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No es mi actividad favorita tener que pedir las cosas por segunda vez...-El hombre se inclinó ligeramente hacía adelante, pues sus ojos seguían con genuina curiosidad el entrenamiento de las jóvenes bailarinas de la Ruska Roma.

La directora alzo las manos por sobre su cabeza, las luces del escenario resaltaron por algunos segundos en las cicatrices del dorso antes de que aplaudiera un par de veces, las bailarinas detuvieron todos sus movimientos e hicieron una inclinación respetuosa en dirección a su escaso público, para luego desaparecer a los costados del escenario, la mujer se permitió deleitarse con la infantil decepción que cruzo momentáneamente por el rostro del Marqués. Habían pasado dos largos años desde que Jardani comenzó su incesante matanza por un automóvil y un perro, primero Iosef y Viggo Tarasof, luego Gianna y Santino D'Antonio, también le había hecho el favor de hacerse cargo de la adjudicadora, y por último, con un lugar de honor, el Regente, era impresionante como John podía asesinar a los poderosos con solo proponérselo, como si en realidad un poder sobrenatural le acompañara realmente y se convirtiera en el baba yaga. La directora se giró hacía el Marques y lo examinó detenidamente durante algunos segundos, su traje costoso, el pelo perfectamente peinado, el anillo de oro con el escudo familiar y aquella mirada imposiblemente calculadora no le intimidaban, lo que realmente era un peligro era el poder detrás de aquella mascara.

-Le confiero conocimiento lo que es igual que conferirle poder-La mujer inclino la cabeza ligeramente en una reverencia corta, había en ese gesto obligada obediencia que nunca podría confundirse con sumisión.

Tomo un sobre de la pila de papeles en el asiento a su lado, lo miro por algunos segundos antes de tendérselo al Marques. Toda la información que quería se encontraba dentro, era la confirmación absoluta de que Jardani había tenido las pruebas de género secundario y cuál había sido su clasificación. Durante años había resguardado está información en la más absoluta confidencia, muchos de sus aprendices habían pedido un trato similar, pero en el caso de Jardani había excelentes razones para que la información no fuera del dominio público. Aún recordaba con claridad el día en que aquel flacucho y prometedor joven le pidió entre lágrimas que su casta se mantuviera en secreto, lamentaba profundamente no poder cumplir su pedido, sin embargo, tenía buenas razones, la Ruska Roma se veía amenazada por un poder superior, y ella como líder tenía que pensar en los niños bajo su cargo, y en la protección que debía brindarles.

El hombre tomo el sobre con macabro deleite, lo giró en sus manos y lo abrió con un movimiento limpio, adentro había un acta de nacimiento, registros de orfanato, notas escolares y la prueba de género secundario, separo este último de los demás documentos porque era el más importante y el que necesitaba leer. Sus ojos identificaron el nombre real de su objetivo, Jardani Jovonovich, lo trazo con uno de sus dedos, la información hablaba sobre el estado físico de un joven John Wick, musculatura, peso, estado psicológico, pruebas de sangre y por último la casta, el Marqués elevó una ceja con sorpresa y luego miró a la Directora.

-Omega...-El hombre se relamió los labios-Omega puro.

La mujer asintió-Tan raro como una langosta azul, y condenado de la misma manera a ser comido y consumido por especies más fuertes que él.

El Márquez soltó una risa y asintió con marcada diversión-En efecto.

El Despertar del OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora