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John desperto en algún punto de la mañana, sabía que era temprano por la cantidad de luz que entraba por las ventanas y el fresco que agitaba las cortinas, fue un poco más conciente de si mismo luego de algunos minutos, estaba acostado en la cama, completámente desnudo, adolorido, sentía el vientre y entre las piernas pegajoso, pero no ignoraba la razón, sus ojos fueron directo hasta la esquina de la cama donde aún seguía atado el Marqués, tenía la cabeza caída contra el pecho, probablemente se quedo dormido en aquella incomoda posición, aunque a decir verdad no era posible en otra, sin embargo lo comprendía, había estado teniendo sexo desesperado desde que el otro entró aquella habitación, era sorprendente el aguante que tenía el Alfa, aún cuando apenas contribuyera al acto.

—¿Vincent?—Un par de llamados a la puerta delataron la presencia de Victoria—Vincent…

El pelinegro se levanto con calma, tomo la primera prenda que vio para cubrirse, en este caso los pantalones olvidados del rubio, y abrió la puerta. La primera reacción de la castaña fue la impresión, como si no creyera posible que se encontrará realmente en condiciones de caminar, luego su mirada paso al interior de la habitación, recayendo sobre el cuerpo (inherte) y semi desnudo de su hermano. Sin apenas notarlo, Victoria se adentro a la habitación, se arrodilló junto al otro y puse dos dedos contra su cuello, cuando estuvo segura de que aún tenía pulso, comenzó a desatarle las muñecas.

-En verdad es sorprendente…-Su voz detonaba contenida furia-Todo lo que me costó conseguir un trato semi decente, incluso lo conversé con la Directora-La chica frunció el ceño y maldijo por lo bajo-Va a estar tan furioso, las represalias que tomara…

John se alzó de hombros, su vista fija en los movimientos de la chica mientras recargaba aquel cuerpo flácido contra el suyo-No me interesa, no va a matarme, me necesita como símbolo de poder, de control.

Victoria hizo una mueca divertida y negó-Señor Wick, espero realmente que así sea, mi hermano no se convertio en el mayor abjudicador de la orden teniendo piedad.

Debido prestar atención a esa abvertancia, el hombre había dado la orden de que fuera escoltado nuevamente a la casa de invitados, con el doble de seguridad, no podía si quiera salir al jardín si tener al menos cinco hombros pendiente de cada movimiento que realizaba, pero eso no fue realmente lo peor, sabía que había llegado al límite de la paciencia del rubio, lo había humillado, forzado y se había burlado, generalmente los Alfas no dejaban pasar ese tipo de cosas, y Vicent de Gramont tampoco lo hizo. Llegó la venganza una semana después, acompañado de dos e sus hombres, Caine, Victoria, y un tercer personaje, un beta, cabello corto y ojos marrones, tatuado en demasidas zonas, fue fácil reconocer que probablemente se dedicaba a eso, era un tatuador..

Vincent se giró apenas hacia su hermana-Dispara.

Y John siento el dardo tranquilizantes casi al instante, no tenía miedo, no iban a matarlo, pero lo que sea que fueran hacer sería malo, lo suficiente para que el Marqués quedará satisfecho. Quedó conciente hasta cierto punto, sintió como los transladaron a la cama, pasos, el ruido de una máquina, incluso el susurro lejanos de una conversación, pero no podía moverse, tampoco abrir los ojos, en definitiva no era buena señal, no creía que el Marqués capaz de poner algo en su piel demasiado terrible, se lo arrancaría el mismo con los dientes de ser necesario, pero estaba seguro que de alguna forma no iba a ser agradable.

-¿En cuánto sanará?-La voz del Marqués llegó desde algún punto a su derecha, había cierto toque de ansiedad en el tono 

-Por el tamaño probablemente en dos meses, eso si lo cuida adecuadamente-El tatuador detuvo la máquina y suspiro-Es un diseño complejo, pero está listo.

-Perfecto, eso quiere decir que podrá presumirlo para la boda-El rubio pasó una mano cariñosa por el cabello negro, de una forma ligeramente posesiva-Sera vera encantador.

Victoria suspiró, aún no podía creer lo que su hermano le había hecho al otro-Va a estar furioso...

El Marqués aparto la mano C n lentitud, se había tomado el tiempo de hundir las llemas de los dedos profundamente en la retirada-Seguira siendo mi esposo, mi Omega, tendrá que aceptarlo.

John perdió el conocimiento en algún punto, demasido agotado por su lucha de mantener el poco control que tenia, cuando volvió a recuperar todas las facultades de su cuerpo, se dió cuenta que le ardía toda la zona de la espalda, reconocía el tipo de dolor, era el que quedaba después de un tatuaje, se levantó de la cama temblando, no quería averiguar de qué se trataba, pero por algún extraño motivo, reunió toda las fuerzas que le quedaban y fue al baño, se paró frente al espejo y luego girando lo suficuente para ver porciones de su espalda.

-Oh...

Tenía un inmenso tatuaje, colores brillantes y líneas fuertes, al principio no entendió de que se trataba, luego  fue simple, flores, de tipos y tamaños diferentes, hinchadas gracias a lo reciente que era el tatuaje, pero lo  que capto casi de inmediato fue que cubría lo que alguna vez fueron los tatuajes de la Ruska Roma, de la orden, sus cicatrices, cada rincón en el que hubiera tenido huellas de su historia, sin poder evitarlo comenzó a reír, era tan divertido que el Marqués hubiera creído que eso le afectaría, que lo dañaría, se habría enfurecido con algo como el escudo de la casa Gramont, pero el trabajo del tatuador era hermoso, le gustaba la forma en la que todo parecía un ramo que se extendía por su espalda y hombros, le daba algo que siempre había querido, borrar los anteriores tatuajes, toda esa tinta que lo hacía ver y sentirse como ganado, como un mero peón en un juego demasido peligroso.

-Supongo que es un poco romántico que me regalará flores-John nego con una ligera sonrisa divertida.

Al volver a la habitación encontró a Victoria, la chica estaba entrando sigilosamente, llevaba en las manos un bote de crema, gel desinfectante de heridas y gasas, parecía preocupada, incluso quizás un poco arrepentida, ella sabría de las intenciones del Marqués de cambiar su cuerpo, así mismo sería conciente que algunos tatuajes representaban su estatus y pertenencia a la familia de la Ruska Roma, en el mundo de la orden cubrir este tipo tatuajes era un insulto, dañarlos una directa amenaza.

-El realmente quería darle una lección…-La chica le miro con el veo fruncido, aunque se podía adivinar en sus orbes verdes un ligero resentimiento-Usted le humilló.

John se alzó de hombros restamdole importancia-Me defendí, era lo mínimo que podía hacer.

La chica se mantuvo en silencio algunos segundos, parecía meditar la profundidad de aquella respuesta, sin embargo no agrego nada más, prefirió acercase y comenzar a tratar la zona lastimada con cuidado, cuando estuvo satisfecha aplico la crema, su tacto suave fue refrescante y le generó un poco de alivio a John. Desde aquel punto debía mantenerse aquella actitud imdiferente, ya había dominado al Marqués, eso era prácticamente  la mejor muestra de poder que había podido darle, no volvería intentar forzarlo, no lo creía tan estúpido, pero el pelinegro no olvidaba que de alguna manera tenía que utilizar esa nueva posición para obtener beneficios, una idea paso por su cabeza, quizás solo tenía que ser directo, lo suficiente como para que los otros no pudiera sospechar.

-¿Donde está Vincent?-John se giró levemente.

La chica le miro con desconcierto y luego frunció el ceño-No puedes ir a verlo, te quiere lo más lejos posible, o por lo menos hasta la boda.

El pelinegro rodó los ojos pero agrego otra pregunta casi de inmediato-¿Cuando será la boda?

-En dos meses, ya inicie los preparativos….

-Quiero participar

Victoria abrió los ojos con incredulidad, no podía creer lo que acaba de escuchar y se lo hizo saber-¿Cómo?¿Que?

John asintio con suavidad, estaba mirando a la nada mientras las ideas se organizaban en este nuevo plan-Quiero tomar decisiones sobre el evento, después de todo es mi boda.

-Buenos si, claro, yo…-La castaña se apartó aún impresionada-Traere los documentos y muestras de lo que tengo avanzado, para que pueda verificar si le gusta o quieres cambiar algo.

-Esta bien-El hombre se dejó caer sobre la cama y suspiró, sabía que por un tiempo no podría dormir sobre su espalda, sin embargo sonrió ligeramente, había logrado avanzar un paso.




El Despertar del OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora