41

535 112 8
                                    

Vincent tenía al menos diez minutos despierto, sin mover un solo músculo, incluso respiraba lentamente, todo debido a una sola cosa, John estaba pegado a su costado, completamente, así que podía sentir su erección contra su cadera, la sensación lo tenía un poco confundido, se sentía un pervertido al disfrutar de aquel calor, pero también un nervioso, estaba experimentando su propia señal de excitación y temía que el Omega se despertara notando todo aquello, sin embargo estánba tan concentrado en la lámpara del techo que no había reparado en que el pelinegro está tan despierto como el, John sabía que ambos tenían una erección, podía verlo desde su posición, pero no estaba seguro de como proceder, una cosa era dejarse llevar por la marca o el celo, y otra estar muy conciente del acto, no quería forzar las cosas entre ambos, pero era humano y en realidad se sentía un poco frustrado.

Hubo un ligero movimiento por parte del rubio, su plan era moverse de apoco hasta causar que el Omega se deslizara hacia el lado contrario, quería escabullirse al baño, huir hacía una zona segura dónde aliviar lo que tenía entre las piernas, grande fue su sorpresa cuando una mano fuerte pero suave se posicionó sobre su vientre, el tacto cálido de los dedos de John en una zona tan sensible le hizo estremecer, fue el momento en el que el pelinegro levantó la vista y le miro, sus ojos marrones estaban plagados de algo que el Marqués reconoció de inmediato, primero sintió temor, recordó fugazmente que esa había sido la misma mirada que le había dado mientras lo ahorcaba, sin embargo también era aquella que le indicaba que el Omega estaba en el mismo estado que el, una de sus manos se acercó a la boca contraria y deslizó los dedos por los labios, no sabía en realidad que estaba haciendo.

-Buenos días…-El pelinegro le beso la punta de los dedos y sonrió con suavidad.

-Uh…Buenos dias.

No hubo más palabras, la mano cálida en el vientre se abrió paso debajo del pijama, de los calzoncillos y tomó la erección del alfa, no era solo la forma, la mirada atenta de John le hacía sentir cierta vergüenza, así que no pudo evitar cubriese el rostro sonrojado, se sentía demasiado cohibido y ni siquiera habían empezado. El pelinegro por su parte encontraba encantadora la forma en la que alguien tan dominante podría verse avergonzado tan fácilmente a su tacto, utilizo un ritmo lento, la punta de sus dedos acariciaban haciendo presión en las zonas sensibles y extendían el líquido preseminal, cada rose producía un reacción en el alfa, ya sea un gemido, jadeo, el leve movimiento de sus caderas, lo que fuera tenía hipnotizado a John, maravillado, había visto lo mismo con la marca, pero en ese momento se sentía un poco abrumado por su propio placer, aunque en aquel momento también tenía una erección, se sentía más inclinado a complacer que a recibir.

-Jardani…-El rubio le tomo de la mano y lo detuvo-No sigas, no voy a aguantarlo.

-Esta bien…-El otro se soltó del agarre con suavidad y volvió tomar su miembro, con la misma intención de antes.

-Por favor…un poco más rápido…

John se removió en su sitio, no estaba seguro de lo iba hacer pero en realidad era un poco instintivo, se deslizó hacia abajo, lentamente, dejo un suave beso sobre la línea de vello en el vientre contrario, eran muchos más rubios de lo había notado, pero siguió su excursión, saco la lengua casi de forma tímida y le dió una lamida al Marqués, de la base hasta la punta, el gemido casi animal que vino con la acción le pareció satisfactorio, así que lo introdujo en su boca, lentamente, cuidado en realidad de no rosar sus dientes, solo podía oír su propia respiración dificultosa y los gemidos suaves del Marqués, suplicantes.

-Jardani…-El rubio puso una mano en su cabeza con suavidad, temblaba casi por completo-Me vas a matar.

John comenzó a el movimiento, separándose solo para tomar aire y darle miradas furtivas al otro, sus dedos habían comenzado hacer presión sobre el nudo, instintivamente quería torturar un poco al Marqués, como resultados obtuvo que alfa se retorcida un poco, parecía perdido, sonrojado y jadeante, lo volvió a tomar en su boca solo para verlo suplicar, llamarlo con la voz como si su vida dependiera de ello. Después de algunos minutos el rubio trataba de apartarlo, alegando que estaba por venirse, aunque trato con manos fuertes, el Omega le sujeto de las caderas y le dió una mirada, Vicent no lo soporto, cerro los ojos con fuerza, y se aferró con fuerza a las mantas debajo.

El pelinegro se limpio algunas gotas de semen de la barba con suavidad, luego simplemente apoyó la frente en el vientre caliente del Marqués, sentía la respiración agitada del otro incluso creía escuchar su corazón alocado, parecía querer escapar de su pecho, pero el no estaba en mejores condiciones, se encontraba sensible, sonrojado, y un poco avergonzado, había dado sexo oral con algo más que pura lujuria, estaba quizás solo un poco obsesionado con la imagen de su alfa siendo dominado.

-John…-La voz del otro sonaba algo rota, aunque sonría ligeramente-Nos vamos a perder el desayuno…

El pelinegro alzo la vista y no pudo evitar la risa divertida que lo abordó, era un poco ridículo, pero perfecto, no sentía incómodo, ni incorrecto, había tenido esa sensación pocas veces en su vida, así que atesoraria el momento. Se apoyó en ambas manos y se sentó en la cama, era momento de comenzar el día, ir por el tan pedido desayuno, contactar con Victoria sobre su persecución a Klaus, aún no había olvidado las cuentas pendientes.

El Despertar del OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora