás? —dijo imitándome.

—Pues ahora que te veo, mejor. Me vas a dar un beso o... —me besó.

—Pero en serio, ¿qué haces aquí? Pensé que vendrías a por mí —miró el reloj de su mesita—... en unas tres horas, no ahora, ni siquiera me he vestido.

Me quité la chaqueta que llevaba puesta y la dejé en la cama de Mina, quien por fin se daba cuenta lo que llevaba puesto.

—Mira, no es negro —dije al girarme señalando mi vestido; un vestido sencillo, completamente blanco de tirantes que llegaba por encima de mis rodillas.

Cuestión de Tiempo 𖦹 MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora